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Hechos 9:13-40 in Spanish

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Hechos 9:13-40 in La Biblia en Español Sencillo

13 Pero Ananías dijo: Señor, he tenido relatos de varias personas acerca de este hombre, cuánto mal ha hecho a tus santos en Jerusalén.
14 Y aquí tiene la autoridad de los principales sacerdotes para hacer prisioneros a todos los que dan culto a tu nombre.
15 Pero el Señor dijo: ve, no temas; porque él es instrumento escogido para mí, para dar a los gentiles, a los reyes, a los hijos de Israel el conocimiento de mi nombre;
16 porque yo le mostraré todo lo que tiene que padecer por mi nombre.
17 Y saliendo Ananías, vino a la casa y, poniéndole las manos encima, le dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, a quien viste en tu viaje, me envió para que veas, y estar lleno del Espíritu Santo.
18 Y enseguida pareció como si le quitaran un velo de los ojos, y él pudo ver; y él se levantó y tuvo el bautismo;
19 Y cuando hubo tomado comida, su fuerza regresó. Y por algunos días se quedó con los discípulos que estaban en Damasco.
20 Y enseguida, en las sinagogas, estaba predicando a Jesús como el Hijo de Dios.
21 Y todos los que lo oían se llenaron de asombro, y dijeron: ¿No es éste el hombre que en Jerusalén estaba atacando a todos los adoradores de este nombre? y él había venido aquí para que los tomara como prisioneros ante los principales sacerdotes.
22 Pero Saúl siguió aumentando su poder, y los judíos en Damasco no pudieron dar respuesta a los argumentos mediante los cuales dejó en claro que Jesús era el Cristo.
23 Luego, después de algunos días, los judíos hicieron un acuerdo juntos para matarlo:
24 Pero Saúl conoció sus planes. Y cuidaban día y noche las puertas de la ciudad, para que lo mataran:
25 Pero sus discípulos lo tomaron de noche y lo dejaron caer de la pared en una canasta.
26 Y cuando vino a Jerusalén, hizo un intento de unirse a los discípulos, pero todos le temían, no lo tomaban por discípulo.
27 Pero Bernabé lo llevó a los Apóstoles y les contó cómo había visto al Señor en el camino, y había escuchado sus palabras, y cómo en Damasco había estado predicando en el nombre de Jesús sin temor.
28 Y él estaba con ellos, yendo y viniendo a Jerusalén,
29 Predicando en el nombre del Señor sin temor; y él tuvo discusiones con los judíos griegos; pero éstos procuraban matarlo.
30 Y cuando los hermanos lo supieron, lo llevaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.
31 Y así la iglesia a través de toda Judea y Galilea y Samaria tuvo paz y se hizo fuerte; y, viviendo en el temor del Señor y en la comodidad del Espíritu Santo, se incrementó enormemente.
32 Y sucedió que mientras Pedro atravesaba todas las partes del país, vino a ver a los santos que vivían en Lida.
33 Y había allí un hombre llamado Eneas, que durante ocho años estuvo acostado, sin poder moverse, pues estaba paralítico.
34 Y Pedro le dijo: Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama. Y enseguida se levantó.
35 Y todos los que vivían en Lida y Sarón lo vieron, y se convirtieron al Señor.
36 Había en Jope una discípula llamada Tabita, es decir, Dorcas: esta mujer fue dada a buenas obras y actos de misericordia en todo momento.
37 Y sucedió que en aquellos días enfermó y murió, y cuando la lavaron, la pusieron en una habitación que estaba en lo alto.
38 Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, sabiendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, y le rogaron que fuera con ellos.
39 Y Pedro fue con ellos. Y cuando llegó, lo llevaron a la habitación; y todas las viudas estaban allí, llorando y poniendo delante de él los abrigos y la ropa que Dorcas había hecho mientras estaba con ellos.
40 Pero Pedro los hizo salir a todos, y se puso de rodillas en oración; y volviéndose hacia el cuerpo, dijo, Tabita, levántate. Y, al abrir los ojos, vio a Pedro y se levantó.
Hechos 9 in La Biblia en Español Sencillo

