37 Pero algunos de ellos dijeron: Este hombre, que abrió los ojos del ciego, ¿no fue capaz de guardar a su amigo de la muerte?
38 Entonces Jesús, trastornado de corazón, vino al lugar de los muertos. Era un agujero en la roca, y una piedra estaba sobre la abertura.
39 Jesús dijo: Toma la piedra. Marta, la hermana de él que estaba muerto, dijo: Señor, para entonces el cuerpo estará oliendo, porque ha estado muerto cuatro días.
40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si tuvieras fe, verías la gloria de Dios?
41 Entonces quitaron la piedra. Y Jesús, mirando al cielo, dijo: Padre, te alabo por haberme oído.