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Juan 19:1-41 in Spanish

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Juan 19:1-41 in La Biblia en Español Sencillo

1 Entonces Pilato tomó a Jesús y lo azotó con cuerdas.
2 Y los hombres del ejército hicieron una corona de espinas y se la pusieron sobre su cabeza, y le pusieron una túnica púrpura.
3 Y siguieron viniendo y diciendo: ¡Larga vida al Rey de los Judíos! Y ellos le dieron golpes con sus manos.
4 Y salió Pilato de nuevo, y les dijo: Mira, dejo que venga a ustedes para aclararles que no veo mal en él.
5 Entonces salió Jesús con la corona de espinas y la túnica púrpura. Y Pilato les dijo: ¡Aquí está el hombre!
6 Entonces, cuando los principales sacerdotes y la policía lo vieron, lanzaron un gran clamor: ¡A la cruz! a la cruz! Pilato les dijo: llévenselo ustedes mismos y pónganlo en la cruz: no veo ningún crimen en él.
7 Y los judíos respondieron: Nosotros tenemos una ley, y por esa ley es correcto que él sea ejecutado porque dijo que era el Hijo de Dios.
8 Cuando llegó esta palabra a los oídos de Pilato, su temor aumentó;
9 Y volvió al pretorio y dijo a Jesús: ¿De dónde vienes? Pero Jesús no le dio respuesta.
10 Entonces Pilato le dijo: ¿No me dices nada? ¿No está claro para ti que tengo poder para dejarte ir y poder para matarte en la cruz?
11 Jesús dio esta respuesta: no tendrías ningún poder sobre mí si Dios no te lo hubiera dado; de modo que el que me entrego a ti tiene el mayor pecado.
12 Al oír esto, Pilato tuvo el deseo de dejarlo ir, pero los judíos dijeron en voz alta: Si dejas ir a este hombre, no eres amigo del César; todo el que se hace rey va contra César.
13 Entonces, cuando estas palabras llegaron a oídos de Pilato, él sacó a Jesús, sentándose en el asiento del juez en un lugar llamado en hebreo, Gabata o el Piso de Piedra.
14 Fue el día en que se prepararon para la Pascua, y era como la hora sexta. Y dijo a los judíos: ¡Allí está su Rey!
15 Entonces lanzaron un gran clamor: ¡Fuera con él! Fuera con él! a la cruz! Pilato les dijo: ¿Debo matar a su Rey en la cruz? Los principales sacerdotes dijeron en respuesta: No tenemos más rey que César.
16 Entonces él lo entregó a ellos para que lo mataran en la cruz. Y ellos se llevaron a Jesús;
17 Y él salió con su cruz sobre él al lugar que se llama Lugar de las calaveras (en hebreo, Gólgota):
18 donde lo pusieron en la cruz con otros dos, uno a la derecha y el otro a la izquierda, y Jesús en medio.
19 Y Pilato puso en la cruz una declaración por escrito. La escritura era: JESÚS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS.
20 La escritura fue vista por varios judíos, porque el lugar donde Jesús fue muerto en la cruz estaba cerca de la ciudad; y la escritura estaba en hebreo y latín y griego.
21 Entonces los principales sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: No pongas, rey de los judíos, sino que dijo: Yo soy el Rey de los judíos.
22 Pero Pilato respondió: Lo que he puesto por escrito no cambiará.
23 Y cuando Jesús fue clavado en la cruz, los hombres del ejército tomaron sus vestidos, y lo dividieron en cuatro partes, cada uno por persona, y tomaron su túnica: ahora la túnica estaba sin una unión, hecho de un pedazo de tela.
24 Entonces dijeron entre sí: No se corte esto, pero echemos a suerte y veamos quién la recibe. (Hicieron esto para que las Escrituras se hicieran realidad, que dicen: hicieron una distribución de mis ropas entre ellos, y mi túnica la echaron a suerte.) Esto fue lo que hicieron los hombres del ejército.
25 Y al lado de la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.
26 Entonces, cuando Jesús vio a su madre y al discípulo que le era querido, dijo a su madre: ¡Madre, allí está tu hijo!
27 Entonces dijo al discípulo: ¡Allí está tu madre! Y a partir de esa hora, el discípulo la llevó a su casa.
28 Después de esto, conscientes de que todo había sido hecho para que las Escrituras se volvieran realidad, Jesús dijo: Dame agua.
