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Salmos 119:80-130 in Spanish

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Salmos 119:80-130 in La Biblia en Español Sencillo

80 Que todo mi corazón sea entregado a tus órdenes, para que no me avergüence. CAF.
81 Mi alma se desperdicia con el deseo de tu salvación; pero tengo esperanza en tu palabra.
82 Mis ojos están llenos de cansancio al buscar tu palabra, diciendo: ¿Cuándo me darás consuelo?
83 Porque he llegado a ser como una piel de vino negra de humo; pero aún conservo el recuerdo de tus reglas.
84 ¡Qué corta es la vida de tu siervo! ¿Cuándo darás tu decisión contra aquellos que me están atacando?
85 Los hombres de orgullo, que se han apartado de tu ley, me han puesto redes.
86 Todas tus enseñanzas son ciertas; me persiguen con mal diseño; dame tu ayuda.
87 Casi me habían puesto fin en la tierra; pero no renuncié a tus órdenes.
88 Dame vida en tu misericordia; para que yo pueda ser gobernado por la palabra inmutable de tu boca. LAMED.
89 Para siempre, oh Señor, tu palabra está fija en el cielo.
90 Tu fe es inmutable de generación en generación: has puesto la tierra en su lugar, y no se mueve.
91 Ellos son gobernados este día por tus decisiones; porque todas las cosas subsisten por ti, y todas ellas te sirven.
92 Si tu ley no hubiera sido mi delicia, mis problemas me hubieran puesto fin.
93 Siempre tendré en cuenta tus órdenes; porque en ellos tengo vida.
94 Soy tuyo, oh sé mi salvador; porque mi deseo ha sido por tus reglas.
95 Los pecadores han estado esperando que yo me entregue a la destrucción; pero daré toda mi mente a tus mandatos.
96 He visto que nada en la tierra está completo; pero tu enseñanza es muy amplia. MEM.
97 ¡Oh, qué amor tengo por tu ley! Todo el día medito en ella.
98 Tu enseñanza me ha hecho más sabio que mis enemigos, porque es mía para siempre.
99 Tengo más conocimiento que todos mis maestros, porque reflexiono sobre tu palabra inmutable.
100 Tengo más sabiduría que los ancianos. porque he guardado tus órdenes.
101 He guardado mis pies de todos los caminos del mal, para que pueda ser fiel a tu palabra.
102 Mi corazón no se ha apartado de tus decisiones; porque has sido mi maestro.
103 ¡Cuán dulces son tus dichos a mi paladar! de verdad, ¡son más dulces que la miel en mi boca!
104 A través de tus órdenes obtengo sabiduría; por esta razón soy un enemigo de todo camino falso. NUN.
105 Tu palabra es una luz para mis pies, brillando siempre en mi camino.
106 He hecho un juramento y lo he guardado, para ser guiado por tus decisiones correctas.
107 Estoy muy preocupado, oh Señor, dame vida de acuerdo con tu palabra.
108 Toma, oh Señor, las ofrendas gratuitas de mi boca, y dame conocimiento de tus decisiones.
109 Mi alma está siempre en peligro; pero aún conservo el recuerdo de tu ley.
110 Los pecadores han puesto una red para llevarme; pero fui fiel a tus órdenes.
111 He tomado tu palabra inmutable como una herencia eterna; porque es la alegría de mi corazón.
112 Mi corazón siempre está listo para mantener sus reglas, incluso hasta el final. SAMEC.
113 Soy un enemigo de los hombres de duda; pero soy un amante de tu ley.
114 Eres mi lugar secreto y mi coraza contra el peligro; mi esperanza está en tu palabra.
115 Aléjate de mí, malvados; para que pueda guardar las enseñanzas de mi Dios.
116 Sé mi apoyo como lo has dicho, y dame vida; no permitas que mi esperanza se convierta en vergüenza.
117 No me dejes mover, y estaré seguro, y siempre me deleitaré en tus reglas.
118 Has vencido a todos aquellos que se están desviando de tus reglas; porque todos sus pensamientos son falsos.
119 Todos los pecadores de la tierra son como desperdicios en tus ojos; y por esta causa le doy mi amor a tu palabra inmutable.
120 Mi carne se estremece por temor a ti; Doy honor a tus decisiones. AIN.
121 He hecho lo que es bueno y correcto: no me entregarás en manos de aquellos que están trabajando en mi contra.
122 Toma los intereses de su sirviente a su cuidado; no me dejes ser oprimido por los hombres de orgullo.
123 Mis ojos se desperdician con el deseo de tu salvación y de la palabra de tu justicia.
124 Sé bueno con tu siervo en tu misericordia, y dame enseñanza en tus reglas.
125 Yo soy tu siervo; dame sabiduría, para que pueda tener conocimiento de tu palabra inmutable.
126 Es hora, oh Señor, que hagas que tu obra sea vista; porque ellos han hecho tu ley sin efecto.
127 Por esta razón, amo mucho más tus enseñanzas que el oro, incluso el oro resplandeciente.
128 Por eso, sigo recto en todas las cosas según tus órdenes; y soy un enemigo de todo camino falso. PE.
129 Tu palabra inmutable está llena de asombro; por esta razón mi alma lo guarda.
130 La apertura de tus palabras ilumina; da sentido al simple.
Salmos 119 in La Biblia en Español Sencillo

