88 Por tu amor incondicional, Señor, no me dejes morir, para poder seguir andando según las enseñanzas que me has dado.
89 Señor, tu palabra permanece para siempre, y se mantiene firme en los cielos.
90 Tu fidelidad se extiende por generaciones, y es tan permanente como la tierra que tú creaste.
91 Tus juicios siguen vigentes —aun hasta hoy—porque todo sirve a tu voluntad.
92 Si no fuera porque amo tus enseñanzas, mi sufrimiento me habría matado.
93 Nunca olvidaré tus instrucciones, porque a través de ellas me das vida.
94 Soy tuyo, Señor. ¡Sálvame! Sabes que con devoción sigo tus principios.
95 Aunque los malvados están esperando para tomarme por sorpresa y matarme, mantendré mi pensamiento enfocado en tus enseñanzas.
96 Reconozco que la perfección humana tiene límites, pero tus leyes no tienen límites.
97 ¡Cuánto amo tu ley! En ella medito de día y de noche.
98 Tus mandamientos me han hecho más sabio que mis enemigos, porque siempre estoy pensando en tus instrucciones.
99 De hecho, he adquirido mayor entendimiento que todos mis maestros, porque dedico mi tiempo a meditar en tus enseñanzas.
100 Hasta mi entendimiento supera al de los ancianos, porque sigo tus caminos.
101 Evito hacer cualquier cosa que conduzca al mal, porque quiero seguir fiel a tu palabra.
102 Nunca he rechazado tus enseñanzas porque tu mismo me has enseñado lo que debo hacer.
103 Tus palabras son dulces para mi. Más dulces que la miel en mi boca.