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Juan 8:5-30 in Spanish

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Juan 8:5-30 in La Biblia en Español Sencillo

5 Ahora, en la ley, Moisés dio instrucciones de que tales mujeres serían apedreadas; ¿Qué dices al respecto?
6 Dijeron esto, poniéndolo a prueba, para que pudieran tener algo contra él. Pero Jesús, con su cabeza inclinada, hizo letras en el piso con su dedo.
7 Pero cuando continuaron con sus preguntas, él se levantó y les dijo: deja aquel entre ustedes, que está sin pecado, sea el primero en enviar una piedra contra ella.
8 Y nuevamente, con la cabeza inclinada, hizo letras en el piso.
9 Y cuando sus palabras llegaron a oídos de ellos, salieron uno por uno, comenzando por los más viejos hasta el último, porque tenían conciencia de lo que había en sus corazones: y Jesús estaba allí solo con la mujer que estaba delante de él.
10 Entonces Jesús, levantándose, y viendo a nadie más que a la mujer, le dijo: ¿Dónde están los hombres que dijeron cosas en tu contra? ¿Nadien te ha condenado?
11 Y ella dijo: Ningún hombre, Señor. Y Jesús dijo: Yo tampoco te condeno; vete, y no peques más.
12 Entonces, otra vez Jesús les dijo: Yo soy la luz del mundo; el que viene conmigo no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.
13 Entonces los fariseos le dijeron: El testimonio que das es acerca de ti: tu testimonio no es verdadero.
14 Jesús dijo en respuesta: Aunque doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde vengo y hacia dónde voy; pero ustedes no saben de dónde vengo ni adónde voy.
15 Estás juzgando por lo que ven; No estoy juzgando a ningún hombre.
16 Incluso si estoy juzgando, mi decisión es correcta, porque no estoy solo; conmigo está el Padre que me envió.
17 Incluso en tu ley se dice que el testimonio de dos hombres es verdadero.
18 Doy testimonio acerca de mí mismo y el Padre que me envió da testimonio sobre mí.
19 Entonces ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Jesús dijo en respuesta: No tienen conocimiento de mí ni de mi Padre: si me conocieran, también a mi Padre conocerían.
20 Jesús dijo estas palabras en el lugar donde estaban guardadas las ofrendas, mientras enseñaba en el Templo; pero nadie lo arrestó porque su tiempo aún estaba por venir.
21 Entonces él les dijo otra vez: Me voy y ustedes me estarán buscando, pero la muerte los alcanzará en sus pecados. No es posible que vengan a donde voy.
22 Entonces los judíos dijeron: ¿Se quitará la vida? ¿Es por eso que dice: Donde voy, no es posible que vengan?
23 Y él les dijo: Ustedes son de la tierra; Yo soy del cielo: ustedes son de este mundo; Yo no soy de este mundo.
24 Por esta razón les dije que la muerte les alcanzará en sus pecados; porque si no tienen fe en que yo soy él, la muerte vendrá a ustedes mientras que estén en pecado.
25 Entonces ellos le dijeron: ¿Quién eres tú? Jesús dijo: Lo que les dije desde el principio.
26 Tengo mucho que decir acerca de ustedes y juzgar acerca de ustedes; pero el que me envió es verdadero, y lo que me ha dicho lo digo al mundo.
27 Ellos no entendieron que hablaba del Padre.
28 Entonces Jesús dijo: Cuando el Hijo del hombre haya sido levantado por ustedes, entonces les será claro quién soy, y que no hago nada por mí mismo, sino que digo exactamente lo que el Padre me ha enseñado.
29 El que me envió, conmigo está; él no se ha ido de mí, porque siempre hago las cosas que le agradan.
30 Cuando dijo esto, un número llegó a tener fe en él.
Juan 8 in La Biblia en Español Sencillo

