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Hechos 5:12-40 in Spanish

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Hechos 5:12-40 in La Biblia en Español Sencillo

12 Y fueron hechas muchas señales y maravillas entre las personas por las manos de los apóstoles; y estaban todos juntos en acuerdo en el pórtico de Salomón.
13 Los otros, temerosos, se abstuvieron de unirse a ellos, pero la gente los tenía en alta estima;
14 Y un gran número de hombres y mujeres tenían fe, y se unieron al Señor;
15 E incluso sacaron a la calle a personas que estaban enfermas y las pusieron en camas, de modo que cuando Pedro pasara, por lo menos su sombra cayera sobre ellos.
16 Y se juntaron personas de las ciudades vecinas a Jerusalén, trayendo a los enfermos y los atormentados por espíritus inmundos; y todos fueron sanados.
17 Pero el sumo sacerdote y los que estaban con él (los saduceos) estaban llenos de envidia,
18 Y tomaron a los apóstoles y los pusieron en la prisión común.
19 Pero en la noche un ángel del Señor, abriendo las puertas de la prisión, los sacó y dijo:
20 Ve, toma tu lugar en el Templo y dile a la gente toda la enseñanza acerca de esta Vida nueva.
21 Al oír esto, entraron al templo al amanecer y estaban enseñando. Pero el sumo sacerdote y los que estaban con él reunieron al Sanedrín y a los representantes de los hijos de Israel, y los enviaron a la prisión para traer a los apóstoles.
22 Pero los hombres que fueron enviados vieron que no estaban en la prisión, y volvieron con la noticia,
23 Diciendo: Las puertas de la prisión estaban cerradas con seguridad, y los guardianes estaban a la puerta, pero cuando estaban abiertos, allí no había nadie adentro.
24 Ahora bien, ante estas palabras, el capitán del Templo y los principales sacerdotes se turbaron mucho acerca de lo que podría ser el final de este asunto.
25 Y vino alguien y les dijo: Los hombres a quienes metiste en la cárcel, están en el Templo enseñando a la gente.
26 Entonces el capitán y algunos de la policía fueron y los tomaron, pero no violentamente, por temor de ser apedreados por el pueblo.
27 Y los llevaron al Sanedrín, y el sumo sacerdote les dijo:
28 Les dimos órdenes muy claras de no dar enseñanza en este nombre; y ahora Jerusalén está llena de sus enseñanzas, y ustedes están tratando de hacernos responsables de la muerte de este hombre.
29 Pero Pedro y los Apóstoles, respondiendo, dijeron: Tenemos que obedecer las órdenes de Dios, no las de los hombres.
30 El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron, colgándolo en la cruz.
31 A este Dios ha puesto en lo alto a su diestra, como Gobernante y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y el perdón de los pecados.
32 Y somos testigos de estas cosas, y también lo es el Espíritu Santo, a quien Dios ha dado a los que lo obedecen.
33 Pero cuando estas palabras llegaron a sus oídos, fueron enfurecidos aún más, y tenían la intención de matarlos.
34 Pero uno de los Sanedrín, un fariseo llamado Gamaliel, un doctor de la ley, quien era respetado entre todo el pueblo, se levantó e hizo una sugerencia para que los hombres fueran puestos afuera por un corto tiempo.
35 Y les dijo: Varones de Israel, piensen bien en lo que le van hacer a estos hombres.
36 Antes de esto estaba Teudas, que dijo que era alguien importante, a quien unos cuatrocientos hombres le dieron su apoyo: lo mataron, y su grupo se rompió y quedó en nada.
37 Después de este hombre, estaba Judas de Galilea, en el momento del censo, y parte del pueblo lo siguió: fue ejecutado, y todos sus seguidores fueron dispersados.
38 Y ahora les digo que no hagan nada a estos hombres, y que no se metan con ellos; porque si esta enseñanza o esta obra es de los hombres, se desvanecerá.
39 Pero si es de Dios, no serán capaces de vencerlos, y estás en peligro de estar luchando contra Dios.
40 Y les pareció que tenía razón; y enviaron a buscar a los Apóstoles, y, después de azotarlos y darles órdenes de no enseñar en el nombre de Jesús, los dejaron ir.
Hechos 5 in La Biblia en Español Sencillo

