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Hechos 7:3-58 in Spanish

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Hechos 7:3-58 in La Biblia en Español Sencillo

3 Y le dijo: Sal de tu tierra, y fuera de tu familia, y ven a la tierra a la que yo te mostraré.
4 Luego salió de la tierra de los caldeos y fue a Harán. y desde allí, cuando su padre murió, fue guiado por Dios a esta tierra, donde ahora viven ustedes:
5 Y Dios no le dio ninguna herencia en ella, ni siquiera lo suficiente para poner su pie en ella, pero él le dio una promesa, que está tierra se la daría a él y a sus hijos después de él, aunque no tenía hijos en ese momento.
6 Y dijo Dios que su simiente viviría en tierra extraña, y que los convertirían en esclavos, y serían maltratados por cuatrocientos años.
7 Y yo seré el juez, dijo Dios, de la nación que los hizo esclavos; y después de eso, saldrán y me adorarán en este lugar.
8 Y él hizo con Abraham un pacto y ordeno la practica de la circuncisión. Y así Abraham tuvo un hijo, Isaac, y le dio la circuncisión en el octavo día; e Isaac tuvo un hijo, Jacob, y Jacob fue el padre de las doce tribus de Israel.
9 Estos hijos de jacob, que fueron nuestros antepasados, llenos de envidia contra José, lo vendieron a Egipto como esclavo; pero Dios estaba con él,
10 Y lo libró de todas sus angustias, y le dio sabiduría y le hizo ganarse el favor de Faraón, rey de Egipto, que lo hizo gobernador de Egipto y de toda su casa.
11 Hubo una hambruna en todo Egipto y en Canaán, y hubo gran miseria; y nuestros antepasados no pudieron conseguir alimento.
12 Pero Jacob, oyendo que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres por primera vez.
13 Y la segunda vez que sus hermanos tuvieron una reunión con José y se dio a conocer a sus hermanos, y Faraón tuvo conocimiento de la familia de José.
14 Entonces José envió por Jacob su padre y toda su familia, setenta y cinco personas en total.
15 Y descendió Jacob a Egipto, y allí murió, y así como nuestros padres;
16 Y fueron llevados a Siquem, y puestos a descansar en el lugar que Abraham obtuvo por precio en plata de los hijos de Hamor en Siquem.
17 Pero cuando llegó el momento de que se cumpliera la promes que Dios le había dado a Abraham, el pueblo crecía en Egipto,
18 Hasta que otro rey subió al poder, que no conocía a José.
19 Él, teniendo malos designios contra nuestra nación, fue cruel con nuestros antepasados, y se vieron obligados abandonar y dejar morir sus niños pequeños con el fin de que no se propagasen.
20 En ese tiempo Moisés nació, y él era muy hermoso; y fue guardado por tres meses en la casa de su padre.
21 Cuando tuvieron que abandonarlo, la hija de Faraón lo tomó y lo tuvo como a su hijo.
22 Y Moisés fue entrenado en toda la sabiduría de Egipto, y fue grande en sus palabras y obras.
23 Pero cuando tenía casi cuarenta años, le vino al corazón ir a ver a sus hermanos, los hijos de Israel.
24 Y al ver a uno de ellos siendo atacado, fue en su ayuda y le dio un golpe mortal al egipcio:
25 y esperaba que sus hermanos vieran que Dios lo había enviado a ser su salvador; pero ellos no lo entendieron.
26 Y el día después, vino a ellos, mientras peleaban, y los ponía en paz, diciendo: ustedes son hermanos; ¿Por qué se maltratan entre ustedes?
27 Pero el hombre que estaba haciendo mal a su prójimo, empujo a Moisés, le dijo: ¿Quién te nombró gobernante y juez sobre nosotros?
28 ¿Me matarás como lo hiciste con el egipcio ayer?
29 Y al decir estas palabras, Moisés huyó a la tierra de Madián, y vivió allí un tiempo, y tuvo dos hijos.
30 Al cabo de cuarenta años, un ángel se le acercó en el desierto del Sinaí, en la llama de un árbol ardiente y espinoso.
31 Y Moisés, al verlo, se maravilló, y cuando se acercó para tener una visión más cercana de él, la voz del Señor vino a él, diciendo:
32 Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham y de Isaac y de Jacob Y Moisés, temblando de miedo, evitó que sus ojos lo miraran.
