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Marcos 5:8-40 in Spanish

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Marcos 5:8-40 in La Biblia en Español Sencillo

8 Porque Jesús le había dicho: Sal de este hombre, espíritu inmundo.
9 Y Jesús dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Mi nombre es Legión, porque somos muchos.
10 Y le rogó una y otra vez que no lo echara fuera de ahí.
11 Ahora, en la ladera de la montaña, había una gran manada de cerdos obteniendo su comida.
12 Y le dijeron: Envíanos a los cerdos, para que podamos entrar en ellos.
13 Y él los dejó hacerlo. Y los espíritus inmundos salieron y entraron en los cerdos; y la manada se precipitó por una pendiente pronunciada hacia el mar, como dos mil de ellos; y llegaron a su muerte en el mar.
14 Y sus cuidadores salieron corriendo y dieron cuenta de ello en la ciudad y en el campo. Y la gente vino a ver lo que había sucedido.
15 Y vinieron a Jesús, y vieron al hombre en quien habían estado los espíritus malignos sentados, vestidos y con pleno uso de sus sentidos, y estaban llenos de temor.
16 Y los que lo habían visto les contaron lo que le habían hecho a él los espíritus malignos y el destino de los cerdos.
17 Y le pidieron que saliera de su pueblo.
18 Y cuando subía al bote, el hombre en quien habían estado los espíritus malignos tenía un gran deseo de venir con él.
19 Y no lo dejó venir con él, sino que le dijo: Vete a tu casa, a tus amigos, y dales nuevas de las grandes cosas que el Señor ha hecho por ti, y de cómo tuvo misericordia de ti.
20 Y él siguió su camino, y publicó en el pueblo de Decápolis qué grandes cosas había hecho Jesús por él; y todos los hombres estaban maravillados.
21 Y pasando Jesús otra vez en la barca al otro lado, vino a él gran número de personas, y él estaba junto al mar.
22 Y vino uno de los príncipes de la sinagoga, llamado Jairo, y viéndolo, se arrodillo a sus pies,
23 Y le hizo fuertes rogativas, diciendo: Mi pequeña hija está cerca de la muerte: es mi oración que tú vengas y pongas tus manos sobre ella, para que ella pueda estar sana y tener vida.
24 Y él fue con él; y mucha gente lo empujaba y lo siguió, y se le acercó.
25 Y una mujer, que había tenido un flujo de sangre durante doce años,
26 Y había sufrido mucho a manos de un número de médicos, y había dado todo lo que tenía, y no había mejorado, pero estaba aún peor,
27 Cuando ella tenía noticias de las cosas que Jesús hizo, fue entre las personas que lo seguían, y puso su mano en su manto.
28 Porque ella dijo: Si yo solo pongo mi mano en su manto, seré sanada.
29 Y enseguida se secó el sangrado, y sintió en su cuerpo que su enfermedad había desaparecido y que estaba sana.
30 Y de inmediato Jesús fue consciente de que el poder había salido de él; y, dirigiéndose a la gente, dijo: ¿Quién estaba tocando mi túnica?
31 Y sus discípulos le dijeron: Tú ves a la gente que te rodea por todas partes, y dices: ¿Quién me estaba tocando?
32 Y al mirar en derredor para ver a la que había hecho esto,
33 La mujer, temblando de miedo, consciente de lo que le habían hecho, vino y, cayendo sobre su rostro delante de él, le dio una verdadera versión de todo.
34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha sanado; vete en paz y libre para siempre de tu enfermedad.
35 Y mientras él aún hablaba, vinieron del jefe de la casa de la sinagoga, diciendo: Tu hija está muerta: ¿por qué sigues inquietando al Maestro?
36 Pero Jesús, sin prestar atención a sus palabras, dijo al jefe de la sinagoga: No temas, solo ten fe.
37 Y no dejó que nadie viniera con él, sino Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo.
38 Y vinieron a la casa del principal de la sinagoga; y vio gente corriendo de aquí para allá, y llorando en voz alta.
39 Y cuando él entró, les dijo: ¿Por qué estáis haciendo tanto ruido y llorando? El niño no está muerto, sino durmiendo.
40 Y se estaban riendo de él. Pero él, después de haberlos enviado afuera a todos, tomó al padre de la niña y a su madre y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña.
Marcos 5 in La Biblia en Español Sencillo

