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Hechos 28:4-31 in Spanish

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Hechos 28:4-31 in La Biblia en Español Sencillo

4 Cuando el pueblo lo vio colgando de su mano, se decían unos a otros: Sin duda, este hombre ha matado a alguien, y aunque se ha alejado a salvo del mar, Dios no lo dejará seguir viviendo.
5 Pero sacudiendo a la víbora en el fuego, no recibió ningún daño.
6 Pero tenían la idea de que lo verían enfermarse o, de repente, cayendo muertos; pero después de esperar un largo tiempo, y viendo que no sufrieron daños, cambiando su opinión, dijeron que era un dios.
7 Y cerca de aquel lugar había una tierra, propiedad del principal de la isla, que se llamaba Publio; quien muy amablemente nos llevó a su casa como sus invitados por tres días.
8 Y el padre de Publio estaba enfermo, con una enfermedad del estómago; a quien Pablo fue, y puso sus manos sobre él, con oración, y lo sanó.
9 Y cuando esto sucedió, todos los demás en la isla que tenían enfermedades vinieron y se sanaron.
10 Entonces nos honraron con muchas atenciones, y cuando nos fuimos, pusieron en el barco todo lo que necesitábamos.
11 Y después de tres meses fuimos a navegar en un barco de Alejandría que llevaba la insignia de los dioses Castor y Polux, que había estado en la isla durante el invierno.
12 Y al entrar en el puerto de Siracusa, esperamos allí durante tres días.
13 Y desde allí, dando vueltas en una curva, llegamos a Regio; y después de un día, surgió un viento del sur y el día después de llegar a Puteoli:
14 Donde nos encontramos con algunos de los hermanos, que nos mantuvieron con ellos por siete días; y así llegamos a Roma.
15 Y los hermanos, ya tenían noticias de nosotros, salieron a nuestro encuentro al Foro de Apio y las Tres Tabernas para tener un encuentro con nosotros: y Pablo, al verlos, alabó a Dios y se animó.
16 Y cuando entramos en Roma, el centurión entregó a los presos a prefecto militar, y dejaron que Pablo tuviera una casa para él y el hombre armado que lo vigilaba.
17 Después de tres días envió a buscar a los jefes de los judíos; y cuando se juntaron, les dijo: Hermanos míos, aunque no había hecho nada contra la gente o los caminos de nuestros padres, he sido entregado preso desde Jerusalén, en manos de los romanos:
18 Quienes, cuando me hicieron preguntas, estaban listos para dejarme ir, porque no había una causa para condenarme a muerte.
19 Pero cuando los judíos protestaron contra ella, tuve que poner mi causa en manos de César; no porque tenga algo que decir en contra de mi nación.
20 Pero por esta razón los he llamado, para ver y hablar con ustedes: porque a causa de la esperanza de Israel estoy en estas cadenas.
21 Y ellos le dijeron: No hemos recibido cartas de Judea sobre ti, y ninguno de los hermanos ha venido a nosotros aquí para dar cuenta o decir algo malo acerca de ti.
22 Pero tenemos el deseo de escuchar tu opinión: en cuanto a la nueva secta, tenemos conocimiento de que en todos los lugares es atacada.
23 Y cuando un día había sido arreglado, llegaron a su casa en gran número; y les dio enseñanza, dando testimonio del reino de Dios, y teniendo discusiones con ellos acerca de Jesús, de la ley de Moisés y de los profetas, desde la mañana hasta la tarde.
24 Y algunos estaban de acuerdo con lo que dijo, pero algunos tenían dudas.
25 Y se fueron, porque había división entre ellos, después que Pablo dijo una cosa: Bien, el Espíritu Santo dijo por el profeta Isaías a vuestros padres:
26 Ve a este pueblo y digan: Aunque oigan, no oirán ni entenderan; y viendo, no percibirán,
27 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y sus oídos oyen despacio, y sus ojos están cerrados; por temor a que vean con sus ojos y escuchen con sus oídos y entiendan en sus corazones y se vuelvan a mí, para que yo los sane.
28 Sepan ustedes, entonces, de que la salvación de Dios se envía a los gentiles, y ellos oirán.
29 Y cuando hubo dicho esto, los judios se fueron teniendo gran discusión entre si.
30 Y por el espacio de dos años, Pablo estaba viviendo en la casa de la que tenía uso, donde él recibía a todos los que iban a verlo,
31 Predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesús Cristo sin miedo, y no se dieron órdenes de que no lo hiciera.
Hechos 28 in La Biblia en Español Sencillo

