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Hechos 21:2-33 in Spanish

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Hechos 21:2-33 in La Biblia en Español Sencillo

2 Y como había un barco que se dirigía a Fenicia, nos embarcamos y zarpamos.
3 Cuando llegamos a la orilla de Chipre y pasamos por nuestra izquierda, nos dirigimos a Siria y desembarcamos en Tiro, porque había que sacar los bienes que había en el barco.
4 Y al encontrarnos con los discípulos, estuvimos allí por siete días; y dieron órdenes a Pablo por el Espíritu de que no subieran a Jerusalén.
5 Y cuando estos días llegaron a su fin, continuamos nuestro viaje; y todos ellos, con sus esposas e hijos, vinieron con nosotros en nuestro camino hasta que estuvimos fuera de la ciudad: y después nos arrodillamos en oración junto al mar,
6 Nos dijimos nuestras últimas palabras y nos abrazamos unos a otros, y nos metimos en el barco, y volvieron a sus casas.
7 Y viajando en barco desde Tiro, vinimos a Tolemaida; y allí tuvimos una conversación con los hermanos y estuvimos con ellos por un día.
8 Y al día siguiente, nos fuimos y llegamos a Cesarea, donde fuimos invitados en la casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los siete ayudantes de los apostoles.
9 Y tuvo cuatro hijas, vírgenes, que fueron profetas.
10 Y mientras esperábamos allí algunos días, un cierto profeta, llamado Agabo, descendió de Judea.
11 Y vino a nosotros, y tomó el cinto de las ropas de Pablo, y poniéndola alrededor de sus pies y manos, dijo: El Espíritu Santo dice estas palabras: así lo harán los Judíos al hombre que es el dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los gentiles.
12 Y oídas estas cosas, nosotros y los que estábamos viviendo en aquel lugar le pedimos que no vaya a Jerusalén.
13 Entonces Pablo dijo: ¿Qué están haciendo, llorando e hiriendo mi corazón? porque estoy listo, no solo para ser un prisionero, sino para ser ejecutado en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.
14 Y como no lo pudimos convencer, no volvimos a hablar, diciendo: Hágase el propósito de Dios.
15 Y después de estos días nos preparamos y subimos a Jerusalén.
16 Y algunos de los discípulos de Cesarea fueron con nosotros, tomando a cierto Mnason de Chipre, uno de los primeros discípulos, en cuya casa vivíamos.
17 Y cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos se complacieron en vernos.
18 Y al día siguiente, Pablo fue con nosotros a ver Jacobo, y todos los ancianos de la iglesia estaban presentes.
19 Y cuando hubo dicho cuánto se alegraba de verlos, les dio un relato detallado de las cosas que Dios había hecho a través de su ministerio entre los gentiles.
20 Al oírlo, alabaron a Dios; y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares hay entre los judíos, que han creído; y todos tienen un gran respeto por la ley:
21 y han tenido noticias de ustedes, cómo han estado enseñando a todos los judíos entre los gentiles a abandonar la ley de Moisés, y no a circuncidar a sus hijos, y no mantener las viejas reglas de la Ley.
22 ¿Cuál es la posición? Sin duda recibirán noticias de que has venido.
23 Haz esto, entonces, que te decimos: Tenemos cuatro hombres que han hecho un voto de purificación;
24 Ve con ellos, y purifícate con ellos, y haz los pagos necesarios por ellos para que se rasuren la cabeza; y todos verán que las declaraciones hechas acerca de ti no son ciertas, sino al contrario tú también andas ordenadamente y obedeces la ley.
25 Pero en cuanto a los gentiles que han creído, enviamos una carta, dando nuestra decisión de que no coman carne de ofrendas hechas a dioses falsos, y de la sangre y de la carne de los animales muertos estrangulados y evitar la inmoralidad sexual.
26 Entonces Pablo tomó a los hombres, y al día siguiente, purificandose con ellos, entró al Templo, dando la declaración de que los días necesarios para limpiarlos estaban completos, hasta que la ofrenda fue hecha para cada uno de ellos.
27 Y cuando los siete días casi habían terminado, los judíos de Asia, al verlo en el Templo, juntaron al pueblo y le pusieron las manos encima.
28 Gritando, hombres de Israel, vengan en nuestra ayuda: este es el hombre que está enseñando a todos los hombres contra el pueblo, la ley y este lugar; y además, ha llevado a los griegos al Templo, y a profanado este lugar santo.
29 Porque lo habían visto antes en la ciudad con Trófimo de Éfeso, y tuvieron la idea de que Pablo lo había llevado consigo al Templo.
30 Y toda la ciudad se conmovió, y la gente se acercó corriendo y le puso las manos encima a Pablo, sacándolo del Templo; y entonces las puertas se cerraron.
31 Y mientras intentaban matarlo, llegaron noticias al jefe de la banda de que toda Jerusalén estaba fuera de control.
32 Y luego tomó algunos hombres armados y descendió rápidamente hacia ellos; y los judíos, al verlos, no le dieron más golpes a Pablo.
33 Entonces el comandante se acercó y lo tomó, y ordenó que lo encadenaran, preguntándole quién era y qué había hecho.
Hechos 21 in La Biblia en Español Sencillo

