19 El Señor con sabiduría puso en posición las bases de la tierra; con inteligencia puso los cielos en su lugar.
20 Según su conocimiento, el abismo se separó y el rocío cayó desde los cielos.
21 Hijo mío, mantén el buen sentido, y no dejes que los sabios propósitos se aparten de tus ojos.
22 Entonces serán vida para tu alma, y gracia para tu cuello.
23 Entonces irás seguro en tu camino, y tus pies no tendrán ningún motivo para resbalar.
24 Cuando descanses no tendrás miedo, y en tu cama el sueño será dulce para ti.
25 No temas al peligro repentino, ni a la tempestad que vendrá sobre los malhechores:
26 Porque Jehová será tu esperanza, y guardará tu pie de ser tomado en la red.
27 No te niegues a hacer el bien a aquellos que tienen derecho a ello, cuando esté en el poder de tu mano hacerlo.
28 No digas a tu prójimo: vete, y ven, y mañana yo daré; cuando lo tienes por ti en ese momento.
29 No hagas malos designios contra tu prójimo, porque él esté contigo sin temor.
30 No tomes una causa contra la ley contra un hombre por nada, si él no te ha hecho nada malo.
31 No tengas envidia del hombre violento, o tomes cualquiera de sus caminos como ejemplo.
32 Porque el hombre injusto es odiado por el Señor, pero Él es amigo de los rectos.
33 La maldición del Señor está sobre la casa del malhechor, pero su bendición está sobre la morada de los rectos.