Hechos 28:4-31 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

4 Y como los bárbaros vieron la víbora colgando de su mano, decían los unos á los otros: Ciertamente este hombre es homicida, á quien, escapado de la mar, la justicia no deja vivir.
5 Mas él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún mal padeció.
6 Empero ellos estaban esperando cuándo se había de hinchar, ó caer muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, mudados, decían que era un dios.
7 En aquellos lugares había heredades del principal de la isla, llamado Publio, el cual nos recibió y hospedó tres días humanamente.
8 Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebres y de disentería: al cual Pablo entró, y después de haber orado, le puso las manos encima, y le sanó:
9 Y esto hecho, también los otros que en la isla tenían enfermedades, llegaban, y eran sanados:
10 Los cuales también nos honraron con muchos obsequios; y cuando partimos, nos cargaron de las cosas necesarias.
11 Así que, pasados tres meses, navegamos en una nave Alejandrina que había invernado en la isla, la cual tenía por enseña á Cástor y Pólux.
12 Y llegados á Siracusa, estuvimos allí tres días.
13 De allí, costeando alrededor, vinimos á Regio; y otro día después, soplando el austro, vinimos al segundo día á Puteolos:
14 Donde habiendo hallado hermanos, nos rogaron que quedásemos con ellos siete días; y luego vinimos á Roma;
15 De donde, oyendo de nosotros los hermanos, nos salieron á recibir hasta la plaza de Appio, y Las Tres Tabernas: á los cuales como Pablo vió, dió gracias á Dios, y tomó aliento.
16 Y como llegamos á Roma, el centurión entregó los presos al prefecto de los ejércitos, mas á Pablo fué permitido estar por sí, con un soldado que le guardase.
17 Y aconteció que tres días después, Pablo convocó á los principales de los Judíos; á los cuales, luego que estuvieron juntos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra los ritos de la patria, he sido entregado preso desde Jerusalem en manos de los Romanos;
18 Los cuales, habiéndome examinado, me querían soltar, por no haber en mí ninguna causa de muerte.
19 Mas contradiciendo los Judíos, fuí forzado á apelar á César; no que tenga de qué acusar á mi nación.
20 Así que, por esta causa, os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel estoy rodeado de esta cadena.
21 Entonces ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido cartas tocante á ti de Judea, ni ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado ó hablado algún mal de ti.
22 Mas querríamos oir de ti lo que sientes; porque de esta secta notorio nos es que en todos lugares es contradicha.
23 Y habiéndole señalado un día, vinieron á él muchos á la posada, á los cuales declaraba y testificaba el reino de Dios, persuadiéndoles lo concerniente á Jesús, por la ley de Moisés y por los profetas, desde la mañana hasta la tarde.
24 Y algunos asentían á lo que se decía, mas algunos no creían.
25 Y como fueron entre sí discordes, se fueron, diciendo Pablo esta palabra: Bien ha hablado el Espíritu Santo por el profeta Isaías á nuestros padres,
26 Diciendo: Ve á este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis:
27 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y de los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos taparon; porque no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane.
28 Séaos pues notorio que á los Gentiles es enviada esta salud de Dios: y ellos oirán.
29 Y habiendo dicho esto, los Judíos salieron, teniendo entre sí gran contienda.
30 Pablo empero, quedó dos años enteros en su casa de alquiler, y recibía á todos los que á él venían,
31 Predicando el reino de Dios y enseñando lo que es del Señor Jesucristo con toda libertad, sin impedimento.
Hechos 28 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Hechos 28:4-31 in Versión Biblia Libre

