3 Observas a dónde voy y dónde descanso. Estás familiarizado con cada cosa que hago.
4 Señor, incluso sabes lo que voy a decir, antes de que lo diga.
5 Siempre estás ahí, detrás de mí, frente a mí, y alrededor mío. Colocaste tu mano protectora sobre mí.
6 Tu conocimiento maravilloso rebasa mi comprensión, ¡Llega mucho más lejos que mi entendimiento!
7 ¿A dónde puedo ir donde ya no estés? ¿A dónde puedo correr para escapar de tu presencia?
8 Si subo a los cielos, tú estás ahí. Si bajara al Seól, también te encontraría allí.
9 Si tuviera que volar en las alas del alba hacia el este; si tuviera que vivir en la lejana orilla occidental del mar,
10 incluso allí tu mano me guiaría, tu diestra me ayudaría.
11 Si le pidiera a las tinieblas que me escondieran, y que la luz se convirtiera en noche a mi alrededor,
12 las tinieblas no fueran tinieblas para ti, y la noche sería tan brillante como el día, porque las tinieblas son como luz ante tu presencia.
13 Tú me creaste por dentro y por fuera, me formaste en el vientre de mi madre.
14 ¡Te alabo porque me hiciste admirable! Maravillosas son tus obras, ¡Me doy cuenta de esto completamente!
15 Cuando mi cuerpo crecía no estuvo oculto de ti, mientras me formé en secreto, cuando en “lo más profundo de la tierra.” era yo entretejido.