Hechos 5:12-40 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

12 Y por las manos de los apóstoles eran hechos muchos milagros y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón.
13 Y de los otros, ninguno osaba juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente.
14 Y los que creían en el Señor se aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres;
15 Tanto que echaban los enfermos por las calles, y los ponían en camas y en lechos, para que viniendo Pedro, á lo menos su sombra tocase á alguno de ellos.
16 Y aun de las ciudades vecinas concurría multitud á Jerusalem, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; los cuales todos eran curados.
17 Entonces levantándose el príncipe de los sacerdotes, y todos los que estaban con él, que es la secta de los Saduceos, se llenaron de celo;
18 Y echaron mano á los apóstoles, y pusiéronlos en la cárcel pública.
19 Mas el ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel, y sacándolos, dijo:
20 Id, y estando en el templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida.
21 Y oído que hubieron esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, viniendo el príncipe de los sacerdotes, y los que eran con él, convocaron el concilio, y á todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron á la cárcel para que fuesen traídos.
22 Mas como llegaron los ministros, y no los hallaron en la cárcel, volvieron, y dieron aviso,
23 Diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas que estaban delante de las puertas; mas cuando abrimos, á nadie hallamos dentro.
24 Y cuando oyeron estas palabras el pontífice y el magistrado del templo y los príncipes de los sacerdotes, dudaban en qué vendría á parar aquello.
25 Pero viniendo uno, dióles esta noticia: He aquí, los varones que echasteis en la cárcel, están en el templo, y enseñan al pueblo.
26 Entonces fué el magistrado con los ministros, y trájolos sin violencia; porque temían del pueblo ser apedreados.
27 Y como los trajeron, los presentaron en el concilio: y el príncipe de los sacerdotes les preguntó,
28 Diciendo: ¿No os denunciamos estrechamente, que no enseñaseis en este nombre? y he aquí, habéis llenado á Jerusalem de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de este hombre.
29 Y respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es menester obedecer á Dios antes que á los hombres.
30 El Dios de nuestros padres levantó á Jesús, al cual vosotros matasteis colgándole en un madero.
31 A éste ha Dios ensalzado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar á Israel arrepentimiento y remisión de pecados.
32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios á los que le obedecen.
33 Ellos, oyendo esto, regañaban, y consultaban matarlos.
34 Entonces levantándose en el concilio un Fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerable á todo el pueblo, mandó que sacasen fuera un poco á los apóstoles.
35 Y les dijo: Varones Israelitas, mirad por vosotros acerca de estos hombres en lo que habéis de hacer.
36 Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien; al que se agregó un número de hombres como cuatrocientos: el cual fué matado; y todos los que le creyeron fueron dispersos, y reducidos á nada.
37 Después de éste, se levantó Judas el Galileo en los días del empadronamiento, y llevó mucho pueblo tras sí. Pereció también aquél; y todos los que consintieron con él, fueron derramados.
38 Y ahora os digo: Dejaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo ó esta obra es de los hombres, se desvanecerá:
39 Mas si es de Dios, no la podréis deshacer; no seáis tal vez hallados resistiendo á Dios.
40 Y convinieron con él: y llamando á los apóstoles, después de azotados, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y soltáronlos.
Hechos 5 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Hechos 5:12-40 in Versión Biblia Libre