Salmos 119:80-130 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

80 Sea mi corazón íntegro en tus estatutos; porque no sea yo avergonzado.
81 CAPH. Desfallece mi alma por tu salud, esperando en tu palabra.
82 Desfallecieron mis ojos por tu palabra, diciendo: ¿Cuándo me consolarás?
83 Porque estoy como el odre al humo; mas no he olvidado tus estatutos.
84 ¿Cuántos son los días de tu siervo? ¿cuándo harás juicio contra los que me persiguen?
85 Los soberbios me han cavado hoyos; mas no obran según tu ley.
86 Todos tus mandamientos son verdad: sin causa me persiguen; ayúdame.
87 Casi me han echado por tierra: mas yo no he dejado tus mandamientos.
88 Vivifícame conforme á tu misericordia; y guardaré los testimonios de tu boca.
89 LAMED. Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos.
90 Por generación y generación es tu verdad: tú afirmaste la tierra, y persevera.
91 Por tu ordenación perseveran hasta hoy las cosas criadas; porque todas ellas te sirven.
92 Si tu ley no hubiese sido mis delicias, ya en mi aflicción hubiera perecido.
93 Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos; porque con ellos me has vivificado.
94 Tuyo soy yo, guárdame; porque he buscado tus mandamientos.
95 Los impíos me han aguardado para destruirme: mas yo entenderé en tus testimonios.
96 A toda perfección he visto fin: ancho sobremanera es tu mandamiento.
97 MEM ¡Cuánto amo yo tu ley! todo el día es ella mi meditación.
98 Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos; porque me son eternos.
99 Más que todos mis enseñadores he entendido: porque tus testimonios son mi meditación.
100 Más que los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos.
101 De todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra.
102 No me aparté de tus juicios; porque tú me enseñaste.
103 ¡Cuán dulces son á mi paladar tus palabras! más que la miel á mi boca.
104 De tus mandamientos he adquirido inteligencia: por tanto he aborrecido todo camino de mentira.
105 NUN. Lámpara es á mis pies tu palabra, y lumbrera á mi camino.
106 Juré y ratifiqué el guardar los juicios de tu justicia.
107 Afligido estoy en gran manera: oh Jehová, vivifícame conforme á tu palabra.
108 Ruégote, oh Jehová, te sean agradables los sacrificios voluntarios de mi boca; y enséñame tus juicios.
109 De continuo está mi alma en mi mano: mas no me he olvidado de tu ley.
110 Pusiéronme lazo los impíos: empero yo no me desvié de tus mandamientos.
111 Por heredad he tomado tus testimonios para siempre; porque son el gozo de mi corazón.
112 Mi corazón incliné á poner por obra tus estatutos de continuo, hasta el fin.
113 SAMECH. Los pensamientos vanos aborrezco; mas amo tu ley.
114 Mi escondedero y mi escudo eres tú: en tu palabra he esperado.
115 Apartaos de mí, malignos; pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.
116 Susténtame conforme á tu palabra, y viviré: y no me avergüences de mi esperanza.
117 Sostenme, y seré salvo; y deleitaréme siempre en tus estatutos.
118 Hollaste á todos los que se desvían de tus estatutos: porque mentira es su engaño.
119 Como escorias hiciste consumir á todos los impíos de la tierra: por tanto yo he amado tus testimonios.
120 Mi carne se ha extremecido por temor de ti; y de tus juicios tengo miedo.
121 AIN. Juicio y justicia he hecho; no me dejes á mis opresores.
122 Responde por tu siervo para bien: no me hagan violencia los soberbios.
123 Mis ojos desfallecieron por tu salud, y por el dicho de tu justicia.
124 Haz con tu siervo según tu misericordia, y enséñame tus estatutos.
125 Tu siervo soy yo, dame entendimiento; para que sepa tus testimonios.
126 Tiempo es de hacer, oh Jehová; disipado han tu ley.
127 Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro.
128 Por eso todos los mandamientos de todas las cosas estimé rectos: aborrecí todo camino de mentira.
129 PE. Maravillosos son tus testimonios: por tanto los ha guardado mi alma.
130 El principio de tus palabras alumbra; hace entender á los simples.
Salmos 119 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Salmos 119:80-130 in Versión Biblia Libre

