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Juan 20:8-27 in Spanish

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Juan 20:8-27 in La Biblia en Español Sencillo

8 Entonces entró el otro discípulo que llegó primero; y él vio y creyó en él.
9 Porque en ese momento ellos no habían entendido aún las las escrituras, que decía, que él tendría que volver de la muerte.
10 Entonces los discípulos se fueron otra vez a sus casas.
11 Pero María todavía estaba allí fuera de la cueva en la roca, llorando; y mientras lloraba y miraba dentro de la cueva,
12 vio a dos ángeles vestidos de blanco sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y el otro a los pies.
13 Ellos le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Ella les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto.
14 Y luego, mirando a su alrededor, vio a Jesús allí, pero no tenía idea de que era Jesús.
15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿a quién estás buscando? Ella, creyendo que era el jardinero, le dijo: “Señor, si lo ha sacado de aquí, diga dónde lo ha puesto para que yo vaya a buscarlo.”
16 Jesús le dijo: ¡María! Girándose, ¡ella le dijo en hebreo, Rabboni! (es decir, Maestro).
17 Jesús le dijo: No me pongas las manos encima, porque no he subido al Padre; sino ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre, a tu Padre, a mi Dios y a tu Dios.
18 María Magdalena fue con las noticias a los discípulos, y dijo que había visto al Señor y que él le había dicho estas cosas.
19 Al atardecer de ese día, el primer día de la semana, cuando, por temor a los judíos, se cerraron las puertas donde estaban los discípulos, Jesús se les apareció y les dijo: ¡Que la paz sea con ustedes!
20 Y cuando hubo dicho esto, les dejó ver sus manos y su costado. Entonces los discípulos se alegraron cuando vieron al Señor.
21 Y Jesús les dijo otra vez: ¡Que la paz esté con ustedes! Como el Padre me envió, aun así ahora les envío.
22 Y cuando hubo dicho esto, sopló sobre ellos, les dijo: Reciban el Espíritu Santo.
23 Cualquiera a quien haya perdonado, será libre de sus pecados; y quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar.
24 Ahora Tomás, uno de los doce, llamado Gemelo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
25 Entonces los otros discípulos le dijeron: Hemos visto al Señor. Pero él les dijo, si no veo en sus manos la huella de los clavos y pongo mi dedo en la impresión de los clavos, y si no pongo mi mano en su costado, nunca lo creeré.
26 Y después de ocho días, sus discípulos estaban otra vez en la casa y Tomás estaba con ellos. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús vino y, tomando su lugar en medio de ellos, dijo: ¡Que la paz sea contigo!
27 Entonces dijo a Tomás: Extiende tu dedo, y mira mis manos; y pon tu mano aquí en mi costado: y no estés más en duda, sino cree.
Juan 20 in La Biblia en Español Sencillo

Juan 20:8-27 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

8 Y entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro, y vió, y creyó.
9 Porque aun no sabían la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos.
10 Y volvieron los discípulos á los suyos.
11 Empero María estaba fuera llorando junto al sepulcro: y estando llorando, bajóse á mirar el sepulcro;
12 Y vió dos ángeles en ropas blancas que estaban sentados, el uno á la cabecera, y el otro á los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.
13 Y dijéronle: Mujer, ¿por qué lloras? Díceles: Porque se han llevado á mi Señor, y no sé dónde le han puesto.
14 Y como hubo dicho esto, volvióse atrás, y vió á Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús.
15 Dícele Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿á quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, dícele: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
16 Dícele Jesús: ¡María! Volviéndose ella, dícele: ¡Rabboni! que quiere decir, Maestro.
17 Dícele Jesús: No me toques: porque aun no he subido á mi Padre: mas ve á mis hermanos, y diles: Subo á mi Padre y á vuestro Padre, á mi Dios y á vuestro Dios.
18 Fué María Magdalena dando las nuevas á los discípulos de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas.
19 Y como fué tarde aquel día, el primero de la semana, y estando las puertas cerradas donde los discípulos estaban juntos por miedo de los Judíos, vino Jesús, y púsose en medio, y díjoles: Paz á vosotros.
20 Y como hubo dicho esto, mostróles las manos y el costado. Y los discípulos se gozaron viendo al Señor.
21 Entonces les dijo Jesús otra vez: Paz á vosotros; como me envió el Padre, así también yo os envío.
22 Y como hubo dicho esto, sopló, y díjoles: Tomad el Espíritu Santo:
23 A los que remitiereis los pecados, les son remitidos: á quienes los retuviereis, serán retenidos.
24 Empero Tomás, uno de los doce, que se dice el Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
25 Dijéronle pues los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Y él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
26 Y ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Vino Jesús, las puertas cerradas, y púsose en medio, y dijo: Paz á vosotros.
27 Luego dice á Tomás: Mete tu dedo aquí, y ve mis manos: y alarga acá tu mano, y métela en mi costado: y no seas incrédulo, sino fiel.
Juan 20 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Juan 20:8-27 in Versión Biblia Libre

