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Lucas 4:15-44 in Spanish

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Lucas 4:15-44 in La Biblia en Español Sencillo

15 Y él enseñaba en sus sinagogas, y todos los hombres lo glorificaban.
16 Y vino a Nazaret, donde había estado de niño, y se fue, conforme a su costumbre, a la sinagoga en sábado, el día de reposo, y se levantó para dar una lectura.
17 Y el libro del profeta Isaías le fue dado y, abriendo el libro, vino al lugar donde dice,
18 El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; él me ha enviado para sanar a los que tienen el corazón roto; para pregonar libertad a los cautivos, y los ciegos verán, y poner en libertad, a los oprimidos;
19 Para predicar el año aceptable del Señor.
20 Y enrollando el libro, lo devolvió al ministro y se sentó; y todos los ojos de la sinagoga estaban fijos en él.
21 Entonces él les dijo: Hoy esta palabra se ha cumplido delante de ustedes.
22 Y todos ellos dieron testimonio, maravillados, de las palabras de gracia que salían de su boca, y dijeron: ¿No es éste el hijo de José?
23 Y les dijo: Sin duda me dirán : este refrán: médico cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que hiciste en Capernaum, haz también aquí en tu tierra.
24 Y él les dijo: De cierto les digo que ningún profeta es honrado en su tierra.
25 De cierto les digo, que había muchas viudas en Israel en los días de Elías, cuando el cielo estuvo cerrado por tres años y seis meses, y no había alimento en la tierra;
26 Pero Elías no fue enviado a ninguno de ellos, sino a Sarepta, en la tierra de Sidón, a una mujer viuda.
27 Y había un número de leprosos en Israel en el tiempo del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue limpiado, sino solo Naamán el sirio.
28 Y todos los que estaban en la sinagoga se enojaron mucho cuando les dijeron estas cosas.
29 Y ellos se levantaron y lo sacaron de la ciudad, hasta la cumbre a la orilla del monte donde estaba edificado su pueblo, para empujarlo y enviarlo a la muerte.
30 Pero él pasó por en medio de ellos y siguió su camino.
31 Y descendió a Capernaúm, ciudad de Galilea; y él les estaba dando enseñanza en el día de reposo.
32 Y se sorprendieron de su enseñanza, porque su palabra era con autoridad.
33 Y había un hombre en la sinagoga que tenía un espíritu inmundo; y él lanzó un gran grito y dijo:
34 ¡Déjenos ! ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret? has venido a poner fin a nosotros? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.
35 Y Jesús le dijo: Cállate, y sal de él. Y cuando el espíritu inmundo derribandolo en la tierra en medio de ellos, salió de él, sin hacerle daño.
36 Y se maravillaron todos ellos, y se dijeron unos a otros: ¿Qué son estas palabras? que con autoridad y poder da órdenes a los espíritus inmundos y ellos salen.
37 Y se habló mucho de él en todos los lugares de alrededor.
38 Entonces Jesús se levantó, y salió de la sinagoga, y entró en la casa de Simón. Y la madre de la esposa de Simón estaba muy enferma con fiebre; y le pidieron que la ayudara,
39 Se acercó a ella y, reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó; y de inmediato se levantó y se hizo cargo de sus necesidades.
40 Y a la puesta del sol todos los que tenían a alguien enfermo con algún tipo de enfermedad, se los llevaron a él, y les puso las manos encima a cada uno de ellos y los sanó.
41 Y algunos espíritus malos salieron de ellos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero les dio órdenes precisas de no decir una palabra, porque sabían que él era el Cristo.
42 Y cuando fue de día, salió y fue a un lugar desierto; y grandes cantidades de personas vinieron a buscarlo, y acudieron a él y lo detenían para que no se fuera de ellos.
43 Pero él les dijo: Tengo que dar las buenas nuevas del reino de Dios en otras ciudades, porque para esto he sido enviado.
44 Y él estaba enseñando en las sinagogas de Galilea.
Lucas 4 in La Biblia en Español Sencillo

San Lucas 4:15-44 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

15 Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado de todos.
16 Y vino á Nazaret, donde había sido criado; y entró, conforme á su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó á leer.
17 Y fuéle dado el libro del profeta Isaías; y como abrió el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
18 El Espíritu del Señor es sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas á los pobres: me ha enviado para sanar á los quebrantados de corazón; para pregonar á los cautivos libertad, y á los ciegos vista; para poner en libertad á los quebrantados:
19 Para predicar el año agradable del Señor.
20 Y rollando el libro, lo dió al ministro, y sentóse: y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
21 Y comenzó á decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos.
22 Y todos le daban testimonio, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?
23 Y les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate á ti mismo: de tantas cosas que hemos oído haber sido hechas en Capernaum, haz también aquí en tu tierra.
24 Y dijo: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su tierra.
25 Mas en verdad os digo, que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fué cerrado por tres años y seis meses, que hubo una grande hambre en toda la tierra;
26 Pero á ninguna de ellas fué enviado Elías, sino á Sarepta de Sidón, á una mujer viuda.
27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; mas ninguno de ellos fué limpio, sino Naamán el Siro.
28 Entonces todos en la sinagoga fueron llenos de ira, oyendo estas cosas;
29 Y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual la ciudad de ellos estaba edificada, para despeñarle.
30 Mas él, pasando por medio de ellos, se fué.
31 Y descendió á Capernaum, ciudad de Galilea. Y los enseñaba en los sábados.
32 Y se maravillaban de su doctrina, porque su palabra era con potestad.
33 Y estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de un demonio inmundo, el cual exclamó á gran voz,
34 Diciendo: Déjanos, ¿qué tenemos contigo, Jesús Nazareno? ¿has venido á destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.
35 Y Jesús le increpó, diciendo: Enmudece, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio, salió de él, y no le hizo daño alguno.
36 Y hubo espanto en todos, y hablaban unos á otros, diciendo: ¿Qué palabra es ésta, que con autoridad y potencia manda á los espíritus inmundos, y salen?
37 Y la fama de él se divulgaba de todas partes por todos los lugares de la comarca.
38 Y levantándose Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón: y la suegra de Simón estaba con una grande fiebre; y le rogaron por ella.
39 E inclinándose hacia ella, riñó á la fiebre; y la fiebre la dejó; y ella levantándose luego, les servía.
40 Y poniéndose el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades, los traían á él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.
41 Y salían también demonios de muchos, dando voces, y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Mas riñéndolos no les dejaba hablar; porque sabían que él era el Cristo.
42 Y siendo ya de día salió, y se fué á un lugar desierto: y las gentes le buscaban, y vinieron hasta él; y le detenían para que no se apartase de ellos.
43 Mas él les dijo: Que también á otras ciudades es necesario que anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto soy enviado.
44 Y predicaba en las sinagogas de Galilea.
San Lucas 4 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Lucas 4:15-44 in Versión Biblia Libre

