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Hechos 5:14-38 in Spanish

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Hechos 5:14-38 in La Biblia en Español Sencillo

14 Y un gran número de hombres y mujeres tenían fe, y se unieron al Señor;
15 E incluso sacaron a la calle a personas que estaban enfermas y las pusieron en camas, de modo que cuando Pedro pasara, por lo menos su sombra cayera sobre ellos.
16 Y se juntaron personas de las ciudades vecinas a Jerusalén, trayendo a los enfermos y los atormentados por espíritus inmundos; y todos fueron sanados.
17 Pero el sumo sacerdote y los que estaban con él (los saduceos) estaban llenos de envidia,
18 Y tomaron a los apóstoles y los pusieron en la prisión común.
19 Pero en la noche un ángel del Señor, abriendo las puertas de la prisión, los sacó y dijo:
20 Ve, toma tu lugar en el Templo y dile a la gente toda la enseñanza acerca de esta Vida nueva.
21 Al oír esto, entraron al templo al amanecer y estaban enseñando. Pero el sumo sacerdote y los que estaban con él reunieron al Sanedrín y a los representantes de los hijos de Israel, y los enviaron a la prisión para traer a los apóstoles.
22 Pero los hombres que fueron enviados vieron que no estaban en la prisión, y volvieron con la noticia,
23 Diciendo: Las puertas de la prisión estaban cerradas con seguridad, y los guardianes estaban a la puerta, pero cuando estaban abiertos, allí no había nadie adentro.
24 Ahora bien, ante estas palabras, el capitán del Templo y los principales sacerdotes se turbaron mucho acerca de lo que podría ser el final de este asunto.
25 Y vino alguien y les dijo: Los hombres a quienes metiste en la cárcel, están en el Templo enseñando a la gente.
26 Entonces el capitán y algunos de la policía fueron y los tomaron, pero no violentamente, por temor de ser apedreados por el pueblo.
27 Y los llevaron al Sanedrín, y el sumo sacerdote les dijo:
28 Les dimos órdenes muy claras de no dar enseñanza en este nombre; y ahora Jerusalén está llena de sus enseñanzas, y ustedes están tratando de hacernos responsables de la muerte de este hombre.
29 Pero Pedro y los Apóstoles, respondiendo, dijeron: Tenemos que obedecer las órdenes de Dios, no las de los hombres.
30 El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron, colgándolo en la cruz.
31 A este Dios ha puesto en lo alto a su diestra, como Gobernante y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y el perdón de los pecados.
32 Y somos testigos de estas cosas, y también lo es el Espíritu Santo, a quien Dios ha dado a los que lo obedecen.
33 Pero cuando estas palabras llegaron a sus oídos, fueron enfurecidos aún más, y tenían la intención de matarlos.
34 Pero uno de los Sanedrín, un fariseo llamado Gamaliel, un doctor de la ley, quien era respetado entre todo el pueblo, se levantó e hizo una sugerencia para que los hombres fueran puestos afuera por un corto tiempo.
35 Y les dijo: Varones de Israel, piensen bien en lo que le van hacer a estos hombres.
36 Antes de esto estaba Teudas, que dijo que era alguien importante, a quien unos cuatrocientos hombres le dieron su apoyo: lo mataron, y su grupo se rompió y quedó en nada.
37 Después de este hombre, estaba Judas de Galilea, en el momento del censo, y parte del pueblo lo siguió: fue ejecutado, y todos sus seguidores fueron dispersados.
38 Y ahora les digo que no hagan nada a estos hombres, y que no se metan con ellos; porque si esta enseñanza o esta obra es de los hombres, se desvanecerá.
Hechos 5 in La Biblia en Español Sencillo

Hechos 5:14-38 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

14 Y los que creían en el Señor se aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres;
15 Tanto que echaban los enfermos por las calles, y los ponían en camas y en lechos, para que viniendo Pedro, á lo menos su sombra tocase á alguno de ellos.
16 Y aun de las ciudades vecinas concurría multitud á Jerusalem, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; los cuales todos eran curados.
17 Entonces levantándose el príncipe de los sacerdotes, y todos los que estaban con él, que es la secta de los Saduceos, se llenaron de celo;
18 Y echaron mano á los apóstoles, y pusiéronlos en la cárcel pública.
19 Mas el ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel, y sacándolos, dijo:
20 Id, y estando en el templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida.
21 Y oído que hubieron esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, viniendo el príncipe de los sacerdotes, y los que eran con él, convocaron el concilio, y á todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron á la cárcel para que fuesen traídos.
22 Mas como llegaron los ministros, y no los hallaron en la cárcel, volvieron, y dieron aviso,
23 Diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas que estaban delante de las puertas; mas cuando abrimos, á nadie hallamos dentro.
24 Y cuando oyeron estas palabras el pontífice y el magistrado del templo y los príncipes de los sacerdotes, dudaban en qué vendría á parar aquello.
25 Pero viniendo uno, dióles esta noticia: He aquí, los varones que echasteis en la cárcel, están en el templo, y enseñan al pueblo.
26 Entonces fué el magistrado con los ministros, y trájolos sin violencia; porque temían del pueblo ser apedreados.
27 Y como los trajeron, los presentaron en el concilio: y el príncipe de los sacerdotes les preguntó,
28 Diciendo: ¿No os denunciamos estrechamente, que no enseñaseis en este nombre? y he aquí, habéis llenado á Jerusalem de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de este hombre.
29 Y respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es menester obedecer á Dios antes que á los hombres.
30 El Dios de nuestros padres levantó á Jesús, al cual vosotros matasteis colgándole en un madero.
31 A éste ha Dios ensalzado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar á Israel arrepentimiento y remisión de pecados.
32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios á los que le obedecen.
33 Ellos, oyendo esto, regañaban, y consultaban matarlos.
34 Entonces levantándose en el concilio un Fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerable á todo el pueblo, mandó que sacasen fuera un poco á los apóstoles.
35 Y les dijo: Varones Israelitas, mirad por vosotros acerca de estos hombres en lo que habéis de hacer.
36 Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien; al que se agregó un número de hombres como cuatrocientos: el cual fué matado; y todos los que le creyeron fueron dispersos, y reducidos á nada.
37 Después de éste, se levantó Judas el Galileo en los días del empadronamiento, y llevó mucho pueblo tras sí. Pereció también aquél; y todos los que consintieron con él, fueron derramados.
38 Y ahora os digo: Dejaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo ó esta obra es de los hombres, se desvanecerá:
Hechos 5 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Hechos 5:14-38 in Versión Biblia Libre