29 Había una vasija preparada, llena de vino amargo, y pusieron una esponja llena de vinagre en una vara y se la llevaron a la boca.
30 Y cuando Jesús hubo tomado el vino, dijo: Consumado es. Y con la cabeza inclinada, y murió.
31 Ahora era el día de prepararse para la Pascua, y para que los cuerpos no estuvieran en la cruz en el día de reposo porque el día de ese sábado era un gran día, los judíos pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y se los llevaran.
32 Entonces vinieron los hombres del ejército, y las piernas del primero fueron quebradas y luego del otro que fue muerto en la cruz con Jesús.
33 Pero cuando vinieron a Jesús, vieron que ya estaba muerto en este momento, por eso no le quebraron las piernas;
34 Pero uno de los hombres le hizo una herida en el costado con una lanza, y enseguida salió sangre y agua.
35 Y el que lo vio dio testimonio y su testimonio es verdadero, está seguro de que lo que dice es verdadero para que ustedes también crean.
36 Estas cosas sucedieron para que las Escrituras sean verdaderas, Ningún hueso de su cuerpo se romperá.
37 Y nuevamente, otro versículo dice: “Verán al que fue herido por sus lanzas”.
38 Después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero en secreto por temor a los judíos, le pidió a Pilato que le permitiera llevarse el cuerpo de Jesús, y Pilato le dijo que lo hiciera. Entonces fue y se llevó su cuerpo.
39 Y vino Nicodemo el que había venido primero a Jesús de noche con un rollo de mirra y áloes mezclados, como cien libras.
40 Entonces tomaron el cuerpo de Jesús, y lo cubrieron de lino con especias aromáticas, como es el la tradición de los judíos cuando ponen a los muertos a descansar.
41 Ahora había un jardín cerca de la cruz, y en el jardín un lugar nuevo para los muertos en el que nunca nadie había sido puesto.
Juan 19 in La Biblia en Español Sencillo

Juan 19:1-41 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

1 ASÍ que, entonces tomó Pilato á Jesús, y le azotó.
2 Y los soldados entretejieron de espinas una corona, y pusiéronla sobre su cabeza, y le vistieron de una ropa de grana;
3 Y decían: ¡Salve, Rey de los Judíos! y dábanle de bofetadas.
4 Entonces Pilato salió otra vez fuera, y díjoles: He aquí, os le traigo fuera, para que entendáis que ningún crimen hallo en él.
5 Y salió Jesús fuera, llevando la corona de espinas y la ropa de grana. Y díceles Pilato: He aquí el hombre.
6 Y como le vieron los príncipes de los sacerdotes, y los servidores, dieron voces diciendo: Crucifícale, crucifícale. Díceles Pilato: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo en él crimen.
7 Respondiéronle los Judíos: Nosotros tenemos ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo Hijo de Dios.
8 Y como Pilato oyó esta palabra, tuvo más miedo.
9 Y entró otra vez en el pretorio, y dijo á Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dió respuesta.
10 Entonces dícele Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿no sabes que tengo potestad para crucificarte, y que tengo potestad para soltarte?
11 Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuese dado de arriba: por tanto, el que á ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
12 Desde entonces procuraba Pilato soltarle; mas los Judíos daban voces, diciendo: Si á éste sueltas, no eres amigo de César: cualquiera que se hace rey, á César contradice.
13 Entonces Pilato, oyendo este dicho, llevó fuera á Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar que se dice Lithóstrotos, y en hebreo Gabbatha.
14 Y era la víspera de la Pascua, y como la hora de sexta. Entonces dijo á los Judíos: He aquí vuestro Rey.
15 Mas ellos dieron voces: Quita, quita, crucifícale. Díceles Pilato: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los pontífices: No tenemos rey sino á César.
16 Así que entonces lo entregó á ellos para que fuese crucificado. Y tomaron á Jesús, y le llevaron.
17 Y llevando su cruz, salió al lugar que se dice de la Calavera, y en hebreo, Gólgotha;
18 Donde le crucificaron, y con él otros dos, uno á cada lado, y Jesús en medio.
19 Y escribió también Pilato un título, que puso encima de la cruz. Y el escrito era: JESUS NAZARENO, REY DE LOS JUDIOS.
20 Y muchos de los Judíos leyeron este título: porque el lugar donde estaba crucificado Jesús era cerca de la ciudad: y estaba escrito en hebreo, en griego, y en latín.
