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Marcos 6:4-40 in Spanish

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Marcos 6:4-40 in La Biblia en Español Sencillo

4 Y Jesús les dijo: Un profeta es honrado en todas partes, pero no en su tierra, y entre sus parientes, y en su familia.
5 Y no pudo hacer ninguna obra de poder allí, sino solo poner sus manos sobre una o dos personas que estaban enfermas, y sanarlas.
6 Y se sorprendió mucho porque no tenían fe. Y recorrió los lugares del país enseñando.
7 Y dio órdenes a los doce, y los envió de dos en dos; y él les dio autoridad sobre los espíritus inmundos;
8 Y dijo que no debían llevar nada para su viaje, sino solo un palo; sin pan, sin bolsa, sin dinero en sus bolsillos;
9 Debían ir con zapatos comunes en sus pies, y no llevar dos abrigos.
10 Y él les dijo: Dondequiera que vayas a una casa, haz de eso tu lugar de descanso hasta que te vayas.
11 Y en cualquier lugar que no te acoja y no te escuche, cuando te vayas, quita el polvo de tus pies como testigo en contra de ellos.
12 Y salieron, predicando la necesidad de un cambio de corazón en los hombres.
13 Y echaban fuera muchos espíritus malos, y pusieron aceite sobre gran número de enfermos, y los sanaban.
14 Y el rey Herodes tuvo noticias de él, porque su nombre estaba en los labios de todos; y él dijo: Juan el Bautista ha vuelto de entre los muertos, y por esta razón estos poderes están obrando en él.
15 Pero otros dijeron: Es Elías. Y otros dijeron: Es un profeta, como uno de los profetas.
16 Pero Herodes, cuando tuvo noticias de esto, dijo: Juan, a quien yo di muerte, ha vuelto de entre los muertos.
17 Porque Herodes había enviado hombres para tomar a Juan y ponerlo en la cárcel, a causa de Herodías, la esposa de su hermano Felipe, a quien él se había llevado.
18 Porque Juan dijo a Herodes: Es malo para ti tener a la mujer de tu hermano.
19 Y Herodías le tenía coraje por eso, y quiso matarlo; pero ella no pudo;
20 Porque Herodes temía a Juan, siendo consciente de que era un hombre recto y santo, y lo mantenía a salvo. Y al escucharlo, él estaba muy preocupado; y le oyó con gusto.
21 Y llegó la oportunidad cuando Herodes el día de su cumpleaños dio una fiesta a sus amos, a los altos capitanes y a los principales de Galilea;
22 Y cuando la hija de Herodías en persona entró y bailó, Herodes y los que estaban a la mesa con él se complacieron con ella; y el rey le dijo a la muchacha: Haz una petición para cualquier cosa y yo te la daré.
23 Entonces juró, y le dijo: Cualquiera que sea tu deseo, yo te lo daré, hasta la mitad de mi reino.
24 Y ella salió y le dijo a su madre: ¿Que es lo que debo pedir? Y ella dijo: La cabeza de Juan el Bautista.
25 Y ella entró rápidamente al rey, y dijo: Mi deseo es que me des, ahora mismo, en un plato, la cabeza de Juan el Bautista.
26 Y el rey estaba muy triste; pero debido a sus juramentos, y a los que estaban con él en la mesa, él no le dijo 'No' a ella.
27 Y al instante el rey envió a uno de sus hombres armados, y le ordenó que regresara con la cabeza; y él fue y le cortó la cabeza a Juan en la cárcel,
28 Y volvió con la cabeza en un plato, y la dio a la muchacha; y la muchacha se lo dio a su madre.
29 Y cuando sus discípulos tenían noticias de esto, vinieron y tomaron su cuerpo, y se lo llevaron a enterrar.
30 Y los doce se juntaron a Jesús; y le dieron cuenta de todas las cosas que habían hecho, y todo lo que habían estado enseñando.
31 Y él les dijo: Vengan ustedes solos a un lugar tranquilo, y descansen por un tiempo. Porque había un gran número de personas yendo y viniendo, y no tenían tiempo ni siquiera para comer.
32 Y solo ellos se fueron en la barca a un lugar desolado.
33 Y el pueblo los vio partir, y algunos de ellos, sabiendo quiénes eran, fueron corriendo juntos de todas las ciudades, y llegaron allí delante de ellos.
34 Y él salió, y vio una gran multitud, y tuvo lástima de ellos, porque eran como ovejas sin dueño; y les dio enseñanza acerca de varias cosas.
35 Y al final del día, sus discípulos se le acercaron y le dijeron: Este lugar es un desierto, y es tarde:
36 Envíalos, para que vayan al campo y a las pequeñas ciudades de alrededor, y consigan algunos comida para ellos.
37 Pero él les respondió: Denles de comer ustedes. Y ellos le dijeron: ¿Tenemos que ir a buscar pan por doscientos denarios, y dárselos?
38 Y él les dijo: ¿Cuánto pan tienes? ve y mira. Y cuando lo vieron, dijeron: Cinco tortas de pan y dos pescados.
39 Y él hizo que todos estuvieran sentados en grupos sobre la hierba verde.
40 Y fueron colocados en grupos, por cientos y por cincuenta.
Marcos 6 in La Biblia en Español Sencillo

