155 Los malvados no pueden ser salvos, porque menosprecian tus enseñanzas.
156 ¡Pero Señor, tu misericordia es grande! ¡Te pido que por tu justicia me dejes vivir!
157 A pesar de que muchos me maltratan y me persiguen, no me he apartado de tu ley.
158 Me indigna ver a los infieles porque aborrecen tu palabra.
159 Señor, mira cuánto amo tus mandamientos. Por favor, déjame vivir, conforme a tu amor incondicional.
160 ¡Tu palabra es verdad! Y todas tus leyes permanecerán para siempre.
161 Los líderes me persiguen sin razón alguna, pero yo solo respeto a tu palabra.
162 Tu palabra me hace tan feliz como aquél que encuentra un inmenso tesoro.
163 Aborrezco y rechazo la mentira, pero amo tus enseñanzas.
164 Te alabo siete veces al día porque tus leyes son buenas.
165 Los que aman tus enseñanzas viven en paz y nada los hace caer.
166 Señor, espero con ansias tu salvación y guardo tus mandamientos.
167 Obedezco tus leyes y las amo con todo mi corazón.