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Hechos 26:1-29 in Spanish

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Hechos 26:1-29 in La Biblia en Español Sencillo

1 Y Agripa le dijo a Pablo: Puedes poner tu causa delante de nosotros. Entonces Pablo, extendiendo su mano, hizo su respuesta, diciendo:
2 En mi opinión, soy feliz, rey Agripa, de poder dar hoy mi respuesta a todas estas cosas que los judíos dicen en mi contra:
3 Cuánto más, porque eres experto en todas las cuestiones que tienes que ver con los judíos y sus costumbres: así que te pido que me des una audiencia hasta el final.
4 Todos los judíos tienen conocimiento de mi forma de vida desde mis primeros años, como lo fue desde el principio entre mi nación y en Jerusalén;
5 También saben, si quieren dar testimonio, que yo estaba viviendo como fariseo, en esa división de nuestra religión que es la más estricta.
6 Y ahora estoy aquí para ser juzgado por la esperanza dada por la palabra de Dios a nuestros padres;
7 Promesa que nuestras doce tribus han estado esperando poder alcanzar el cumplimiento adorando a Dios noche y día con todo su corazón. Y en conexión con esta esperanza, ¡soy atacado por los judíos, oh rey!
8 ¿Por qué, en tu opinión, no creen que Dios resucita a los muertos?
9 Porque yo, verdaderamente, era de la opinión de que era correcto para mí hacer una serie de cosas en contra del nombre de Jesús de Nazaret.
10 Y esto que hice en Jerusalén; y encarcele a muchos de los santos, y me dieron autoridad de parte de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, di mi voto en contra de ellos.
11 Y los castigue frecuentemente en todas las sinagogas, forzandolos a negar su fe; y ardiendo de pasión contra ellos, los seguí hasta ciudades lejanas.
12 Entonces, cuando viajaba a Damasco con la autoridad y las órdenes de los principales sacerdotes,
13 A la mitad del día, en el camino vi una luz del cielo, más brillante que el sol, que brillaba a mi alrededor y los que viajaban conmigo.
14 Y cuando caímos al suelo, una voz vino a mí, diciendo en hebreo: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Te estas haciendo daño a ti mismo dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
15 Y yo dije: ¿Quién eres tú, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien estás persiguiendo.
16 Pero levántate, porque he venido a ti para este fin, para hacerte siervo y testigo de las cosas en que has visto, y de aquellos en que me apareceré a ti;
17 Y te protegeré de tu pueblo y de los gentiles a quienes te envío,
18 Para que abran sus ojos, los conviertas de la oscuridad a la luz, y del poder de Satanás a Dios, para que ellos puede tener el perdón de los pecados y una herencia entre los que se hacen santos por la fe en mí.
19 Así que, entonces, rey Agripa, no fui contra la visión del cielo;
20 Pero fui, primero a aquellos en Damasco y Jerusalén, y por todo el país de Judea, y luego a los gentiles, predicando que se arrepintiesen de corazón, para que ellos, convertidos a Dios, pudieran dar, en sus obras, los frutos de un corazón arrepentido.
21 Por esta razón, los judíos me llevaron al Templo e intentaron matarme.
22 Y así, con la ayuda de Dios, estoy aquí hoy, dando testimonio de lo pequeño y lo grande, sin decir nada más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería;
23 Que el Cristo pasaría por dolor, y ser el primero en resucitar, anunciaría la luz de salvación tanto a nuestro pueblo como a los gentiles.
24 Y cuando pronunció su respuesta en estas palabras, Festo dijo en voz alta, Pablo, estás fuera de tu cabeza; tu gran aprendizaje te vuelve loco.
25 Entonces Pablo dijo: No estoy fuera de mi cabeza, Festo, el más noble, pero mis palabras son verdaderas y sabias.
26 Porque el rey tiene conocimiento de estas cosas, a quien hablo libremente; porque no pienso que ignora nada de esto; porque no se ha hecho en secreto.
27 Rey Agripa, ¿tienes fe en los profetas? Estoy seguro de que tienes.
28 Y Agripa le dijo a Pablo: Un poco más y tú me harás cristiano.
29 Y Pablo dijo: Es mi oración a Dios que, en pequeña o en gran medida, no solo tú, sino que todos los que me escuchan hoy sean como yo soy, pero menos estas cadenas.
Hechos 26 in La Biblia en Español Sencillo