Marcos 6:4-40 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

4 Mas Jesús les decía: No hay profeta deshonrado sino en su tierra, y entre sus parientes, y en su casa.
5 Y no pudo hacer allí alguna maravilla; solamente sanó unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.
6 Y estaba maravillado de la incredulidad de ellos. Y rodeaba las aldeas de alrededor, enseñando.
7 Y llamó á los doce, y comenzó á enviarlos de dos en dos: y les dió potestad sobre los espíritus inmundos.
8 Y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente báculo; no alforja, ni pan, ni dinero en la bolsa;
9 Mas que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas.
10 Y les decía: Donde quiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de allí.
11 Y todos aquellos que no os recibieren ni os oyeren, saliendo de allí, sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, en testimonio á ellos. De cierto os digo que más tolerable será el castigo de los de Sodoma y Gomorra el día del juicio, que el de aquella ciudad.
12 Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen.
13 Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite á muchos enfermos, y sanaban.
14 Y oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el que bautizaba, ha resucitado de los muertos, y por tanto, virtudes obran en él.
15 Otros decían: Elías es. Y otros decían: Profeta es, ó alguno de los profetas.
16 Y oyéndolo Herodes, dijo: Este es Juan el que yo degollé: él ha resucitado de los muertos.
17 Porque el mismo Herodes había enviado, y prendido á Juan, y le había aprisionado en la cárcel á causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; pues la había tomado por mujer.
18 Porque Juan decía á Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano.
19 Mas Herodías le acechaba, y deseaba matarle, y no podía:
20 Porque Herodes temía á Juan, sabiendo que era varón justo y santo, y le tenía respeto: y oyéndole, hacía muchas cosas; y le oía de buena gana.
21 Y venido un día oportuno, en que Herodes, en la fiesta de su nacimiento, daba una cena á sus príncipes y tribunos, y á los principales de Galilea;
22 Y entrando la hija de Herodías, y danzando, y agradando á Herodes y á los que estaban con él á la mesa, el rey dijo á la muchacha: Pídeme lo que quisieres, que yo te lo daré.
23 Y le juró: Todo lo que me pidieres te daré, hasta la mitad de mi reino.
24 Y saliendo ella, dijo á su madre: ¿Qué pediré? Y ella dijo: La cabeza de Juan Bautista.
25 Entonces ella entró prestamente al rey, y pidió, diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan Bautista.
26 Y el rey se entristeció mucho; mas á causa del juramento, y de los que estaban con él á la mesa, no quiso desecharla.
27 Y luego el rey, enviando uno de la guardia, mandó que fuese traída su cabeza;
28 El cual fué, y le degolló en la cárcel, y trajo su cabeza en un plato, y la dió á la muchacha, y la muchacha la dió á su madre.
29 Y oyéndolo sus discípulos, vinieron y tomaron su cuerpo, y le pusieron en un sepulcro.
30 Y los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado.
31 Y él les dijo: Venid vosotros aparte al lugar desierto, y reposad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, que ni aun tenían lugar de comer.
32 Y se fueron en un barco al lugar desierto aparte.
33 Y los vieron ir muchos, y le conocieron; y concurrieron allá muchos á pie de las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron á él.
34 Y saliendo Jesús vió grande multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y les comenzó á enseñar muchas cosas.
35 Y como ya fuese el día muy entrado, sus discípulos llegaron á él, diciendo: El lugar es desierto, y el día ya muy entrado;
36 Envíalos para que vayan á los cortijos y aldeas de alrededor, y compren para sí pan; porque no tienen qué comer.
37 Y respondiendo él, les dijo: Dadles de comer vosotros. Y le dijeron: ¿Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer?
38 Y él les dice: ¿Cuántos panes tenéis? Id, y vedlo. Y sabiéndolo, dijeron: Cinco, y dos peces.
39 Y les mandó que hiciesen recostar á todos por partidas sobre la hierba verde.
40 Y se recostaron por partidas, de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta.
Marcos 6 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Marcos 6:4-40 in Versión Biblia Libre

