51 Les digo la verdad, cualquiera que sigue mi enseñanza, no morirá jamás.”
52 “Ahora sabemos que estás poseído por el demonio,” dijeron los judíos. “Abraham murió, y los profetas también, ¡y tú estás diciéndonos “cualquiera que sigue mi enseñanza, no morirá jamás!’
53 ¿Acaso eres tú más grande que nuestro padre Abraham? Él murió, y los profetas también murieron. ¿Quién crees que eres?”
54 Jesús respondió: “Si yo me glorifico a mí mismo, mi Gloria no significa nada. Pero es Dios mismo quien me glorifica, el mismo del cual ustedes dicen ‘Él es nuestro Dios.’
55 Ustedes no lo conocen, pero yo sí lo conozco. Si yo dijera ‘No lo conozco,’ sería un mentiroso, tal como ustedes. Pero yo sí lo conozco, y hago lo que Él dice.
56 Abrahám se deleitó en esperar mi venida, y se alegró cuando la vio.”
57 Los judíos respondieron: “Aún no tienes ni cincuenta años de edad, ¿y dices que has visto a Abraham?”
58 “Les digo la verdad: antes de que Abraham naciera, Yo soy,” dijo Jesús.