Hechos 26:1-29 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

1 ENTONCES Agripa dijo á Pablo: Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces, extendiendo la mano, comenzó á responder por sí, diciendo:
2 Acerca de todas las cosas de que soy acusado por los Judíos, oh rey Agripa, me tengo por dichoso de que haya hoy de defenderme delante de ti;
3 Mayormente sabiendo tú todas las costumbres y cuestiones que hay entre los Judíos: por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.
4 Mi vida pues desde la mocedad, la cual desde el principio fué en mi nación, en Jerusalem, todos los Judíos la saben:
5 Los cuales tienen ya conocido que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme á la más rigurosa secta de nuestra religión he vivido Fariseo.
6 Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios á nuestros padres, soy llamado en juicio;
7 A la cual promesa nuestras doce tribus, sirviendo constantemente de día y de noche, esperan que han de llegar. Por la cual esperanza, oh rey Agripa, soy acusado de los Judíos.
8 ¡Qué! ¿Júzgase cosa increíble entre vosotros que Dios resucite los muertos?
9 Yo ciertamente había pensado deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret:
10 Lo cual también hice en Jerusalem, y yo encerré en cárceles á muchos de los santos, recibida potestad de los príncipes de los sacerdotes; y cuando eran matados, yo dí mi voto.
11 Y muchas veces, castigándolos por todas las sinagogas, los forcé á blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extrañas.
12 En lo cual ocupado, yendo á Damasco con potestad y comisión de los príncipes de los sacerdotes,
13 En mitad del día, oh rey, vi en el camino una luz del cielo, que sobrepujaba el resplandor del sol, la cual me rodeó y á los que iban conmigo.
14 Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebraica: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones.
15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, á quien tú persigues.
16 Mas levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto te he aparecido, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que apareceré á ti:
17 Librándote del pueblo y de los Gentiles, á los cuales ahora te envío,
18 Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas á la luz, y de la potestad de Satanás á Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, remisión de pecados y suerte entre los santificados.
19 Por lo cual, oh rey Agripa, no fuí rebelde á la visión celestial:
20 Antes anuncié primeramente á los que están en Damasco, y Jerusalem, y por toda la tierra de Judea, y á los Gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen á Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
21 Por causa de esto los Judíos, tomándome en el templo, tentaron matarme.
22 Mas ayudado del auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio á pequeños y á grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir:
23 Que Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y á los Gentiles.
24 Y diciendo él estas cosas en su defensa, Festo á gran voz dijo: Estás loco, Pablo: las muchas letras te vuelven loco.
25 Mas él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de templanza.
26 Pues el rey sabe estas cosas, delante del cual también hablo confiadamente. Pues no pienso que ignora nada de esto; pues no ha sido esto hecho en algún rincón.
27 ¿Crees, rey Agripa, á los profetas? Yo sé que crees.
28 Entonces Agripa dijo á Pablo: Por poco me persuades á ser Cristiano.
29 Y Pablo dijo: ¡Pluguiese á Dios que por poco ó por mucho, no solamente tú, mas también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas prisiones!
Hechos 26 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Hechos 26:1-29 in Versión Biblia Libre