33 Y el Señor dijo: Quítate los zapatos de tus pies, porque el lugar donde estás es santo.
34 En verdad, he visto el sufrimiento de mi pueblo en Egipto, y sus clamores han venido a mis oídos, y he descendido para librarlos; y ahora, ven, te enviaré a Egipto.
35 Este Moisés, a quien no quisieron, diciendo: ¿Quién te hizo gobernante y juez? Dios lo envió para ser gobernante y salvador, por mano del ángel que vio en el árbol de la zarza.
36 Este los sacó, habiendo hecho maravillas y señales en Egipto, en el Mar Rojo y en el desierto, por cuarenta años.
37 Este es el mismo Moisés, que dijo a los hijos de Israel: Dios te dará un profeta de entre tus hermanos, como yo;
38 Este es el hombre que estaba en la asamblea en el desierto, con el ángel que le hablaba en el Sinaí, y con nuestros padres; y a él se le dieron las palabras vivas de Dios, para que él las pasara a nosotros.
39 Pero nuestros padres no obedecieron; pero lo rechazaron, volviendo su corazón a Egipto,
40 y diciendo a Aarón: Haznos dioses para ir delante de nosotros; en cuanto a este Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto, no tenemos idea de que haya pasado él.
41 E hicieron la imagen de un becerro en aquellos días, y le hicieron una ofrenda, y se regocijaron en la obra de sus manos.
42 Pero Dios se apartó de ellos y rindieron culto a las estrellas del cielo, como está escrito en el libro de los profetas: “Me hiciste ofrendas de ovejas y bueyes durante cuarenta años en el desierto, oh casa de Israel?
43 Si, levantaste tienda a Moloc y la estrella del dios Refán, imágenes que tú hiciste para adorarlos; y te llevaré lejos, aún más lejos de Babilonia.
44 Nuestros padres tenían la Tienda del testimonio en el desierto, como Dios le ordenó a Moisés que la hiciera según el diseño que había visto.
45 Nuestros padres recibieron esta tienda como herencia, y los que vinieron con Josué, la trajeron consigo cuando conquistaron la tierra de los otros pueblos, a los que Dios expulsó delante de nuestros padres, hasta el tiempo de David,
46 el rey David agradó a Dios; y él tenía el deseo de hacer una tienda santa para el Dios de Jacob.
47 Pero Salomón era el constructor de su casa.
48 Pero aún así, el Altísimo no tiene su lugar de descanso en casas hechas con manos, como dice el profeta,
49 el cielo es la sede de mi poder, y la tierra es un lugar de descanso para mis pies: ¿qué tipo de casa me edificarán ? dice el Señor, ¿o cuál es mi lugar de descanso?
50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas?
51 Duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos!; están resistiendo el Espíritu Santo; como hicieron sus padres, ustedes también.
52 ¿Cuál de los profetas no fue cruelmente atacado por sus padres? y mataron a quienes les dieron la noticia de la venida del Justo; a quien ahora han abandonado y han dado muerte;
53 Ustedes, a quien la ley fue dada como fue ordenada por los ángeles, y no la ha obedecido.
54 Oyendo estas cosas, se enfurecieron en el corazón y rechinaban los dientes contra él.
55 Esteban lleno del Espíritu Santo, y mirando al cielo, vio la gloria de Dios y de Jesús a la diestra de Dios.
56 Y él dijo: Ahora veo los cielos abiertos, y el Hijo del hombre a la diestra de Dios.
57 Pero a grandes voces, y tapandose sus oídos, lo atacaron todos juntos,
58 Echándolo fuera de la ciudad le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven llamado Saulo.
Hechos 7 in La Biblia en Español Sencillo

Hechos 7:3-58 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

3 Y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven á la tierra que te mostraré.
4 Entonces salió de la tierra de los Caldeos, y habitó en Chârán: y de allí, muerto su padre, le traspasó á esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora;
5 Y no le dió herencia en ella, ni aun para asentar un pie: mas le prometió que se la daría en posesión, y á su simiente después de él, no teniendo hijo.
6 Y hablóle Dios así: Que su simiente sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían á servidumbre y maltratarían, por cuatrocientos años.
7 Mas yo juzgaré, dijo Dios, la nación á la cual serán siervos: y después de esto saldrán y me servirán en este lugar.
8 Y dióle el pacto de la circuncisión: y así Abraham engendró á Isaac, y le circuncidó al octavo día; é Isaac á Jacob, y Jacob á los doce patriarcas.
