9 Y todo el pueblo lo vio caminando y alabando a Dios:
10 Y vieron que era el hombre el que pedía dinero a la puerta Hermosa del Templo, y estaban maravillados y sorprendidos de lo que había sucedido.
11 Y mientras él mantenía sus manos sobre Pedro y Juan, todas las personas llenas de asombro corrían juntas al la parte del templo que se llama pórtico de Salomón.
12 Y cuando Pedro lo vio, dijo al pueblo: Ustedes, hombres de Israel, ¿por qué están tan sorprendidos de este hombre? ¿o por qué nos miran como si por nuestro poder o virtud le hubiéramos dado el uso de sus piernas?
13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús; a quien ustedes renunciaron, dándole la espalda, cuando Pilato tomó la decisión de dejarlo en libertad.
14 Pero ustedes no quisieron tener nada que ver con el Santo y el Verdadero, y pediste que se te diera un homicida,
15 Y mataron al Señor de la vida; a quien Dios resucitó; de lo cual nosotros somos testigos.
16 Y por la fe en su nombre, fortaleció a este hombre, a quien ustedes ven y conocen; sí, la fe en él nombre de Jesús, esa fe en Jesús es la que le ha hecho sanar completamente, como todos ustedes pueden ver.
17 Y ahora, hermanos míos, estoy consciente de que hicieron esto, al igual que sus gobernantes, en ignorancia sin saber lo que estaban haciendo.