80 Que en mi inocencia pueda seguir tus normas sin ser avergonzado.
81 Me siento agotado de tanto esperar por tu salvación, pero mantengo mi esperanza en tu palabra.
82 Mis ojos se esfuerzan por guardar tus promesas, y se preguntan cuándo vendrás a consolarme.
83 Estoy arrugado como un odre arrugado por el humo. Pero no he olvidado cómo hacer tu voluntad.
84 ¿Hasta cuándo tengo que esperar para que castigues a mis perseguidores?
85 Estas personas arrogantes han cavado huecos para hacerme caer. No conocen tu ley.
86 Todos tus mandamientos son fieles. Ayúdame para mantenerme en pie ante estas personas que me persiguen con sus mentiras.
87 Casi me han matado, pero no he dejado de hacer tu voluntad.
88 Por tu amor incondicional, Señor, no me dejes morir, para poder seguir andando según las enseñanzas que me has dado.
89 Señor, tu palabra permanece para siempre, y se mantiene firme en los cielos.
90 Tu fidelidad se extiende por generaciones, y es tan permanente como la tierra que tú creaste.
91 Tus juicios siguen vigentes —aun hasta hoy—porque todo sirve a tu voluntad.
92 Si no fuera porque amo tus enseñanzas, mi sufrimiento me habría matado.
93 Nunca olvidaré tus instrucciones, porque a través de ellas me das vida.
94 Soy tuyo, Señor. ¡Sálvame! Sabes que con devoción sigo tus principios.
95 Aunque los malvados están esperando para tomarme por sorpresa y matarme, mantendré mi pensamiento enfocado en tus enseñanzas.
96 Reconozco que la perfección humana tiene límites, pero tus leyes no tienen límites.
97 ¡Cuánto amo tu ley! En ella medito de día y de noche.
98 Tus mandamientos me han hecho más sabio que mis enemigos, porque siempre estoy pensando en tus instrucciones.
99 De hecho, he adquirido mayor entendimiento que todos mis maestros, porque dedico mi tiempo a meditar en tus enseñanzas.
100 Hasta mi entendimiento supera al de los ancianos, porque sigo tus caminos.
101 Evito hacer cualquier cosa que conduzca al mal, porque quiero seguir fiel a tu palabra.
102 Nunca he rechazado tus enseñanzas porque tu mismo me has enseñado lo que debo hacer.
103 Tus palabras son dulces para mi. Más dulces que la miel en mi boca.
104 Mi entendimiento aumenta al escuchar tu palabra. Por ello aborrezco los caminos del engaño.
105 Tu palabra es una lámpara que me muestra por dónde caminar. Y es una luz en mi camino.
106 ¡He hecho una promesa, y la mantendré! ¡Seguiré tus principios porque son rectos!
107 ¡Señor, mira cuánto estoy sufriendo! Por favor, déjame vivir, tal como me lo has prometido.
108 Por favor, Señor, acepta mi ofrenda de adoración que te traigo de todo corazón. Enséñame tus principios.
109 Mi vida siempre está en peligro, pero nunca me olvidaré de tu ley.
110 Los malvados me han tendido trampas, pero no me alejaré de tus mandamientos.
111 Siempre me aferraré a tus enseñanzas porque tu palabra me llena de felicidad.
112 He decidido seguir tus enseñanzas hasta el final.
113 Aborrezco a los hipócritas pero amo tu ley.
114 Tú me mantienes a salvo y me defiendes. Tu palabra alimenta mi esperanza.
115 Déjenme en paz, hombres malvados. Déjenme seguir los mandamientos de mi Dios.
116 Sé mi sostén, Señor, como me lo has prometido, para poder seguir viviendo. No dejes que mi esperanza se convierta en desánimo.
117 Sé mi consuelo, para ser salvo y seguir atendiendo tus enseñanzas.
118 Tú aborreces a los que no te obedecen. Ellos se engañan a sí mismos con una vida de mentiras.
119 Tú tratas a los perversos en la tierra como seres despreciables que han de ser desechados. Por eso amo tu ley.
120 ¡Me estremezco al pensar en ti, y te temo por tus juicios!
121 He hecho lo justo y lo recto. Por ello, no me abandones en manos de mis enemigos.
122 Por favor, prométeme que cuidarás de mi tu siervo. No dejes que los arrogantes me maltraten.
123 Mis ojos están cansados de esperar tu salvación, tratando de ver cumplida tu promesa de hacer buenas todas las cosas.
124 A mi, que soy tu siervo, trátame según tu amor y fidelidad. Enséñame tu voluntad.
125 Soy tu siervo. Por favor, dame discernimiento para entender tus enseñanzas.
126 Señor, ya es hora de que actúes respecto a estas personas que han quebrantado tus leyes.
127 Por ello amo tus mandamientos más que el oro. Más que el oro puro.
128 Cada uno de tus principios es justo. Por ello aborrezco los caminos del engaño.
129 ¡Tus leyes son maravillosas y por ello las obedezco!
130 El estudiar tu palabra proporciona tanta luz, que aún los iletrados pueden etenderla.
Salmos 119 in Versión Biblia Libre