Hechos 9:13-40 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

13 Entonces Ananías respondió: Señor, he oído á muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho á tus santos en Jerusalem:
14 Y aun aquí tiene facultad de los príncipes de los sacerdotes de prender á todos los que invocan tu nombre.
15 Y le dijo el Señor: Ve: porque instrumento escogido me es éste, para que lleve mi nombre en presencia de los Gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel:
16 Porque yo le mostraré cuánto le sea menester que padezca por mi nombre.
17 Ananías entonces fué, y entró en la casa, y poniéndole las manos encima, dijo: Saulo hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno de Espíritu Santo.
18 Y luego le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al punto la vista: y levantándose, fué bautizado.
19 Y como comió, fué confortado. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.
20 Y luego en las sinagogas predicaba á Cristo, diciendo que éste era el Hijo de Dios.
21 Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalem á los que invocaban este nombre, y á eso vino acá, para llevarlos presos á los príncipes de los sacerdotes?
22 Empero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía á los Judíos que moraban en Damasco, afirmando que éste es el Cristo.
23 Y como pasaron muchos días, los Judíos hicieron entre sí consejo de matarle;
24 Mas las asechanzas de ellos fueron entendidas de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle.
25 Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro en una espuerta.
26 Y como vino á Jerusalem, tentaba de juntarse con los discípulos; mas todos tenían miedo de él, no creyendo que era discípulo.
27 Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo á los apóstoles, y contóles cómo había visto al Señor en el camino, y que le había hablado, y cómo en Damasco había hablado confiadamente en el nombre de Jesús.
28 Y entraba y salía con ellos en Jerusalem;
29 Y hablaba confiadamente en el nombre del Señor: y disputaba con los Griegos; mas ellos procuraban matarle.
30 Lo cual, como los hermanos entendieron, le acompañaron hasta Cesarea, y le enviaron á Tarso.
31 Las iglesias entonces tenían paz por toda Judea y Galilea y Samaria, y eran edificadas, andando en el temor del Señor; y con consuelo del Espíritu Santo eran multiplicadas.
32 Y aconteció que Pedro, andándolos á todos, vino también á los santos que habitaban en Lydda.
33 Y halló allí á uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, que era paralítico.
34 Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y hazte tu cama. Y luego se levantó.
35 Y viéronle todos los que habitaban en Lydda y en Sarona, los cuales se convirtieron al Señor.
36 Entonces en Joppe había una discípula llamada Tabita, que si lo declaras, quiere decir Dorcas. Esta era llena de buenas obras y de limosnas que hacía.
37 Y aconteció en aquellos días que enfermando, murió; á la cual, después de lavada, pusieron en una sala.
38 Y como Lydda estaba cerca de Joppe, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: No te detengas en venir hasta nosotros.
39 Pedro entonces levantándose, fué con ellos: y llegado que hubo, le llevaron á la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas.
40 Entonces echados fuera todos, Pedro puesto de rodillas, oró; y vuelto al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y viendo á Pedro, incorporóse.
Hechos 9 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Hechos 9:13-40 in Versión Biblia Libre