1 Entonces Agripa le dijo a Pablo: “Eres libre para hablar a tu favor.” Haciendo un gesto con su brazo, Pablo comenzó su defensa.
2 “Estoy complacido, Rey Agripa, de presentar mi defensa ante usted hoy, respecto a todas las cosas de las que soy acusado por los judíos,
3 especialmente porque usted es un experto en todos los asuntos y costumbres judías. Le ruego su paciente atención al escuchar lo que tengo que decir.”
4 “Todos los judíos conocen la historia de mi vida, desde mis primeros días en mi propio país y luego en Jerusalén.
5 Me han conocido por mucho tiempo y pueden verificar, si eligen hacerlo, que he seguido la escuela religiosa que observa nuestra fe, de la manera más estricta. Pues vivía como Fariseo.
6 “Ahora estoy aquí para ser juzgado respecto a la esperanza prometida que Dios dio a nuestros padres,
7 que nuestras doce tribus esperaban recibir si se consagraban al servicio de Dios. ¡Sí, es por esta esperanza que soy acusado por los judíos, Su Majestad!
8 “¿Por qué pensaría alguno de ustedes que es increíble que Dios resucite a los muertos?
9 Anteriormente estaba convencido con sinceridad de que debía ser todo lo posible para oponerme al nombre de Jesús de Nazaret.
10 Eso es lo que hacía en Jerusalén. Puse a muchos de los creyentes en la cárcel, habiendo recibido la autoridad para hacer esto de parte de los jefes de los sacerdotes. Cuando fueron sentenciados a muerte hice mi voto en contra de ellos.
11 Los mandé a castigar en todas las sinagogas, tratando de hacer que se retractaran. Y me opuse a ellos con tanta furia que fui a las ciudades que están fuera de mi país para perseguirlos.
12 “Esa es la razón por la que un día yo iba de camino a Damasco con autoridad y órdenes de los jefes de los sacerdotes.
13 Y cerca de la hora del mediodía, Su Majestad, vi una luz que venía del cielo y era más brillante que el sol. Iluminó todo a mi alrededor y a los que iban viajando conmigo.
14 Todos caímos al suelo. Entonces escuché una voz que me hablaba en idioma arameo: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¡Es duro para ti pelear contra mí!’
15 “‘¿Quién eres, Señor?’ pregunté. “‘Yo soy Jesús, a quien tu persigues,’ respondió el Señor.
16 ‘Pero levántate y ponte de pie. La razón por la que he aparecido ante ti es para designarte como mi siervo, para que seas mi testigo, contando a otros lo que has visto y todo lo que voy a revelarte.
17 Te salvaré de tu propio pueblo y de los extranjeros. Yo te envío a ellos
18 para abrir sus ojos y que así puedan volverse de las tinieblas a la luz, del poder de Satanás hacia Dios, y que así reciban perdón por sus pecados y un lugar con aquellos que son justificados por creer en mí.’
19 “Claramente, Rey Agripa, no podía desobedecer esta visión del cielo.
20 Primero en Damasco, luego en Jerusalén y luego en toda Judea y también a los extranjeros les prediqué el mensaje de arrepentimiento: cómo deben volverse a Dios, demostrando su arrepentimiento por medio de sus acciones.
21 Por eso los judíos me agarraron en el templo y trataron de matarme.
22 “Dios ha cuidado de mi para que hoy pueda estar aquí como testigo para todos, tanto para las personas comunes como para las personas más prestigiosas. Yo solo estoy repitiendo lo que Moisés y los profetas dijeron que sucedería:
23 cómo sufriría el Mesías, y que al resucitar de los muertos él anunciaría la luz de la salvación de Dios tanto para los judíos como para los extranjeros.”
24 Entonces Festo interrumpió a Pablo mientras presentaba su defensa, exclamando: “¡Pablo, te has vuelto loco! ¡Todo tu conocimiento te está llevando a la locura!”
25 “No estoy loco, Su Excelencia Festo,” respondió Pablo. “Lo que estoy diciendo es verdad y tiene sentido.
26 El rey reconoce esto, y lo estoy explicando de manera muy clara. Estoy seguro de que él sabe lo que está sucediendo, porque ninguna de estas cosas ha sucedido en secreto.
27 “Rey Agripa, ¿cree usted en lo que dijeron los profetas? ¡Estoy seguro que sí!”
28 “¿Crees que puedes convencerme para convertirme en cristiano tan rápidamente?” le preguntó Agripa a Pablo.
29 “No importa si toma poco o mucho tiempo,” respondió Pablo. “Pero mi oración a Dios es que no solo usted, sino todos los que me escuchan se vuelvan como yo, excepto por estas cadenas.”
Hechos 26 in Versión Biblia Libre