9 Y los patriarcas, movidos de envidia, vendieron á José para Egipto; mas Dios era con él,
10 Y le libró de todas sus tribulaciones, y le dió gracia y sabiduría en la presencia de Faraón, rey de Egipto, el cual le puso por gobernador sobre Egipto, y sobre toda su casa.
11 Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos.
12 Y como oyese Jacob que había trigo en Egipto, envió á nuestros padres la primera vez.
13 Y en la segunda, José fué conocido de sus hermanos, y fué sabido de Faraón el linaje de José.
14 Y enviando José, hizo venir á su padre Jacob, y á toda su parentela, en número de setenta y cinco personas.
15 Así descendió Jacob á Egipto, donde murió él y nuestros padres;
16 Los cuales fueron trasladados á Sichêm, y puestos en el sepulcro que compró Abraham á precio de dinero de los hijos de Hemor de Sichêm.
17 Mas como se acercaba el tiempo de la promesa, la cual Dios había jurado á Abraham, el pueblo creció y multiplicóse en Egipto,
18 Hasta que se levantó otro rey en Egipto que no conocía á José.
19 Este, usando de astucia con nuestro linaje, maltrató á nuestros padres, á fin de que pusiesen á peligro de muerte sus niños, para que cesase la generación.
20 En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fué agradable á Dios: y fué criado tres meses en casa de su padre.
21 Mas siendo puesto al peligro, la hija de Faraón le tomó, y le crió como á hijo suyo.
22 Y fué enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus dichos y hechos.
23 Y cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino voluntad de visitar á sus hermanos los hijos de Israel.
24 Y como vió á uno que era injuriado, defendióle, é hiriendo al Egipcio, vengó al injuriado.
25 Pero él pensaba que sus hermanos entendían que Dios les había de dar salud por su mano; mas ellos no lo habían entendido.
26 Y al día siguiente, riñendo ellos, se les mostró, y los ponía en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os injuriáis los unos á los otros?
27 Entonces el que injuriaba á su prójimo, le rempujó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por príncipe y juez sobre nosotros?
28 ¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al Egipcio?
29 A esta palabra Moisés huyó, y se hizo extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos.
30 Y cumplidos cuarenta años, un ángel le apareció en el desierto del monte Sina, en fuego de llama de una zarza.
31 Entonces Moisés mirando, se maravilló de la visión: y llegándose para considerar, fué hecha á él voz del Señor:
32 Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Mas Moisés, temeroso, no osaba mirar.
33 Y le dijo el Señor: Quita los zapatos de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa.
34 He visto, he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído el gemido de ellos, y he descendido para librarlos. Ahora pues, ven, te enviaré á Egipto.
35 A este Moisés, al cual habían rehusado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por príncipe y juez? á éste envió Dios por príncipe y redentor con la mano del ángel que le apareció en la zarza.
36 Este los sacó, habiendo hecho prodigios y milagros en la tierra de Egipto, y en el mar Bermejo, y en el desierto por cuarenta años.
37 Este es el Moisés, el cual dijo á los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor Dios vuestro de vuestros hermanos, como yo; á él oiréis.
38 Este es aquél que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sina, y con nuestros padres; y recibió las palabras de vida para darnos:
39 Al cual nuestros padres no quisieron obedecer; antes le desecharon, y se apartaron de corazón á Egipto,
40 Diciendo á Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque á este Moisés, que nos sacó de tierra de Egipto, no sabemos qué le ha acontecido.
41 Y entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se holgaron.
42 Y Dios se apartó, y los entregó que sirviesen al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Me ofrecisteis víctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años, casa de Israel?
43 Antes, trajisteis el tabernáculo de Moloch, y la estrella de vuestro dios Remphan: figuras que os hicisteis para adorarlas: os transportaré pues, más allá de Babilonia.
44 Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios, hablando á Moisés que lo hiciese según la forma que había visto.
45 El cual recibido, metieron también nuestros padres con Josué en la posesión de los Gentiles, que Dios echó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David;
46 El cual halló gracia delante de Dios, y pidió hallar tabernáculo para el Dios de Jacob.
47 Mas Salomón le edificó casa.
48 Si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano; como el profeta dice:
49 El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿ó cuál es el lugar de mi reposo?
50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas?
51 Duros de cerviz, é incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo: como vuestros padres, así también vosotros.
52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? y mataron á los que antes anunciaron la venida del Justo, del cual vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores;
53 Que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.
54 Y oyendo estas cosas, regañaban de sus corazones, y crujían los dientes contra él.
55 Mas él, estando lleno de Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vió la gloria de Dios, y á Jesús que estaba á la diestra de Dios,
56 Y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre que está á la diestra de Dios.
57 Entonces dando grandes voces, se taparon sus oídos, y arremetieron unánimes contra él;
58 Y echándolo fuera de la ciudad, le apedreaban: y los testigos pusieron sus vestidos á los pies de un mancebo que se llamaba Saulo.
