23 Porque el Señor, el Señor de los ejércitos, está a punto de completar la destrucción en toda la tierra.
24 Por esta causa, el Señor, el Señor de los ejércitos, dice: Oh pueblo mío que vive en Sión, no tengas miedo del asirio, aunque su vara venga sobre tu espalda y su vara se levante como en Egipto.
25 Porque en muy poco tiempo terminará mi pasión, y mi ira se convertirá en su destrucción.
26 Y el señor de los ejércitos sacudirá un látigo contra él, como cuando venció a Madian en la roca de Oreb, y su vara será levantada contra ellos como lo fue contra los egipcios.
27 Y en ese día se quitará el peso que él puso en tu espalda, y su yugo se romperá de tu cuello.
28 Ha subido de Pene-Rimon, ha venido a Ajat; ha pasado por Migrón, en Micmas pone su ejército en orden.
29 Han cruzado el monte; Geba será nuestro lugar de descanso esta noche, dicen: Rama está temblando de miedo; Gabaa de Saúl se ha ido huyendo.
30 Da un grito, hija de Galim; deja que Laisa oiga; Deja que Anatot le responda.
31 Madmena se ha ido; Los hombres de Gebim están poniendo sus bienes en un lugar seguro.
32 Este mismo día se detiene en Nob; él está estrechando su mano contra la montaña de la hija de Sión, la colina de Jerusalén.
33 Mira, el Señor, el Señor de los ejércitos, está cortando sus ramas con un gran ruido, y sus fuertes caen y sus altos caen.