18 Y él dijo: Esto haré: derribaré mis almacenes y haré otros mayores, y allí pondré todo mi frutos y mis bienes.
19 Y le diré a mi alma, Alma, que tienes una gran cantidad de bienes almacenados, suficiente durante varios años; reposate, toma, come, y bebe y se feliz.
20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, ¿y quién será el dueño de todas las cosas que has juntado?
21 Así que eso es lo que le llega al hombre que obtiene riqueza para sí mismo, y no tiene riqueza a los ojos de Dios.
22 Y dijo a sus discípulos: Por lo cual les digo que no se afanen en sus vidas, qué comerán ni por el cuerpo, qué vestirán.
23 ¿No es la vida más que alimento, y el cuerpo más que su ropa?
24 Piensa en los cuervos; no ponen semillas en la tierra ni siegan; no tienen almacenes o edificios; y Dios les da su alimento: ¡cuánto más valiosos son ustedes que las aves!
25 ¿Y quién de ustedes, al afanarse, puede hacerse más alto?
26 Si, entonces, no pueden hacer ni siquiera lo que es menos, ¿por qué están preocupado por el resto?
27 Piensen en las flores: no trabajan, no hacen ningún hilo; y aún así les digo, incluso Salomón, en toda su gloria, no fue vestido como una de ellas.
28 Pero si Dios da tal ropa a la hierba en el campo, que hoy está viva, y mañana será quemada en el horno, ¿cuánto más te dará ropa, hombres de poca fe?
29 Y no piensen demasiado en lu comida y bebida, y no dejen que su mente esté llena de dudas.
30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero su Padre sabe que tienen necesidad de estas cosas.
31 Pero busca el reino de Dios, y estas otras cosas te serán dadas por añadidura.
32 No temas, pequeño rebaño, porque es un gran placer para su Padre darles el reino.
33 Vendan la propiedad que tienen a cambio de dinero y den el dinero a los pobres; háganse bolsas de dinero que no envejecerán, riquezas almacenadas en el cielo que no se agota, donde ladrón no llega, ni gusano lo destruye.
34 Porque donde están sus riquezas, allí estará su corazón.
35 Prepárense, vestidos como para un viaje, con sus lámparas encendidas.
36 Sean como los hombres que buscan a su señor, cuando regrese de la fiesta de la novia; para que cuando llegue a la puerta, se le abra rápidamente.
37 Felices son aquellos siervos que están mirando cuando el señor viene; de verdad les digo, él se hará su sirviente, y hará que se sienten a a la mesa, él vendrá y les dará de comer.
38 Y si él viene en la segunda vigilia de la noche o en la tercera vigilia, y lo están esperando, felices son esos siervos.
39 Pero sepan esto, que si el dueño de la casa hubiera tenido conocimiento del tiempo cuando el ladrón estaba llegando, él velaría, y no habría permitido que su casa fuera asaltada.
40 Así que estén preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá en un momento en que no lo están esperando.
41 Y Pedro le dijo: Señor, ¿nos han dicho estas palabras solamente a nosotros, o a todos los hombres?
42 Y el Señor dijo: ¿Quién es entonces el siervo sabio y responsable a quien su señor pondrá en control de su familia, para darles su alimento a su debido tiempo?
43 Feliz es ese siervo que, cuando viene su señor, lo halle haciendo así.
44 De cierto les digo, él le pondrá al mando de todos sus bienes.
45 Pero si ese siervo se dice a sí mismo: Mi señor tardará en llegar; y comenzare a golpear a los hombres-sirvientes y siervas, festejando y tomando mucho vino;