Hechos 7 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Hechos 7:3-58 in Versión Biblia Libre

3 “Dios le dijo: ‘Deja tu tierra y tu parentela, y vete a la tierra que yo te mostraré.’
4 Y Abrahán se marchó de esa tierra de los Caldeos y vivió en Harán. Después de la muerte de su padre, Dios lo envió aquí a este país donde ahora viven ustedes.
5 Dios no le dio a Abrahán una herencia aquí, ni siquiera un metro cuadrado. Pero Dios le prometió a Abrahán que le daría a él y a sus descendientes la posesión de la tierra, aunque no tenía hijos.
6 También Dios le dijo que sus descendientes vivirían en un país extranjero y que allí serían tomados como esclavos y maltratados durante cuatrocientos años.
7 Luego Dios dijo: ‘Yo castigaré a la nación que los tome como esclavos. Y al final saldrán de allí y vendrán aquí a adorarme.’
8 Dios también le dio a Abrahán el pacto de la circuncisión, y por eso, cuando nació Isaac, Abrahán lo circuncidó al octavo día. Isaac fue el padre de Jacob, y Jacob el padre de los doce patriarcas.
9 “Los patriarcas, quienes estaban celosos de José, lo vendieron como esclavo en Egipto. Pero Dios estaba con él,
10 y lo rescató de todos sus problemas. Le dio sabiduría y lo ayudó a ganar el favor del Faraón, quien lo puso como gobernador sobre Egipto y sobre la casa real.
11 “Entonces hubo una gran hambruna en todo Egipto y Canaán, causando terrible miseria y nuestros padres no tenían alimento.
12 Cuando Jacob escuchó que había grano en Egipto, envió a nuestros antepasados a hacer una primera visita.
13 Pero durante su segunda visita, José les reveló a sus hermanos quién era, y el Faraón descubrió el origen familiar de José.
14 Entonces José envió a buscar a su padre y a todos sus parientes: Setenta y cinco, en total.
15 Así que Jacob viajó hacia Egipto, y murió allí, como también nuestros antepasados.
16 Sus cuerpos fueron traídos de regreso a Siquem y fueron puestos en la tumba que Abrahán había comprado con plata de los hijos de Jamor, en Siquem.
17 “Cuando se acercaba el tiempo para el cumplimiento de la promesa que Dios le había hecho a Abrahán, el número de los habitantes de Egipto aumentó.
18 Y subió un nuevo rey al trono, que no conocía de José.
19 Este rey se aprovechó de nuestro pueblo y trató mal a nuestros antepasados, obligándolos a abandonar a sus bebés para que murieran.
20 Fue en este tiempo cuando nació Moisés. Era un niño hermoso, y durante tres meses recibió cuidado en la casa de su padre.
21 Cuando llegó el momento de ser abandonado, la hija del Faraón lo rescató y cuidó de él como su propio hijo.
22 “Moisés recibió instrucción en todas las áreas del conocimiento conforme a los Egipcios, y se convirtió en un gran orador y líder.
23 Sin embargo, cuando tenía cuarenta años de edad, decidió visitar a sus parientes, los israelitas.
24 Y vio a uno de ellos que era maltratado, por lo cual intervino para defenderlo. Entonces, tomó venganza en favor del hombre y mató al egipcio.
25 Moisés pensaba que sus hermanos, los israelitas, verían que Dios los estaba rescatando a través de él, pero no lo vieron así.
26 Al día siguiente, cuando llegó, dos israelitas estaban peleando. Entonces trató de hacerlos reconciliar para que dejaran de pelear. ‘¡Señores! ¡Ustedes son hermanos!’ les dijo. ‘¿Por qué se atacan el uno al otro?”
27 “Pero el hombre que había comenzado la pelea empujó a Moisés. “¿Quién te puso como guardián de nosotros? ¿Acaso ahora eres nuestro juez?” le preguntó.
28 “¿Vas a matarme como mataste ayer al egipcio?”
29 Y cuando escuchó esto, Moisés huyó. Entonces se fue a vivir como exiliado en la tierra de Madián, donde tuvo dos hijos.
30 “Cuarenta años más tarde, en el desierto del Monte Sinaí, un ángel se le apareció en las llamas de una zarza que ardía.