8 Entonces el otro discípulo que había llegado primero a la tumba, entró también.
9 Miró alrededor y creyó entonces que era verdad—porque hasta ese momento ellos no habían entendido la Escritura de que Jesús tenía que levantase de los muertos.
10 Entonces los discípulos regresaron al lugar donde se estaban quedando.
11 Pero María permaneció fuera de la tumba llorando, y mientras lloraba, se agachó y miró hacia adentro de la tumba.
12 Vio allí a dos ángeles vestidos de blanco, uno sentado a la cabeza y el otro sentado a los pies del lugar donde había estado el cuerpo de Jesús.
13 “¿Por qué estás llorando?” le preguntaron. Ella respondió: “Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto.”
14 Después que dijo esto, volvió a mirar y vio a Jesús que estaba allí, pero ella no se dio cuenta de que era Jesús.
15 “¿Por qué estás llorando?” le preguntó él. “¿A quién estás buscando?” Creyendo que era el jardinero, ella le dijo: “Señor, si te lo has llevado, dime dónde lo has puesto para yo ir a buscarlo.”
16 Jesús le dijo: “María.” Ella se dirigió hacia él y dijo: “Rabboni,” que significa “Maestro” en hebreo.
17 “Suéltame,” le dijo Jesús, “porque aún no he ascendido a mi Padre; más bien ve donde mis hermanos y diles que voy a ascender a mi Padre, y Padre de ustedes, mi Dios y el Dios de ustedes.
18 Entonces María Magdalena fue y le dijo a los discípulos: “He visto al Señor,” y les explicó lo que él le había dicho.
19 Esa noche, siendo el primer día de la semana, cuando los discípulos se reunieron a puerta cerrada porque tenían mucho temor de los judíos, Jesús llegó y se puso en medio de ellos y dijo: “Tengan paz.”
20 Después de este saludo, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos estaban llenos de alegría por ver al Señor.
21 “¡Tengan paz!” les dijo Jesús otra vez. “De la misma manera que el Padre me envió, así yo los estoy enviando a ustedes.”
22 Mientras decía esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo.
23 Si ustedes perdonan los pecados a alguien, le serán perdonados; pero si ustedes no lo perdonan, quedarán sin ser perdonados.”
24 Uno de los doce discípulos, Tomás, a quien le decían el gemelo, no estaba allí cuando Jesús llegó.
25 Así que los otros discípulos le dijeron: “Hemos visto al Señor.” Pero él respondió: “No lo creeré hasta que vea las marcas de los clavos en sus manos y ponga mi dedo en ellas, y ponga mi mano en su costado.”
26 Una semana después, los discípulos estaban reunidos dentro de la casa y Tomás estaba con ellos. Las puertas estaban cerradas, y Jesús llegó y se puso en medio de ellos. “¡Tengan paz!” dijo.
27 Entonces le dijo a Tomás: “Coloca aquí tu dedo, y mira mis manos. Coloca tu mano en la herida que tengo en mi costado. ¡Deja de dudar y cree en mí!
Juan 20 in Versión Biblia Libre