Marcos 5:8-40 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

8 Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo.
9 Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.
10 Y le rogaba mucho que no le enviase fuera de aquella provincia.
11 Y estaba allí cerca del monte una grande manada de puercos paciendo.
12 Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos á los puercos para que entremos en ellos.
13 Y luego Jesús se lo permitió. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los puercos, y la manada cayó por un despeñadero en la mar; los cuales eran como dos mil; y en la mar se ahogaron.
14 Y los que apacentaban los puercos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron para ver qué era aquello que había acontecido.
15 Y vienen á Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado y vestido, y en su juicio cabal; y tuvieron miedo.
16 Y les contaron los que lo habían visto, cómo había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los puercos.
17 Y comenzaron á rogarle que se fuese de los términos de ellos.
18 Y entrando él en el barco, le rogaba el que había sido fatigado del demonio, para estar con él.
19 Mas Jesús no le permitió, sino le dijo: Vete á tu casa, á los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.
20 Y se fué, y comenzó á publicar en Decápolis cuán grandes cosas Jesús había hecho con él: y todos se maravillaban.
21 Y pasando otra vez Jesús en un barco á la otra parte, se juntó á él gran compañía; y estaba junto á la mar.
22 Y vino uno de los príncipes de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vió, se postró á sus pies,
23 Y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está á la muerte: ven y pondrás las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.
24 Y fué con él, y le seguía gran compañía, y le apretaban.
25 Y una mujer que estaba con flujo de sangre doce años hacía,
26 Y había sufrido mucho de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor,
27 Como oyó hablar de Jesús, llegó por detrás entre la compañía, y tocó su vestido.
28 Porque decía: Si tocare tan solamente su vestido, seré salva.
29 Y luego la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.
30 Y luego Jesús, conociendo en sí mismo la virtud que había salido de él, volviéndose á la compañía, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
31 Y le dijeron sus discípulos: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?
32 Y él miraba alrededor para ver á la que había hecho esto.
33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en sí había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva: ve en paz, y queda sana de tu azote.
35 Hablando aún él, vinieron de casa del príncipe de la sinagoga, diciendo: Tu hija es muerta; ¿para qué fatigas más al Maestro?
36 Mas luego Jesús, oyendo esta razón que se decía, dijo al príncipe de la sinagoga: No temas, cree solamente.
37 Y no permitió que alguno viniese tras él sino Pedro, y Jacobo, y Juan hermano de Jacobo.
38 Y vino á casa del príncipe de la sinagoga, y vió el alboroto, los que lloraban y gemían mucho.
39 Y entrando, les dice: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La muchacha no es muerta, mas duerme.
40 Y hacían burla de él: mas él, echados fuera todos, toma al padre y á la madre de la muchacha, y á los que estaban con él, y entra donde la muchacha estaba.
Marcos 5 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Marcos 5:8-40 in Versión Biblia Libre