12 Y se llevaban a cabo muchas señales milagrosas entre el pueblo a través de los apóstoles. Y todos los creyentes solían reunirse en el pórtico de Salomón.
13 Ningún otro se atrevía a unirse a ellos aunque eran respetados en gran manera.
14 Sin embargo, muchos hombres y mujeres comenzaron a creer en el Señor.
15 Como resultado de ello, la gente traía a los enfermos a las calles y los acostaban allí en sus camas y alfombrillas para que la sombra de Pedro cayera sobre ellos al pasar por ahí.
16 Y venían multitudes de los pueblos de Jerusalén, trayendo a sus enfermos y endemoniados. Y todos eran sanados.
17 No obstante, el sumo sacerdote y los que estaban con él (que eran Saduceos) estaban muy celosos y decidieron intervenir.
18 Entonces arrestaron a los apóstoles y los metieron a la cárcel pública.
19 Pero durante la noche, un ángel del Señor abrió las puertas de la prisión y los hizo salir.
20 “¡Vayan al templo y cuenten a la gente todas las cosas acerca de este nuevo estilo de vida!” les dijo.
21 Entonces ellos hicieron como el ángel les dijo y fueron al templo, cerca del amanecer, y comenzaron a enseñar. Entonces el sumo sacerdote y sus seguidores convocaron una reunión de concilio con todos los líderes de Israel. Y mandaron a buscar a los apóstoles a la prisión.
22 Pero cuando los oficiales fueron a la prisión, no pudieron encontrarlos, así que regresaron y dijeron al concilio:
23 “Encontramos la prisión cerrada con llave y con guardias en sus puertas. Pero cuando les pedimos que nos abrieran, no encontramos a nadie adentro.”
24 Así que cuando el capitán de la guardia del templo y los jefes de los sacerdotes oyeron esto, quedaron totalmente desconcertados, y se preguntaban qué estaba sucediendo.
25 Entonces alguien entró y dijo: “¡Miren, los hombres que ustedes metieron en la prisión están ahí en el templo enseñándole a la gente!”
26 Entonces el capitán fue con sus guardias y los trajo adentro, pero no a la fuerza, porque temían que la gente los apedreara.
27 Los apóstoles fueron llevados adentro y los hicieron permanecer en pie frente al concilio.
28 “¿Acaso no les dimos orden de no enseñar en este nombre?” preguntó el Sumo Sacerdote, con tono exigente. “¡Miren, han saturado a toda Jerusalén con su enseñanza, y ahora ustedes tratan de culparnos por la muerte de él!”
29 Pero Pedro y los apóstoles respondieron: necesitamos obedecer a Dios antes que a los hombres.
30 El Dios de nuestros antepasados levantó a Jesús de los muertos, al que ustedes mataron, colgándolo en una cruz.
31 Dios lo exaltó a una posición de honor, a su diestra, como Príncipe y Salvador, como una forma de traer arrepentimiento a Israel, y para perdón de pecados.
32 Nosotros somos testigos de lo que sucedió, y del mismo modo lo es el Espíritu Santo, a quien Dios ha dado a aquellos que le obedecen.”
33 Y cuando el concilio escuchó esto, se pusieron furiosos y querían matarlos.
34 Pero entonces uno de los miembros del concilio se levantó para hablar. Era Gamaliel, un fariseo y doctor de la ley que era respetado por todos. Él ordenó que los apóstoles salieran por un momento.
35 Entonces Gamaliel se dirigió al concilio: “Líderes de Israel, tengan cuidado con lo que planean hacerles a estos hombres.
36 Hace un tiempo Teudas quiso hacerse famoso, y cerca de cuatrocientos hombres se le unieron. Fue asesinado y todos los que lo seguían quedaron dispersos y no lograron nada.
37 Luego, después de él, Judas de Galilea vino también durante el tiempo del censo, y logró atraer algunos seguidores. Él también murió, y aquellos que lo escuchaban quedaron dispersos.
38 Del mismo modo, en este caso, yo recomiendo que dejen en paz a estos hombres, y que los dejen ir. Si lo que ellos están planeando, o lo que están haciendo viene de sus propias ideas humanas, entonces lograrán derrota.
39 Pero si viene de Dios, ni siquiera ustedes podrán derrotarlos. ¡Incluso podrían terminar ustedes mismos peleando contra Dios!”
40 Entonces ellos aceptaron lo que él dijo. Así que llamaron a los apóstoles para que entraran nuevamente, los mandaron a azotar, y les ordenaron que no dijeran nada en el nombre de Jesús. Luego los dejaron ir.
Hechos 5 in Versión Biblia Libre