Hechos 21:2-33 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

2 Y hallando un barco que pasaba á Fenicia, nos embarcamos, y partimos.
3 Y como avistamos á Cipro, dejándola á mano izquierda, navegamos á Siria, y vinimos á Tiro: porque el barco había de descargar allí su carga.
4 Y nos quedamos allí siete días, hallados los discípulos, los cuales decían á Pablo por Espíritu, que no subiese á Jerusalem.
5 Y cumplidos aquellos días, salimos acompañándonos todos, con sus mujeres é hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la ribera, oramos.
6 Y abrazándonos los unos á los otros, subimos al barco, y ellos se volvieron á sus casas.
7 Y nosotros, cumplida la navegación, vinimos de Tiro á Tolemaida; y habiendo saludado á los hermanos, nos quedamos con ellos un día.
8 Y otro día, partidos Pablo y los que con él estábamos, vinimos á Cesarea: y entrando en casa de Felipe el evangelista, el cual era uno de los siete, posamos con él.
9 Y éste tenía cuatro hijas, doncellas, que profetizaban.
10 Y parando nosotros allí por muchos días, descendió de Judea un profeta, llamado Agabo;
11 Y venido á nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los Judíos en Jerusalem al varón cuyo es este cinto, y le entregarán en manos de los Gentiles.
12 Lo cual como oímos, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese á Jerusalem.
13 Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y afligiéndome el corazón? porque yo no sólo estoy presto á ser atado, mas aun á morir en Jerusalem por el nombre del Señor Jesús.
14 Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.
15 Y después de estos días, apercibidos, subimos á Jerusalem.
16 Y vinieron también con nosotros de Cesarea algunos de los discípulos, trayendo consigo á un Mnasón, Cyprio, discípulo antiguo, con el cual posásemos.
17 Y cuando llegamos á Jerusalem, los hermanos nos recibieron de buena voluntad.
18 Y al día siguiente Pablo entró con nosotros á Jacobo, y todos los ancianos se juntaron;
19 A los cuales, como los hubo saludado, contó por menudo lo que Dios había hecho entre los Gentiles por su ministerio.
20 Y ellos como lo oyeron, glorificaron á Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de Judíos hay que han creído; y todos son celadores de la ley:
21 Mas fueron informados acerca de ti, que enseñas á apartarse de Moisés á todos los Judíos que están entre los Gentiles, diciéndoles que no han de circuncidar á los hijos, ni andar según la costumbre.
22 ¿Qué hay pues? La multitud se reunirá de cierto: porque oirán que has venido.
23 Haz pues esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen voto sobre sí:
24 Tomando á éstos contigo, purifícate con ellos, y gasta con ellos, para que rasuren sus cabezas, y todos entiendan que no hay nada de lo que fueron informados acerca de ti; sino que tú también andas guardando la ley.
25 Empero cuanto á los que de los Gentiles han creído, nosotros hemos escrito haberse acordado que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo que fuere sacrificado á los ídolos, y de sangre, y de ahogado, y de fornicación.
26 Entonces Pablo tomó consigo aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, hasta ser ofrecida ofrenda por cada uno de ellos.
27 Y cuando estaban para acabarse los siete días, unos Judíos de Asia, como le vieron en el templo, alborotaron todo el pueblo y le echaron mano,
28 Dando voces: Varones Israelitas, ayudad: Este es el hombre que por todas partes enseña á todos contra el pueblo, y la ley, y este lugar; y además de esto ha metido Gentiles en el templo, y ha contaminado este lugar santo.
29 Porque antes habían visto con él en la ciudad á Trófimo, Efesio, al cual pensaban que Pablo había metido en el templo.
30 Así que, toda la ciudad se alborotó, y agolpóse el pueblo; y tomando á Pablo, hiciéronle salir fuera del templo, y luego las puertas fueron cerradas.
31 Y procurando ellos matarle, fué dado aviso al tribuno de la compañía, que toda la ciudad de Jerusalem estaba alborotada;
32 El cual tomando luego soldados y centuriones, corrió á ellos. Y ellos como vieron al tribuno y á los soldados, cesaron de herir á Pablo.
33 Entonces llegando el tribuno, le prendió, y le mandó atar con dos cadenas; y preguntó quién era, y qué había hecho.
Hechos 21 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Hechos 21:2-33 in Versión Biblia Libre

