34 Me buscarán, y no me encontraran; y donde yo esté, no podrán ir.
35 Entonces los judíos dijeron entre sí: ¿A dónde irá que no lo encontraremos? ¿irá a los judíos que viven entre los griegos y se convertirá en el maestro de los griegos?
36 ¿Qué es esta palabra suya, me buscarán y no me encontraran, y donde yo estoy, no podrán estar?
37 En el último día, el gran día de la fiesta, Jesús se levantó y dijo a gran voz: Si alguno necesita de beber, que venga a mí y beba.
38 El que tiene fe en mí, de su cuerpo, como han dicho las Escrituras, fluirán ríos de agua viva.
39 Esto lo dijo del Espíritu que se le daría a los que tenían fe en él: el Espíritu no se le había dado entonces, porque la gloria de Jesús aún estaba por venir.
40 Cuando estas palabras llegaron a sus oídos, algunas personas dijeron: Este es ciertamente el profeta.
41 Otros dijeron: Este es el Cristo. Pero otros dijeron: No es así; vendrá el Cristo de Galilea?