31 Y cuando Moisés vio esto, se sorprendió, y se aproximó para ver más de cerca. Entonces la voz del Señor le habló:
32 ‘Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob.’ Entonces Moisés tembló de temor y no se atrevía a levantar la vista.
33 El Señor le dijo: ‘Quita tus sandalias, porque el lugar donde estás es santo.
34 Yo he visto el sufrimiento de mi pueblo en Egipto, y he oído sus clamores. He descendido para rescatarlos. Ahora ven, porque voy a enviarte a Egipto.’
35 “Este fue el mismo Moisés que el pueblo había rechazado cuando dijeron: ‘¿Quién te puso como gobernante y juez sobre nosotros?’ Dios lo envió para que fuera tanto gobernante como libertador, por medio del ángel que se le apareció en la zarza.
36 Entonces Moisés los sacó después de realizar señales milagrosas en Egipto, en el Mar Rojo, y siguió haciéndolo en el desierto durante cuarenta años.
37 Este es el mismo Moisés que le prometió a los israelitas: ‘Dios les enviará un profeta como yo proveniente de su propio pueblo.’
38 Y Moisés estaba con el pueblo de Dios reunido cuando el ángel le habló en el Monte Sinaí, y ahí junto con nuestros antepasados recibió la palabra viva de Dios para que nos la diera a nosotros.
39 Él fue al que nuestros padres no escucharon. Ellos lo rechazaron y decidieron regresar a Egipto.
40 Y le dijeron a Aarón: “Elabora dioses para que nos guíen, porque no sabemos qué ha ocurrido con Moisés, el que nos sacó de la tierra de Egipto.’
41 Entonces elaboraron un ídolo en forma de becerro, le presentaban sacrificios, y celebraban lo que ellos mismos habían hecho.
42 “Así que Dios desistió de ellos. Y los dejó adorar las estrellas del cielo. Esto es lo que escribieron los profetas: ‘¿Acaso ustedes los israelitas me dieron ofrendas o hicieron sacrificios para mi durante los cuarenta años en el desierto?
43 No, ustedes se llevaron el tabernáculo del dios Moloc y la imagen de la estrella del dios Refán, imágenes que ustedes hicieron para adorarlas. Por lo tanto yo los enviaré a exilio hasta más allá de Babilonia.’
44 “Nuestros antepasados tenían el Tabernáculo del testimonio en el desierto. Dios le había dicho a Moisés cómo tenía que hacerlo, siguiendo el modelo que había visto.
45 Más tarde, nuestros antepasados lo llevaron junto con Josué para asentarse en la tierra tomada de las naciones que el Señor expulsó delante de ellos. Y permaneció ahí hasta el tiempo de David.
46 David halló el favor de Dios y pidió hacer una morada permanente para el Dios de Jacob.
47 Pero fue Salomón el que construyó un templo para él.
48 Por supuesto que el Todopoderoso no vive en los templos que jnosotros hacemos. Como dijo el profeta:
49 ‘El cielo es mi trono, y la tierra es el lugar donde pongo mis pies. ¿Qué tipo de morada pueden ustedes construir para mí?’ pregunta el Señor. ‘¿Qué cama podrían hacerme ustedes para descansar?
50 ¿Acaso no lo hice yo todo?’
51 “¡Pueblo arrogante y terco! ¡Nunca escuchan! ¡Ustedes siempre pelean contra el Espíritu Santo! ¡Actúan como lo hacían sus padres!
52 ¿Hubo acaso algún profeta que sus padres no persiguieran? Mataron a todos los que profetizaban sobre la venida de Aquél que es verdaderamente bueno y recto. Él es Aquél a quien ustedes traicionaron y asesinaron.
53 Ustedes, los que recibieron la ley por medio de los ángeles, pero se negaron a guardarla.”
54 Cuando oyeron esto, los miembros del concilio se enfurecieron, y le hacían gruñidos, crujiendo sus dientes.
55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, elevó su mirada al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús a la diestra de Dios.
56 “Miren,” dijo él, “Veo el cielo abierto, y al Hijo del Hombre a la diestra de Dios.”
57 Pero ellos taparon sus oídos con sus manos y gritaban tan fuerte como podían. Todos se apresuraron juntos hacia él,
58 lo llevaron a rastras fuera de la ciudad, y comenzaron a apedrearlo. Sus acusadores pusieron sus abrigos junto a un joven llamado Saulo.
Hechos 7 in Versión Biblia Libre