Juan 8:5-30 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

5 Y en la ley Moisés nos mandó apedrear á las tales: tú pues, ¿qué dices?
6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Empero Jesús, inclinado hacia abajo, escribía en tierra con el dedo.
7 Y como perseverasen preguntándole, enderezóse, y díjoles: El que de vosotros esté sin pecado, arroje contra ella la piedra el primero.
8 Y volviéndose á inclinar hacia abajo, escribía en tierra.
9 Oyendo, pues, ellos, redargüidos de la conciencia, salíanse uno á uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros: y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
10 Y enderezándose Jesús, y no viendo á nadie más que á la mujer, díjole: ¿Mujer, dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te ha condenado?
11 Y ella dijo: Señor, ninguno. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno: vete, y no peques más.
12 Y hablóles Jesús otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la lumbre de la vida.
13 Entonces los Fariseos le dijeron: Tú de ti mismo das testimonio: tu testimonio no es verdadero.
14 Respondió Jesús, y díjoles: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y á dónde voy; mas vosotros no sabéis de dónde vengo, y á dónde voy.
15 Vosotros según la carne juzgáis; mas yo no juzgo á nadie.
16 Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy solo, sino yo y el que me envió, el Padre.
17 Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.
18 Yo soy el que doy testimonio de mí mismo: y da testimonio de mí el que me envió, el Padre.
19 Y decíanle: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni á mí me conocéis, ni á mi Padre; si á mí me conocieseis, á mi Padre también conocierais.
20 Estas palabras habló Jesús en el lugar de las limosnas, enseñando en el templo: y nadie le prendió; porque aun no había venido su hora.
21 Y díjoles otra vez Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, mas en vuestro pecado moriréis: á donde yo voy, vosotros no podéis venir.
22 Decían entonces los Judíos: ¿Hase de matar á sí mismo, que dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir?
23 Y decíales: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.
24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creyereis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.
25 Y decíanle: ¿Tú quién eres? Entonces Jesús les dijo: El que al principio también os he dicho.
26 Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros: mas el que me envió, es verdadero: y yo, lo que he oído de él, esto hablo en el mundo.
27 Mas no entendieron que él les hablaba del Padre.
28 Díjoles pues, Jesús: Cuando levantareis al Hijo del hombre, entonces entenderéis que yo soy, y que nada hago de mí mismo; mas como el Padre me enseñó, esto hablo.
29 Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre; porque yo, lo que á él agrada, hago siempre.
30 Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él.
Juan 8 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Juan 8:5-30 in Versión Biblia Libre

5 Ahora, en la Ley, Moisés ordenó que debemos apedrear a estas mujeres. ¿Qué dices tú?”
6 Ellos decían esto para ponerle una trampa a Jesús, a fin de condenarlo. Pero Jesús se arrodilló y escribía en la tierra con su dedo.
7 Ellos seguían exigiendo una respuesta, así que él se levantó y les dijo: “Cualquiera de ustedes que nunca haya pecado puede lanzar la primera piedra sobre ella.”
8 Entonces se arrodilló otra vez y siguió escribiendo en la tierra.
9 Cuando ellos escucharon esto, comenzaron a marcharse, uno a uno, comenzado desde el más anciano hasta que Jesús quedó en medio de la multitud con la mujer que aún estaba allí.
10 Jesús se levantó y le preguntó: “¿Dónde están ellos? ¿No quedó ninguno para condenarte?”
11 “Ninguno, Señor,” respondió ella. “Yo tampoco te condeno,” le dijo Jesús. “Vete y no peques más.”
12 Jesús habló una vez más al pueblo, diciéndoles: “Yo soy la luz del mundo. Si me siguen, no caminarán en la oscuridad, porque tendrán la luz de la vida.”
13 Los Fariseos respondieron: “¡Tú no puedes ser tu propio testigo! ¡Lo que dices no prueba nada!”
14 “Incluso si yo soy mi propio testigo, mi testimonio es verdadero,” les dijo Jesús, “porque sé de dónde vengo y hacia dónde voy. Pero ustedes no saben de dónde vengo ni hacia dónde voy.
15 Ustedes juzgan humanamente, pero yo no juzgo a nadie.
16 Incluso si yo juzgara, mi juicio sería justo porque no estoy haciendo esto por mi cuenta. El Padre que me envió está conmigo.
17 La misma ley de ustedes dice que el testimonio de dos testigos es válido.
18 Yo soy mi propio testigo, y mi otro testigo es mi Padre que me envió.
19 “¿Dónde está tu padre?” le preguntaron. “Ustedes no me conocen a mí ni a mi Padre,” respondió Jesús. “Si ustedes me conocieran, entonces conocerían a mi Padre también.”
20 Jesús explicaba esto mientras enseñaba cerca de la tesorería del Templo. Sin embargo, nadie lo arrestó porque aún no había llegado su tiempo.
21 Jesús les dijo de nuevo: “Yo me voy y ustedes me buscarán, pero morirán en su pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir.”
22 Los judíos preguntaban en voz alta: “¿Acaso va a matarse a sí mismo? ¿Es eso a lo que se refiere cuando dice ‘adonde yo voy ustedes no pueden ir’?”
23 Jesús les dijo: “Ustedes son de abajo, yo soy de arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo.
24 Es por eso que les dije que ustedes morirán en sus pecados. Porque si no creen en mí, en el ‘Yo soy,’ morirán en sus pecados.”
25 Entonces ellos le preguntaron, “¿Quién eres tú?” “Soy exactamente quien les dije que era desde el principio,” respondió Jesús.
26 “Hay muchas cosas que yo podría decir de ustedes, y muchas cosas que podría condenar. Pero el que me envió dice la verdad, y lo que yo les digo aquí en este mundo es lo que escuché de Él.”
27 Ellos no entendían que él estaba hablando del Padre. Así que Jesús les explicó:
28 “Cuando ustedes hayan levantado al Hijo del hombre sabrán entonces que yo soy el ‘Yo soy,’ y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo que el Padre me enseñó.
29 Aquél que me envió está conmigo; Él no me ha abandonado, porque yo siempre hago lo que a Él le agrada.”
30 Muchos de los que escucharon a Jesús decir estas cosas, creyeron en Él.
Juan 8 in Versión Biblia Libre