8 Pues Jesús ya le había dicho al espíritu maligno que saliera del hombre.
9 Entonces Jesús le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?” “Mi nombre es Legión, ¡porque somos muchos!” le respondió.
10 Además le imploraba a Jesús repetidas veces que no los enviara lejos.
11 Un gran rebaño de cerdos se alimentaba en la ladera que estaba cerca.
12 Entonces los espíritus malignos le imploraron: “Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos.”
13 Y Jesús permitió que lo hicieran. Entonces los espíritus malignos salieron de aquél hombre y se fueron hacia el lugar donde estaban los cerdos. Y todo el rebaño, cerca de dos mil cerdos, salió corriendo cuesta abajo por un precipicio hacia el mar y se ahogaron.
14 Los hombres que cuidaban el rebaño de cerdos salieron corriendo, y difundieron la noticia por toda la ciudad y en el pueblo. La gente vino a ver lo que había pasado.
15 Cuando encontraron a Jesús, vieron al hombre endemoniado sentado allí, vestido, y en su sano juicio—y se asustaron.
16 Los que habían visto lo que había ocurrido con el hombre poseído por el demonio y con los cerdos lo contaron a los demás.
17 Comenzaron a suplicarle a Jesús que se fuera de su región.
18 Cuando Jesús subió a la barca, el hombre que había estado poseído por el demonio le rogó que lo dejara ir con él.
19 Pero Jesús no aceptó, y le dijo: “Ve a tu casa, a tu propio pueblo, y cuéntales todo lo que el Señor ha hecho por ti y cuán misericordioso ha sido contigo.”
20 Así que el hombre siguió su propio camino y comenzó a contarle a la gente de las Diez Ciudades todo lo que Jesús había hecho por él, y todos estaban asombrados.
21 Jesús regresó nuevamente en la barca al otro lado del lago donde había una gran multitud reunida a su alrededor en la orilla.
22 Un líder, llamado Jairo, de una de las sinagogas vino donde él estaba. Cuando vio a Jesús, cayó a sus pies
23 y le suplicó diciendo: “Mi hijita está a punto de morir. Por favor, ven y coloca tus manos sobre ella para que sea sanada y viva.”
24 Entonces Jesús fue con él. Todos lo seguían, al tiempo que lo empujaban y se arrimaban sobre él.
25 Allí había una mujer que había estado enferma por causa de un sangrado durante doce años.
26 Había sufrido mucho bajo el cuidado de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía. Pero nada había sido útil, de hecho, había empeorado.
27 Ella había escuchado sobre Jesús, así que se levantó para ir tras él, en medio de la multitud, y tocó su manto.
28 Pues ella pensaba dentro de sí: “Si tan solo logro tocar su manto, seré sanada.”
29 El sangrado se detuvo de inmediato, y ella sintió que su cuerpo quedó sano de su enfermedad.
30 Jesús, al percibir que de él había salido poder, se dio la vuelta en medio de la multitud y preguntó, “¿quién tocó mi manto?”
31 “Mira la multitud que te empuja. ¿Qué quieres decir con eso de ‘quién me tocó?’” respondieron los discípulos.
32 Pero Jesús seguía mirando la multitud a su alrededor para ver quién lo había hecho.
33 Entonces la mujer, al comprender lo que le había sucedido, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
34 “Hija mía, tu confianza en mí te ha sanado. Vete en paz. Has sido completamente sanada de tu enfermedad,” le dijo Jesús.
35 Mientras aún hablaba, algunas personas vinieron de la casa del líder de la sinagoga. “Tu hija murió,” le dijeron. “Ya no necesitas molestar más al Maestro.”
36 Pero Jesús no prestó atención a lo que ellos dijeron. Entonces le dijo al líder de la Sinagoga: “No temas, confía en mí.”
37 Él no dejó que ninguno fuera con él, excepto Pedro, Santiago, y Juan, que era el hermano de Santiago.
38 Cuando llegaron a la casa del líder de la sinagoga, Jesús vio toda la conmoción de las personas que lloraban y gemían.
39 Jesús entró y les preguntó: “¿Por qué están haciendo tanto alboroto con tanto llanto? La niña no está muerta, ella solamente está durmiendo.”
40 Entonces todos se rieron de él con menosprecio. Jesús mandó a todos salir. Entonces entró a la habitación donde estabala niña, llevando consigo al padre y a la madre de la niña y a tres discípulos.
Marcos 5 in Versión Biblia Libre