21 Y decían á Pilato los pontífices de los Judíos: No escribas, Rey de los Judíos: sino, que él dijo: Rey soy de los Judíos.
22 Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
23 Y como los soldados hubieron crucificado á Jesús, tomaron sus vestidos, é hicieron cuatro partes (para cada soldado una parte); y la túnica; mas la túnica era sin costura, toda tejida desde arriba.
24 Y dijeron entre ellos: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, de quién será; para que se cumpliese la Escritura, que dice: Partieron para sí mis vestidos, y sobre mi vestidura echaron suertes. Y los soldados hicieron esto.
25 Y estaban junto á la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.
26 Y como vió Jesús á la madre, y al discípulo que él amaba, que estaba presente, dice á su madre: Mujer, he ahí tu hijo.
27 Después dice al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió consigo.
28 Después de esto, sabiendo Jesús que todas las cosas eran ya cumplidas, para que la Escritura se cumpliese, dijo: Sed tengo.
29 Y estaba allí un vaso lleno de vinagre: entonces ellos hinchieron una esponja de vinagre, y rodeada á un hisopo, se la llegaron á la boca.
30 Y como Jesús tomó el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, dió el espíritu.
31 Entonces los Judíos, por cuanto era la víspera de la Pascua, para que los cuerpos no quedasen en la cruz en el sábado, pues era el gran día del sábado, rogaron á Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados.
32 Y vinieron los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él.
33 Mas cuando vinieron á Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas:
34 Empero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y luego salió sangre y agua.
35 Y el que lo vió, da testimonio, y su testimonio es verdadero: y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.
36 Porque estas cosas fueron hechas para que se cumpliese la Escritura: Hueso no quebrantaréis de él.
37 Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
38 Después de estas cosas, José de Arimatea, el cual era discípulo de Jesús, mas secreto por miedo de los Judíos, rogó á Pilato que pudiera quitar el cuerpo de Jesús: y permitióselo Pilato. Entonces vino, y quitó el cuerpo de Jesús.
39 Y vino también Nicodemo, el que antes había venido á Jesús de noche, trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras.
40 Tomaron pues el cuerpo de Jesús, y envolviéronlo en lienzos con especias, como es costumbre de los Judíos sepultar.
41 Y en aquel lugar donde había sido crucificado, había un huerto; y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aun no había sido puesto ninguno.
Juan 19 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Juan 19:1-41 in Versión Biblia Libre

1 Entonces Pilato llevó a Jesús y mandó que lo azotaran.
2 Los soldados hicieron una corona de espinas y la pusieron sobre su cabeza, y lo vistieron con una túnica de color púrpura.
3 Una y otra vez iban a él y le decían: “¡Oh, Rey de los Judíos!” y lo abofeteaban.
4 Pilato salió una vez más y les dijo: “Lo traeré aquí para que sepan que no lo encuentro culpable de ningún crimen.”
5 Entonces Jesús salió usando la corona de espinas y la túnica de color púrpura. “Miren, aquí está el hombre,” dijo Pilato.
6 Cuando el jefe de los sacerdotes y los guardias vieron a Jesús, gritaron: “¡Crucifícale! ¡Crucifícale!” “Llévenselo ustedes y crucifíquenlo,” respondió Pilato. “Yo no le hallo culpable.”
7 Los líderes judíos respondieron: “Tenemos una ley, y de acuerdo a esa ley, él debe morir porque se proclamó a sí mismo como el Hijo de Dios.”
8 Cuando Pilato escuchó esto, tuvo más temor que nunca antes
9 y regresó al palacio del gobernador. Pilato le preguntó a Jesús, “¿De dónde vienes?” Pero Jesús no respondió.
10 “¿Estás negándote a hablarme?” le dijo Pilato. “¿No te das cuenta de que tengo el poder para liberarte o crucificarte?”
11 “Tú no tendrías ningún poder a menos que se te conceda desde arriba,” le respondió Jesús. “Así que el que me entregó en tus manos es culpable de mayor pecado.”
12 Cuando Pilato escuchó esto, trató de liberar a Jesús, pero los líderes judíos gritaban: “Si liberas a este hombre, no eres amigo del César. Cualquiera que se proclama a sí mismo como rey, se rebela contra el César.”