2 donde nos encontramos con una embarcación que iba hacia Fenicia. Nos embarcamos en ella y zarpamos.
3 Luego avistamos Chipre por el lado izquierdo y continuamos hasta Siria, luego bajamos a tierra en Tiro, que era donde debía desembarcar la nave.
4 Allí buscamos a los creyentes y nos quedamos en ese lugar durante una semana. Y por medio del Espíritu Santo los creyentes le dijeron a Pablo que no fuera a Jerusalén.
5 Cuando se acabó nuestro tiempo de estar allí, partimos y regresamos al barco para seguir nuestro viaje. Todos los creyentes, y las esposas e hijos, nos acompañaron al marcharnos de la ciudad. Allí en la playa nos arrodillamos y oramos, y nos despedimos.
6 Entonces nos subimos al barco y regresamos a casa.
7 Nuestro viaje desde Tiro terminó en Tolemaida, y allí saludamos a los creyentes y nos quedamos con ellos durante un día.
8 Al día siguiente partimos de allí y nos fuimos hasta Cesarea. Nos quedamos en la casa de Felipe el evangelista (uno de los siete).
9 Y Felipe tenía cuatro hijas solteras que profetizaban.
10 Después de habernos quedado allí durante varios días, un profeta llamado Ágabo llegó desde Judea.
11 Al acercarse a nosotros, tomó el cinturón de Pablo, y ató sus propias manos y pies. Entonces dijo: “El Espíritu Santo dice: ‘Así es como los judíos de Jerusalén cegarán al hombre que posee este cinturón, y lo entregarán en manos de los extranjeros.’”
12 Cuando oímos esto, nosotros y los creyentes le rogamos a Pablo que no fuera a Jerusalén.
13 Sin embargo, Pablo respondió: “¿Qué hacen? Están llorando y rompen mi corazón. No solo estoy listo para ser amarrado en Jerusalén, sino también para morir allí por causa del Señor Jesús.”
14 Y como no pudo ser persuadido de lo contrario, nos dimos por vencidos y dijimos: Que se haga la voluntad del Señor.”
15 Después de esto hicimos nuestras maletas y nos dirigimos hacia Jerusalén.
16 Y algunos de los creyentes de Cesarea vinieron con nosotros, y nos llevaron hasta la casa de Nasón, donde íbamos a quedarnos. Él venía de Chipre y fue uno de los primeros creyentes.
17 Cuando llegamos a Jerusalén, los creyentes nos recibieron calurosamente.
18 Al día siguiente Pablo fue con nosotros a ver a Santiago y todos los líderes de la iglesia estaban allí.
19 Después de saludarlos, Pablo comenzó a contar con detalles todo lo que Dios había hecho por los extranjeros por medio de su ministerio.
20 Y cuando oyeron lo que había sucedido, alabaron a Dios y le dijeron a Pablo: “Hermano, ahora puedes ver cuántos miles de judíos han llegado a creer en el Señor, y todos guardan la Ley cuidadosamente.
21 A ellos les han dicho que tú enseñas a los judíos que viven entre los extranjeros a que ignoren la ley de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos y que no sigan nuestras costumbres.
22 “¿Qué debemos hacer al respecto? Sin duda la gente escuchará que llegaste aquí.
23 Queremos que hagas lo siguiente: Cuatro de nuestros hombres han hecho un voto.
24 Ve con ellos y haz los rituales de purificación con ellos, pagándoles para que les afeiten sus cabezas. De este modo todos sabrán que los rumores que han escuchado acerca de ti no son ciertos, sino que tú mismo guardas la Ley en tu forma de vivir.
25 En cuanto a los extranjeros que han creído en el Señor, ya escribimos una carta respecto a nuestra decisión de que deben abstenerse de comer alimentos sacrificados a los ídolos, consumir sangre o cualquier animal estrangulado, y de inmoralidad sexual.”
26 Así que Pablo llevó consigo a estos hombres, y al día siguiente fue y se purificó con ellos. Entonces fue al templo para dar aviso respecto a la terminación del tiempo de purificación y de la ofrenda que se daría por cada uno de ellos.
27 Se acercaba el fin de los siete días cuando ciertos judíos de Asia vieron a Pablo en el templo y lo agarraron.
28 “¡Hombres de Israel, vengan a ayudarnos!” gritaron. “Este es el hombre que está enseñando por todas partes para que se opongan a nuestro pueblo, a la Ley y al templo. Además ha traído griegos al templo, contaminando este lugar santo.”
29 (Decían esto porque anteriormente lo habían visto en la ciudad con Trófimo, el efesio y supusieron que Pablo lo había traído al templo).
30 Y toda la ciudad estaba impactada por este hecho y la gente llegaba corriendo. Entonces agarraron a Pablo y lo sacaron a rastras del templo. De inmediato se cerraron las puertas.
31 Mientras trataban de matarlo, el comandante del batallón romano recibió la noticia de que toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada.
32 De inmediato el comandante tomó a unos centuriones y descendió corriendo hasta donde estaba la turba. Cuando la multitud vio al comandante y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo.
33 Entonces el comandante llegó y arrestó a Pablo, ordenando que lo ataran con dos cadenas. Entonces preguntó quién era él y qué había hecho.
Hechos 21 in Versión Biblia Libre