4 No te preocupes por obtener riqueza; deja que termine tu deseo de dinero.
5 ¿Se te alzan los ojos? se ha ido: porque la riqueza se harán alas, como un águila en vuelo hacia el cielo.
6 No tomes la comida del que tiene ojos perversos, ni tengas ningún deseo por su delicada carne;
7 porque como los pensamientos de su corazón son, así es él: Toma comida y bebida, él te dice; pero su corazón no está contigo.
8 El alimento que has tomado lo vomitarás, y tus palabras agradables serán desperdiciadas.
9 No digas nada al oído de un hombre necio, porque no valorará la sabiduría de tus palabras.
10 No dejes que se mueva el lindero de la viuda, y no vayas a los campos de los que no tienen padre;
11 Porque su salvador es fuerte, y él tomará su causa contra ti.
12 Da tu corazón a la enseñanza, y tus oídos a las palabras del conocimiento.
13 No retires el entrenamiento del niño: porque incluso si le das golpes con la vara, no será la muerte para él.
14 Dale golpes con la vara, y mantén su alma a salvo del inframundo.
15 Hijo mío, si tu corazón se vuelve sabio, yo también, me alegraré de corazón;