13 Cuando Pilato escuchó esto, trajo a Jesús afuera y se sentó en el tribunal, en un lugar que se llamaba El Enlosado (“Gabata” en Hebreo).
14 Era casi la tarde del día de preparación para la Pascua. “Miren, aquí tienen a su rey,” le dijo a los judíos.
15 “¡Mátalo! ¡Mátalo! ¡Crucifícalo!” gritaban ellos. “¿Quieren que crucifique a su rey?” preguntó Pilato. “El único rey que tenemos es el César,” respondieron los jefes de los sacerdotes.
16 Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran.
17 Ellos condujeron a Jesús fuera de allí, cargando él su propia cruz, y se dirigió al lugar llamado “La Calavera,” (Gólgota en hebreo).
18 Lo crucificaron allí, y a otros dos con él: uno a cada lado, poniendo a Jesús en medio de ellos.
19 Pilato mandó a poner un letrero en la cruz que decía: “Jesús de Nazaret, el Rey de los Judíos.”
20 Muchas personas leyeron el letrero porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y estaba escrito en hebreo, latín y griego.
21 Entonces los jefes de los sacerdotes se acercaron a Pilato y le dijeron “No escribas ‘el Rey de los Judíos,’ sino ‘Este hombre decía: Yo soy el Rey de los Judíos.’”
22 Pilato respondió: “Lo que escribí, ya está escrito.”
23 Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus ropas y las dividieron en cuatro partes a fin de que cada soldado tuviera una. También estaba allí su túnica hecha sin costuras, tejida en una sola pieza.
24 Entonces ellos se dijeron unos a otros: “No la botemos, sino decidamos quién se quedará con ella lanzando un dado.” Esto cumplía la Escritura que dice: “Dividieron mis vestidos entre ellos y lanzaron un dado por mis vestiduras.”
25 Y así lo hicieron. Junto a la cruz estaba la madre de Jesús, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofás y María Magdalena.
26 Cuando Jesús vio a su madre, y al discípulo que él amaba junto a ella, le dijo a su madre: “Madre, este es tu hijo.”
27 Luego le dijo al discípulo: “Esta es tu madre.” Desde ese momento el discípulo se la llevó a su casa.
28 Jesús se dio cuenta entonces que había completado todo lo que había venido a hacer. En cumplimiento de la Escritura, dijo: “Tengo sed.”
29 Y allí había una tinaja llena de vinagre de vino; así que ellos mojaron una esponja en el vinagre, la pusieron en una vara de hisopo, y la acercaron a sus labios.
30 Después que bebió el vinagre, Jesús dijo: “¡Está terminado!” Entonces inclinó su cabeza y dio su último respiro.
31 Era el día de la preparación, y los líderes judíos no querían dejar los cuerpos en la cruz durante el día sábado (de hecho, este era un sábado especial), así que le pidieron a Pilato que mandara a partirles las piernas para poder quitar los cuerpos.
32 Entonces los soldados vinieron y partieron las piernas del primero y luego del otro, de los dos hombres crucificados con Jesús,
33 pero cuando se acercaron a Jesús, vieron que ya estaba muerto, así que no le partieron sus piernas.
34 Sin embargo, uno de los soldados clavó una lanza en su costado, y salió sangre mezclada con agua.
35 El que vio esto dio testimonio de ello, y su testimonio es verdadero. Él está seguro de que lo que dice es verdadero a fin de que ustedes crean también.
36 Ocurrió así para que se cumpliera la Escritura: “Ninguno de sus huesos será partido,”
37 y como dice otra Escritura: “Ellos mirarán al que traspasaron.”
38 Después de esto, José de Arimatea le preguntó a Pilato si podría bajar el cuerpo de Jesús, y Pilato le dio su permiso. José era un discípulo de Jesús, pero en secreto porque tenía miedo de los judíos. Así que José fue y se llevó el cuerpo.
39 Con él estaba Nicodemo, el hombre que había visitado de noche a Jesús anteriormente. Él trajo consigo una mezcla de mirra y aloes que pesaba aproximadamente setenta y cinco libras.
40 Ellos se llevaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en un paño de lino junto con la mezcla de especias, conforme a la costumbre judía de sepultura. Cerca del lugar donde Jesús había sido crucificado, había un jardín;
41 y en ese jardín había una tumba nueva, sin usar.
Juan 19 in Versión Biblia Libre