15 Jesús enseñaba en sus sinagogas, y todo el mundo lo alababa.
16 Cuando llegó a Nazaret, la ciudad donde había crecido, entró el sábado a la sinagoga como de costumbre.
17 Y le entregaron el rollo del profeta Isaías. Entonces Jesús lo desenrolló y encontró el lugar donde dice:
18 “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la buena noticia al menesteroso. Me ha enviado para proclamar que los prisioneros serán puestos en libertad, los ciegos verán, los oprimidos serán liberados,
19 y para proclamar el tiempo del favor del Señor.”
20 Volvió a enrollarlo y lo devolvió al encargado. Entonces se sentó. Y todos en la sinagoga lo miraban.
21 “Esta Escritura que acaban de oír se ha cumplido hoy,” les dijo.
22 Y todos expresaron su aprobación hacia él, asombrados por las palabras que salieron de sus labios. “¿Acaso no es este el hijo de José?” se preguntaban ellos.
23 Jesús respondió: “Estoy seguro de que ustedes me repetirán este proverbio: ‘médico, ¡cúrate a ti mismo!’ y preguntarán: “¿Por qué no haces aquí en tu propia ciudad lo que oímos que hiciste en Capernaúm?”
24 Pero yo les digo la verdad, ningún profeta es aceptado en su propia ciudad.
25 Les aseguro que hubo muchas viudas en Israel durante el tiempo de Elías, cuando hubo una sequía por tres años y medio que causó una gran hambruna por todo el país.
26 Sin embargo, Elías no fue enviado donde ninguna de ellas. Sino que fue enviado a una viuda en Sarepta, ¡en la región de Sidón!
27 Y aunque había muchos leprosos en Israel durante el tiempo de Eliseo, ¡el único que fue sanado fue Naamán, el sirio!”
28 Cuando oyeron esto, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron.
29 De un salto se pusieron de pie y lo llevaron fuera de la ciudad. Entonces lo agarraron con violencia y lo llevaron hasta la cima de la montaña sobre la cual estaba construida la ciudad, para lanzarlo del peñasco.
30 Pero él caminó en medio de ellos y siguió su camino.
31 Entonces Jesús descendió a Capernaúm, una ciudad de Galilea. Y comenzó a enseñarles un sábado.
32 Ellos estaban sorprendidos por lo que enseñaba porque hablaba con autoridad.
33 En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por un demonio. Y gritaba:
34 “¿Qué quieres con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: ¡El Santo de Dios!”
35 Jesús lo interrumpió, diciendo: “¡Cállate!” Entonces le ordenó al demonio: “¡Sal de él!” Y lanzándolo al piso delante de ellos, el demonio salió del hombre sin hacerle daño.
36 Y todos estaban sorprendidos y se preguntaban unos a otros: “¿Qué enseñanza es esta? Pues con poder y autoridad da orden de salir a los espíritus malignos ¡y ellos lo hacen!”
37 Y la noticia acerca de Jesús se extendía por toda la región.
38 Después de marcharse de la sinagoga, Jesús fue a la casa de Simón. La suegra de Simón estaba enferma con una fiebre alta, y los que estaban allí le pidieron ayuda a Jesús.
39 Entonces Jesús fue y se puso en pie junto a ella. Le ordenó a la fiebre que se fuera, y así sucedió. Entonces ella se levantó de inmediato y preparó una comida para ellos.
40 Cuando el sol se puso, trajeron delante de él a todos los enfermos que sufrían de diversas enfermedades. Y Jesús ponía sus manos sobre ellos, uno tras otro, y los sanaba.
41 Salieron demonios de muchas personas, gritando: “Tú eres el hijo de Dios.” Pero Jesús los interrumpía y no los dejaba hablar porque ellos sabían que él era el Cristo.
42 Siendo temprano, a la mañana siguiente, Jesús salió para encontrar algún lugar tranquilo donde pudiera estar en paz. Pero las multitudes siguieron buscándolo, y finalmente lo encontraron. Trataron de detenerlo al salir porque no querían que se fuera.
43 Pero él les dijo: “Tengo que ir a otras ciudades a contarles la buena noticia del reino de Dios también, porque para esto fui enviado.”
44 Entonces Jesús siguió viajando, enseñando la buena noticia en las sinagogas de Judea.
Lucas 4 in Versión Biblia Libre