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Números 22:5-39 in Spanish

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Números 22:5-39 in La Biblia en Español Sencillo

5 Entonces envió a los hombres a Balaam, hijo de Beor, en Petor, junto al río, en la tierra de los hijos de su pueblo, y le dijeron: Mira, ha salido de Egipto un pueblo que cubre todo el rostro del tierra, y han puesto sus tiendas frente a mí:
6 Vengan ahora, en respuesta a mi oración, y pongan una maldición sobre esta gente, porque son más grandes que yo: y entonces puedo ser lo suficientemente fuerte para vencerlos y enviarlos fuera de la tierra: porque está claro ese bien le llega al que tiene tu bendición, pero el que pones tu maldición está maldito.
7 Entonces los hombres responsables de Moab y Madián se fueron, tomando en sus manos las recompensas por el profeta; y vinieron a Balaam y le dijeron lo que Balac les había ordenado que dijeran.
8 Y él les dijo: descansa aquí esta noche, y te daré una respuesta después de escuchar lo que el Señor dice; Así que los jefes de Moab se quedaron allí con Balaam esa noche.
9 Y vino Dios a Balaam y le dijo: ¿Quiénes son estos hombres que están contigo?
10 Y Balaam dijo a Dios: Balac, hijo de Zipor, rey de Moab, me los envió, diciendo:
11 Mira, las personas que han salido de Egipto están cubriendo toda la tierra: ahora, maldice este pueblo, para que pueda hacerles la guerra y expulsarlos de la tierra.
12 Entonces Dios dijo a Balaam: No debes ir con ellos, ni maldecir a este pueblo, porque tiene mi bendición.
13 Por la mañana, Balaam se levantó y dijo a los jefes de Balac: Vuelve a tu tierra, porque el Señor no me dejará ir contigo.
14 Entonces los jefes de Moab volvieron a Balac y dijeron: Balaam no vendrá con nosotros.
15 Entonces Balac envió más jefes, mayores en número y en mayor posición que los otros.
16 Fueron a Balaam y dijeron: Balac, hijo de Zipor, dice: Nada te impida venir a mí.
17 Porque te daré un lugar de gran honor, y todo lo que me digas, lo haré; así que ven, en respuesta a mi oración, y pon una maldición sobre esta gente.
18 Pero Balaam, en respuesta; dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, no me sería posible hacer nada más ni menos que las órdenes del Señor mi Dios.
19 Así que descansa aquí esta noche, hasta que sepa qué más me tiene que decir el Señor.
20 Y esa noche, Dios vino a Balaam y le dijo: Si estos hombres han venido por ti, ve con ellos; pero haz sólo lo que yo te diga.
21 Entonces, en la mañana, Balaam se levantó y, ensilló su asno, fue con los jefes de Moab.
22 Pero Dios se enfureció porque él fue, y el ángel del Señor tomó una posición en el camino para evitar que cumpliera su propósito. Iba montado en su asno, y sus dos sirvientes estaban con él.
23 Y el asno vio al ángel del Señor esperando en el camino con su espada en la mano; y saliendo del camino, el asno entró en el campo; y Balaam azotó al asno para que volviera a la carretera.
24 Entonces el ángel del Señor tomó su posición en un camino estrecho a través de los viñas, con un muro en este lado y en él otro.
25 Y el asno vio al ángel del Señor, y se acercó al muro, aplastando el pie de Balaam contra el muro; Y le dio más golpes.
26 Entonces el ángel del Señor fue más allá, deteniéndose en un lugar estrecho donde no había espacio para girar a la derecha ni a la izquierda.
27 Y el asno vio al ángel del Señor y descendió a la tierra debajo de Balaam; y lleno de ira, Balaam le dio duros golpes con su vara.
28 Entonces el Señor le dio al asno el poder de hablar y, abriendo la boca, le dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho que me has dado golpes estas tres veces?
29 Y Balaam dijo al asno: Tú me has hecho parecer tonto: si solo tuviera una espada en la mano, te mataría.
30 Y el asno le dijo a Balaam: ¿No soy tu asno sobre el que has andado toda tu vida hasta este día? ¿Y alguna vez te he hecho esto antes? Y él respondió: No.
31 Entonces él Señor abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel del Señor en el camino con su espada en la mano; y descendió sobre su rostro a la tierra.
32 Y el ángel del Señor le dijo: ¿Por qué le has dado a tu asno golpes estas tres veces? Mira, he salido contra ti para retenerte, porque tu propósito no es agradable para mí.
33 Y el asno me vio, girándose hacia un lado tres veces: si ella no hubiera ido a un lado, ciertamente te habría matado y habría mantenido a salvo.
34 Y Balaam dijo al ángel del Señor: He hecho algo malo, porque no vi que estabas en el camino contra mí; pero ahora, si es malo para ti, volveré.
35 Entonces el ángel del Señor dijo a Balaam: Ve con los hombres; Pero di sólo lo que te doy para decir. Entonces Balaam siguió con los jefes de Balac.
36 Entonces Balac, al enterarse de que Balaam había venido, se dirigió a la ciudad principal de Moab, al borde del Arnón, en la parte más alejada de la tierra, con el propósito de reunirse con él.
37 Entonces Balac dijo a Balaam: ¿No te envié pidiéndote con todo mi corazón que vinieras a mí? porque no viniste ¿No soy capaz de darte un lugar de honor?
38 Entonces Balaam dijo a Balac: Ahora he venido a ti; ¿Pero tengo poder para decir algo? Solo lo que Dios pone en mi boca puedo decir.
39 Y Balaam fue con Balac a Quiriat-huzot.
Números 22 in La Biblia en Español Sencillo

