4 La recompensa de un espíritu apacible y el temor del Señor es riqueza, honor y vida.
5 Espinas y redes están en el camino del perverso: el que vigila su alma estará lejos de ellos.
6 Si un niño es entrenado de la manera correcta, incluso cuando sea viejo no se apartará.
7 El hombre de riquezas tiene dominio sobre los pobres, y el que se endeuda es siervo de su acreedor.
8 Al plantar la semilla del mal, el hombre recibirá el grano del dolor, y la vara de su ira se romperá.
9 El bondadoso tendrá bendición, porque da de su pan a los pobres.
10 Envía al hombre de soberbia, y la discusión saldrá; verdaderamente la lucha y la vergüenza llegarán a su fin.
11 Aquel cuyo corazón es limpio es querido por el Señor; por la gracia de sus labios, el rey será su amigo.
12 Los ojos del Señor guardan el conocimiento, pero por él los actos del falso hombre serán revocados.
13 El que odia el trabajo dice: Hay un león fuera. Me matarán en las calles.
14 La boca de las mujeres malas es un hoyo profundo: aquel con quien el Señor está enojado, descenderá a él.
15 Los caminos insensatos están profundamente arraigados en el corazón de un niño, pero la vara del castigo los alejará de él.
16 El que es cruel con los pobres con el propósito de aumentar su ganancia, y el que da al hombre rico, solo tendrá necesidad.
17 Inclina tu oído para oír mis palabras, y deja que tu corazón reflexione sobre el conocimiento.
18 Porque es una delicia guardarlos en tu corazón, tenerlos listos en tus labios.
19 Para que tu fe esté en el Señor, te la he aclarado hoy, aun a ti.