2 El Señor lo salvará y le dará vida; el Señor lo dejará ser una bendición en la tierra, y no lo entregará en manos de sus enemigos.
3 El Señor será su sostén en su lecho de dolor: por ti todo su dolor se convertirá en fortaleza.
4 Dije: Señor, ten misericordia de mí; hace bien mi alma, aunque he pecado contra ti.
5 Mis enemigos dicen mal contra mí. Preguntando ¿Cuándo morirá él, y su nombre llegará a su fin?
6 Si alguien viene a verme, la mentira está en su corazón; guardan en su memoria toda maldad, y al salir a la calle lo hace público en todo lugar.
7 Todos mis enemigos murmuran mal de mí, en secreto contra mí piensan mal, diciendo de mi:
8 Tiene una enfermedad maligna, que no lo deja ir; y ahora que ha caído, no volverá a levantarse.