21 Y Jesús les dijo otra vez: ¡Que la paz esté con ustedes! Como el Padre me envió, aun así ahora les envío.
22 Y cuando hubo dicho esto, sopló sobre ellos, les dijo: Reciban el Espíritu Santo.
23 Cualquiera a quien haya perdonado, será libre de sus pecados; y quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar.
24 Ahora Tomás, uno de los doce, llamado Gemelo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
25 Entonces los otros discípulos le dijeron: Hemos visto al Señor. Pero él les dijo, si no veo en sus manos la huella de los clavos y pongo mi dedo en la impresión de los clavos, y si no pongo mi mano en su costado, nunca lo creeré.
26 Y después de ocho días, sus discípulos estaban otra vez en la casa y Tomás estaba con ellos. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús vino y, tomando su lugar en medio de ellos, dijo: ¡Que la paz sea contigo!