Números 22:5-39 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

5 Por tanto envió mensajeros á Balaam hijo de Beor, á Pethor, que está junto al río en la tierra de los hijos de su pueblo, para que lo llamasen, diciendo: Un pueblo ha salido de Egipto, y he aquí cubre la haz de la tierra, y habita delante de mí:
6 Ven pues ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo: quizá podré yo herirlo, y echarlo de la tierra: que yo sé que el que tú bendijeres, será bendito, y el que tú maldijeres, será maldito.
7 Y fueron los ancianos de Moab, y los ancianos de Madián, con las dádivas de adivinación en su mano, y llegaron á Balaam, y le dijeron las palabras de Balac.
8 Y él les dijo: Reposad aquí esta noche, y yo os referiré las palabras, como Jehová me hablare. Así los príncipes de Moab se quedaron con Balaam.
9 Y vino Dios á Balaam, y díjole: ¿Qué varones son estos que están contigo?
10 Y Balaam respondió á Dios: Balac hijo de Zippor, rey de Moab, ha enviado á mí diciendo:
11 He aquí este pueblo que ha salido de Egipto, cubre la haz de la tierra: ven pues ahora, y maldícemelo; quizá podré pelear con él, y echarlo.
12 Entonces dijo Dios á Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo; porque es bendito.
13 Así Balaam se levantó por la mañana, y dijo á los príncipes de Balac: Volveos á vuestra tierra, porque Jehová no me quiere dejar ir con vosotros.
14 Y los príncipes de Moab se levantaron, y vinieron á Balac, y dijeron: Balaam no quiso venir con nosotros.
15 Y tornó Balac á enviar otra vez más príncipes, y más honorables que los otros.
16 Los cuales vinieron á Balaam, y dijéronle: Así dice Balac, hijo de Zippor: Ruégote que no dejes de venir á mí:
17 Porque sin duda te honraré mucho, y haré todo lo que me dijeres: ven pues ahora, maldíceme á este pueblo.
18 Y Balaam respondió, y dijo á los siervos de Balac: Aunque Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios, para hacer cosa chica ni grande.
19 Ruégoos por tanto ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me vuelve á decir Jehová.
20 Y vino Dios á Balaam de noche, y díjole: Si vinieren á llamarte hombres, levántate y ve con ellos: empero harás lo que yo te dijere.
21 Así Balaam se levantó por la mañana, y cinchó su asna, y fué con los príncipes de Moab.
22 Y el furor de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de Jehová se puso en el camino por adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos mozos suyos.
23 Y el asna vió al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y apartóse el asna del camino, é iba por el campo. Entonces hirió Balaam al asna para hacerla volver al camino.
24 Mas el ángel de Jehová se puso en una senda de viñas que tenía pared de una parte y pared de otra.
25 Y viendo el asna al ángel de Jehová, pegóse á la pared, y apretó contra la pared el pie de Balaam: y él volvió á herirla.
26 Y el ángel de Jehová pasó más allá, y púsose en una angostura, donde no había camino para apartarse ni á diestra ni á siniestra.
27 Y viendo el asna al ángel de Jehová, echóse debajo de Balaam: y enojóse Balaam, é hirió al asna con el palo.
28 Entonces Jehová abrió la boca al asna, la cual dijo á Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has herido estas tres veces?
29 Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado de mí: ¡ojalá tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría!
30 Y el asna dijo á Balaam: ¿No soy yo tu asna? sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado á hacerlo así contigo? Y él respondió: No.
31 Entonces Jehová abrió los ojos á Balaam, y vió al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, é inclinóse sobre su rostro.
32 Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has herido tu asna estas tres veces? he aquí yo he salido para contrarrestarte, porque tu camino es perverso delante de mí:
33 El asna me ha visto, y hase apartado luego de delante de mí estas tres veces: y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría á ti, y á ella dejaría viva.
34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado, que no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino: mas ahora, si te parece mal, yo me volveré.
35 Y el ángel de Jehová dijo á Balaam: Ve con esos hombres: empero la palabra que yo te dijere, esa hablarás. Así Balaam fué con los príncipes de Balac.
36 Y oyendo Balac que Balaam venía, salió á recibirlo á la ciudad de Moab, que está junto al término de Arnón, que es el cabo de los confines.
37 Y Balac dijo á Balaam: ¿No envié yo á ti á llamarte? ¿por qué no has venido á mí? ¿no puedo yo honrarte?
38 Y Balaam respondió á Balac: He aquí yo he venido á ti: mas ¿podré ahora hablar alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa hablaré.
39 Y fué Balaam con Balac, y vinieron á la ciudad de Husoth.
Números 22 in Santa Biblia — Reina Valera 1909