13 “Pero Señor,” respondió Ananías, “He oído muchas cosas acerca de este hombre, y sobre todas las cosas malas que hizo a los creyentes de Jerusalén.
14 Los jefes de los sacerdotes le han dado poder para arrestar a todos los que te adoran y te siguen.”
15 Pero el Señor le dijo: “Ve, porque él es la persona a la cual he escogido para llevar mi nombre a los extranjeros y reyes, así como a Israel.
16 Yo le mostraré que él tendrá que sufrir por causa de mi nombre.”
17 Entonces Ananías salió y fue a la casa que el Señor le mostró. Y puso sus manos sobre Saulo. “Hermano Saulo,” le dijo, “El Señor Jesús, quien se apareció delante de ti en el camino cuando viajabas hacia acá, me ha enviado para que recobres tu vista y seas lleno del Espíritu Santo.”
18 De inmediato, de sus ojos cayeron como escamas, y su vista fue restaurada. Entonces se levantó y fue bautizado.
19 También comió y se sintió más fuerte. Y Saulo pasó varios días con los discípulos en Damasco.
20 Entonces comenzó de inmediato a predicar en las sinagogas, diciendo: “Jesús es el Hijo de Dios.”
21 Y todos los que lo oían predicar estaban asombrados, y preguntaban: “¿Acaso no es este el hombre que causó tantos problemas a los creyentes de Jesús en Jerusalén? ¿Acaso no vino aquí para arrestar y llevar encadenados a los creyentes ante los jefes de los sacerdotes?”
22 Y Saulo crecía cada vez más, así como su fe, demostrando de manera muy convincente que Jesús era el Mesías, tanto que los habitantes de Damasco no podían refutar lo que decía.
23 Tiempo después, los judíos conspiraron para matarlo,
24 pero Saulo se enteró de sus intenciones. De día y de noche esperaban en las puertas de la ciudad, buscando una oportunidad para matarlo.
25 Así que durante la noche sus seguidores lo tomaron y lo hicieron descender en una canasta, desde una abertura del muro de la ciudad.
26 Cuando Saulo llegó a Jerusalén, trató de encontrar a los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no estaban convencidos de que él realmente fuera discípulo.
27 Sin embargo, Bernabé lo llevó donde estaban los apóstoles, y les explicó cómo Saulo había visto al Señor durante el camino y cómo el Señor le había hablado. Bernabé también explicó cómo Saulo había hablado con vehemencia en nombre del Señor en Damasco.
28 Saulo se quedó con los apóstoles y los acompañó hasta Jerusalén,
29 predicando abiertamente en nombre del Señor. Y Saulo hablaba y debatía con los judíos de habla griega, pero ellos trataron de matarlo.
30 Pero cuando los hermanos supieron acerca de esto, lo llevaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.
31 Durante este tiempo, toda la iglesia en Judea, Galilea y Samaria estuvo en tranquilidad. Y la iglesia se fortalecía y aumentaba en número a medida que los creyentes vivían en reverencia para con el Señor, animados por el Espíritu Santo.
32 Pedro andaba de viaje y fue a visitar a los creyentes que vivían en Lida.
33 Allí conoció a un hombre llamado Eneas, quien era paralítico y había quedado confinado a estar en su cama desde hacía ocho años.
34 Entonces Pedro le dijo: “¡Eneas, Jesucristo te sana! ¡Levántate y recoge tu camilla!” Y de inmediato Eneas se levantó.
35 Y todos los que vivían en Lida y Sarón lo vieron, y se convirtieron en creyentes del Señor.
36 En Jope vivía una seguidora llamada Tabita, (Dorcas en griego). Ella siempre hacía el bien y ayudaba a los pobres.
37 Sin embargo, durante esos días ella se enfermó y murió. Y después de lavar su cuerpo, la acostaron en una habitación que estaba en la parte de arriba.
38 Lida estaba cerca a Jope, así que los discípulos que estaban en Jope, al saber que Pedro estaba en Lida, enviaron a dos hombres con el siguiente mensaje: “Por favor, ven acá de inmediato.”
39 Así que Pedro se alistó y se fue con ellos. Y cuando llegó lo llevaron a la habitación de arriba. Todas las viudas estaban ahí llorando, y le mostraban a Pedro los abrigos y ropas que Dorcas había hecho mientras estuvo con ellas.
40 Entonces Pedro les pidió que salieran de la habitación, y se arrodilló y oró. Entonces dio vuelta al cuerpo de Tabita y dijo: “Tabita, levántate.” Entonces ella abrió los ojos, y cuando vio a Pedro se sentó.
Hechos 9 in Versión Biblia Libre