14 Sin embargo, muchos hombres y mujeres comenzaron a creer en el Señor.
15 Como resultado de ello, la gente traía a los enfermos a las calles y los acostaban allí en sus camas y alfombrillas para que la sombra de Pedro cayera sobre ellos al pasar por ahí.
16 Y venían multitudes de los pueblos de Jerusalén, trayendo a sus enfermos y endemoniados. Y todos eran sanados.
17 No obstante, el sumo sacerdote y los que estaban con él (que eran Saduceos) estaban muy celosos y decidieron intervenir.
18 Entonces arrestaron a los apóstoles y los metieron a la cárcel pública.
19 Pero durante la noche, un ángel del Señor abrió las puertas de la prisión y los hizo salir.
20 “¡Vayan al templo y cuenten a la gente todas las cosas acerca de este nuevo estilo de vida!” les dijo.
21 Entonces ellos hicieron como el ángel les dijo y fueron al templo, cerca del amanecer, y comenzaron a enseñar. Entonces el sumo sacerdote y sus seguidores convocaron una reunión de concilio con todos los líderes de Israel. Y mandaron a buscar a los apóstoles a la prisión.
22 Pero cuando los oficiales fueron a la prisión, no pudieron encontrarlos, así que regresaron y dijeron al concilio:
23 “Encontramos la prisión cerrada con llave y con guardias en sus puertas. Pero cuando les pedimos que nos abrieran, no encontramos a nadie adentro.”
24 Así que cuando el capitán de la guardia del templo y los jefes de los sacerdotes oyeron esto, quedaron totalmente desconcertados, y se preguntaban qué estaba sucediendo.
25 Entonces alguien entró y dijo: “¡Miren, los hombres que ustedes metieron en la prisión están ahí en el templo enseñándole a la gente!”
26 Entonces el capitán fue con sus guardias y los trajo adentro, pero no a la fuerza, porque temían que la gente los apedreara.
27 Los apóstoles fueron llevados adentro y los hicieron permanecer en pie frente al concilio.
28 “¿Acaso no les dimos orden de no enseñar en este nombre?” preguntó el Sumo Sacerdote, con tono exigente. “¡Miren, han saturado a toda Jerusalén con su enseñanza, y ahora ustedes tratan de culparnos por la muerte de él!”
29 Pero Pedro y los apóstoles respondieron: necesitamos obedecer a Dios antes que a los hombres.
30 El Dios de nuestros antepasados levantó a Jesús de los muertos, al que ustedes mataron, colgándolo en una cruz.
31 Dios lo exaltó a una posición de honor, a su diestra, como Príncipe y Salvador, como una forma de traer arrepentimiento a Israel, y para perdón de pecados.
32 Nosotros somos testigos de lo que sucedió, y del mismo modo lo es el Espíritu Santo, a quien Dios ha dado a aquellos que le obedecen.”
33 Y cuando el concilio escuchó esto, se pusieron furiosos y querían matarlos.
34 Pero entonces uno de los miembros del concilio se levantó para hablar. Era Gamaliel, un fariseo y doctor de la ley que era respetado por todos. Él ordenó que los apóstoles salieran por un momento.
35 Entonces Gamaliel se dirigió al concilio: “Líderes de Israel, tengan cuidado con lo que planean hacerles a estos hombres.
36 Hace un tiempo Teudas quiso hacerse famoso, y cerca de cuatrocientos hombres se le unieron. Fue asesinado y todos los que lo seguían quedaron dispersos y no lograron nada.
37 Luego, después de él, Judas de Galilea vino también durante el tiempo del censo, y logró atraer algunos seguidores. Él también murió, y aquellos que lo escuchaban quedaron dispersos.
38 Del mismo modo, en este caso, yo recomiendo que dejen en paz a estos hombres, y que los dejen ir. Si lo que ellos están planeando, o lo que están haciendo viene de sus propias ideas humanas, entonces lograrán derrota.
Hechos 5 in Versión Biblia Libre