4 “Un profeta es tratado con respeto excepto en su propia ciudad, entre sus familiares, y en su propia familia,” les dijo Jesús.
5 El resultado fue que Jesús no podía hacer milagros allí, sino apenas sanar a algunas personas enfermas.
6 Y estaba sorprendido por su falta de fe. Jesús viajaba por las ciudades cercanas, enseñando a su paso.
7 Reunió a los doce discípulos y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los malos espíritus.
8 Les dijo que no llevaran nada con ellos, excepto un bastón. No llevarían pan, ni bolsas, ni dinero en sus cinturones.
9 Podían usar sandalias, pero no debían llevar ropa adicional.
10 “Cuando sean invitados a una casa, quédense allí hasta marcharse,” les dijo.
11 “Si no son bien recibidos ni escuchados, entonces sacudan el polvo de sus pies al salir como señal de que han desistido de ellos.”
12 Así que los discípulos iban por todos lados llamando a las personas al arrepentimiento.
13 Expulsaron muchos demonios, y sanaron a muchos que estaban enfermos, ungiéndolos con aceite.
14 El Rey Herodes llegó a escuchar sobre Jesús desde que se había vuelto reconocido. Algunos decían: “Este es Juan el Bautista que ha resucitado de entre los muertos. Por eso tiene tales poderes milagrosos.”
15 Otros decían: “Es Elías.” Y otros también decían: “Es un profeta, como los profetas del pasado.”
16 Pero cuando Herodes escuchó esto, dijo: “¡Es Juan, el que yo decapité! ¡Ha regresado de entre los muertos!”
17 Pues Herodes había dado órdenes de arrestar y encarcelar a Juan por causa de Herodías, la esposa de su hermano Felipe, con la cual él se había casado.
18 Juan le había dicho a Herodes: “Es contra la ley casarte con la esposa de tu hermano.”
19 De modo que Herodías tenía resentimiento contra Juan y quería que lo mataran. Pero ella no era capaz de mandar a hacerlo
20 porque Herodes sabía que Juan era un hombre santo que hacía lo recto. Herodes protegía a Juan y, aunque lo que Juan le decía lo inquietaba, aun así Herodes se complacía en escuchar lo que él decía.
21 Herodías tuvo su oportunidad en ocasión del cumpleaños de Herodes. Él ofreció un banquete para los nobles, los oficiales militares y líderes importantes de Galilea.
22 Entonces la hija de Herodías llegó y comenzó a danzar para ellos. Herodes y los que estaban comiendo con él estaban deleitados por su presentación, así que le dijo a la niña:
23 “Pídeme lo que quieras, y te lo daré.” Y confirmó su promesa con un juramento, “Te daré hasta la mitad de mi reino.”
24 Ella salió y le preguntó a su madre: “¿Qué debo pedir?” “La cabeza de Juan el Bautista,” respondió ella.
25 La joven se apresuró para regresar y le dijo al rey: “Quiero que me des ahora la cabeza de Juan el Bautista en un plato.”
26 El rey estaba muy descontento por esto, pero como había hecho juramento frente a sus invitados, no quiso negarse a lo que ella pidió.
27 Así que inmediatamente envió a un verdugo para que le trajera la cabeza de Juan. Después de decapitarlo en la prisión,
28 el verdugo trajo la cabeza de Juan en un plato y se lo entregó a la niña, y ella se lo entregó a su madre.
29 Cuando los discípulos de Jesús oyeron lo que había ocurrido, vinieron y tomaron su cuerpo y lo colocaron en una tumba.
30 Los apóstoles regresaron y se reunieron alrededor de Jesús. Le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado.
31 “Vengan conmigo, solo ustedes. Iremos a un lugar tranquilo, y descansaremos un poco,” les dijo Jesús, pues surgían tantas cosas por todas partes que ni siquiera tenían tiempo de comer.
32 Así que se fueron en una barca a un lugar tranquilo para estar a solas.
33 Pero la gente los vio partir y los reconocieron. Así que las personas de todas las ciudades vecinas se apresuraron para seguirlos.
34 Cuando Jesús descendió de la barca, vio una gran multitud, y entonces sintió compasión de ellos, porque estaban como ovejas sin pastor. Así que comenzó a enseñarles sobre muchas cosas.
35 Ya se hacía tarde ese día y los discípulos de Jesús vinieron donde él estaba. Y le dijeron: Estamos a millas de distancia y es muy tarde.
36 Deberías decirles a las personas que se vayan y compren alimentos en las aldeas y pueblos cercanos.”
37 Pero Jesús respondió: “Denles ustedes de comer.” “¿Qué? Necesitaríamos más de seis meses de salario para comprar pan para alimentar a todas estas personas,” respondieron los discípulos.
38 “Bueno, ¿cuánto pan tienen allí?” preguntó Jesús. “Vayan y vean.” Entonces ellos fueron y revisaron, y le dijeron: “Cinco panes, y un par de peces.”
39 Jesús ordenó a todos que se sentaran en grupos sobre la hierba verde.
40 Ellos se sentaron en grupos de cien y de cincuenta.
Marcos 6 in Versión Biblia Libre