4 Cuando la gente que estaba allí vio la serpiente colgando de su mano, se dijeron unos a otros: “Este hombre debe ser un asesino. Aunque escapó de la muerte en el mar, la justicia no lo dejará vivo.”
5 Sin embargo, Pablo sacudió la serpiente al fuego y no sufrió ningún daño.
6 Y todos estaban esperando que sufriera hinchazón, o que cayera muerto repentinamente. Pero tras esperar largo rato, vieron que nada malo le ocurría, así que cambiaron de opinión y decidieron creer que quizás él era un Dios.
7 Y cerca de allí había tierras que pertenecían a Publio, el funcionario principal de la isla. Él nos recibió y cuidó de nosotros durante tres días con mucha hospitalidad.
8 Pero el padre de Publio estaba enfermo, acostado en una cama y sufría con fiebre y disentería. Entonces Pablo entró a verlo, y oró por él, puso sus manos sobre él y lo sanó.
9 Después que sucedió esto, todos los demás enfermos de la isla venían y eran sanados.
10 Entonces nos dieron muchos regalos, y cuando tuvimos que marcharnos nos dieron provisiones necesarias para el viaje.
11 Después de permanecer allí tres meses zarpamos en un barco de Alejandría que tenía por insignia a los Gemelos Celestiales que había pasado el invierno en la isla.
12 Nos detuvimos en Siracusa, y pasamos allí tres días.
13 De allí navegamos hacia Regio. Al día siguiente sopló un viento del sur, y el segundo día llegamos al Puerto de Poteoli,
14 donde encontramos algunos creyentes. Y nos pidieron permanecer con ellos por una semana. Así que fuimos a Roma.
15 Y cuando ciertos creyentes de roma oyeron que habíamos llegado, fueron a encontrarse con nosotros en Foro de Apio y las Tres Tabernas. Y cuando Pablo los vio, agradeció a Dios y se sintió animado.
16 Al llegar a Roma, a Pablo se le permitió permanecer bajo arresto domiciliario con un soldado que lo custodiaba.
17 Tres días después, Pablo invitó a los líderes judíos para que fueran a verlo. Y cuando estaban reunidos les dijo: “Hermanos, aunque no tengo nada en contra del pueblo o de las costumbres de nuestros antepasados, fui arrestado en Jerusalén y entregado a las autoridades romanas.
18 Después de interrogarme querían dejarme en libertad porque yo no había hecho nada que ameritara mi ejecución.
19 Pero los líderes judíos se opusieron a esto, y fui obligado a apelar al César, y no porque tuviera alguna acusación contra mi propio pueblo.
20 Es por eso que pedí verlos y hablar con ustedes, porque es por la esperanza de Israel que estoy encadenado de esta manera.”
21 “Nosotros no hemos recibido ninguna carta de Judea respecto a ti, ni ninguna persona en nuestro pueblo ha traído informes contra ti, ni han dicho algo malo de ti,” le dijeron.
22 “Pero queremos oír de ti lo que crees, especialmente respecto a esta secta, que sabemos que está condenada en todos lados.”
23 Entonces concertaron una cita para reunirse con él. Y ese día muchos fueron al lugar donde él estaba. Y Pablo les enseñaba desde la mañana hasta la noche, hablándoles sobre Jesús y sobre el reino de Dios. Trataba de convencerlos acerca de Jesús, usando los escritos de la ley de Moisés y los profetas.
24 Algunos aceptaron lo que Pablo decía, pero otros se negaron a creer.
25 Y no podían ponerse de acuerdo entre ellos, y se marcharon cuando Pablo les dijo esto: “El Espíritu Santo lo dijo bien a través del profeta Isaías, el profeta de sus antepasados,
26 ‘Ve a este pueblo y dile: “Aunque ustedes oigan, nunca entenderán, y aunque vean, nunca comprenderán.
27 Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible; se les han embotado los oídos, y se les han cerrado los ojos. De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos, entenderían con el corazón y se convertirían, y yo los sanaría.”’
28 “Por lo tanto, sepan que esta salvación que viene de Dios ha sido enviada a los extranjeros y ellos escucharán.”
30 Y durante dos años completos Pablo permaneció allí en la casa que alquiló, recibiendo a todos los que iban a verlo.
31 Y les hablaba del reino de Dios, y enseñaba sobre el Señor Jesucristo audazmente. Y nadie se lo impedía.
Hechos 28 in Versión Biblia Libre