8 Y díceles: Sacad ahora, y presentad al maestresala. Y presentáronle.
9 Y como el maestresala gustó el agua hecha vino, que no sabía de dónde era (mas lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), el maestresala llama al esposo,
10 Y dícele: Todo hombre pone primero el buen vino, y cuando están satisfechos, entonces lo que es peor; mas tú has guardado el buen vino hasta ahora.
11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
12 Después de esto descendió á Capernaum, él, y su madre, y hermanos, y discípulos; y estuvieron allí no muchos días.
13 Y estaba cerca la Pascua de los Judíos; y subió Jesús á Jerusalem.
14 Y halló en el templo á los que vendían bueyes, y ovejas, y palomas, y á los cambiadores sentados.
15 Y hecho un azote de cuerdas, echólos á todos del templo, y las ovejas, y los bueyes; y derramó los dineros de los cambiadores, y trastornó las mesas;
16 Y á los que vendían las palomas, dijo: Quitad de aquí esto, y no hagáis la casa de mi Padre casa de mercado.
17 Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me comió.
18 Y los Judíos respondieron, y dijéronle: ¿Qué señal nos muestras de que haces esto?
19 Respondió Jesús, y díjoles: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.