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Hechos 19:4-38 in Spanish

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Hechos 19:4-38 in La Biblia en Español Sencillo

4 Y Pablo dijo: Juan bautizó,con un bautismo de arrepentimiento, diciendo a las personas que creyesen en el que venía detrás de él, es decir, en Jesús el cristo.
5 Y al oír esto, tuvieron el bautismo en el nombre del Señor Jesús.
6 Y cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo vino sobre ellos; y tenían el poder de hablar en lenguas y actuar como profetas.
7 Y había como doce de estos hombres.
8 Y entró en la sinagoga, y estuvo allí tres meses predicando sin temor, razonando y enseñando acerca del reino de Dios.
9 Pero debido a que algunas personas eran duras de corazón y no oían, maldecían y hablaban mal del nuevo Camino ante la gente, él se alejó de ellos, y mantenía a los discípulos separados, razonando todos los días en la escuela de Tiranno.
10 Y esto continuó por dos años, de modo que todos los que vivían en Asia tenían conocimiento de la palabra del Señor, griegos y judíos.
11 Y Dios hizo milagros extraordinarios por medio de Pablo:
12 De modo que se llevaron vestimentas y vestidos de su cuerpo a personas que estaban enfermas, y sus enfermedades se iban de ellos y los espíritus malos salían.
13 Pero algunos de los judíos que iban de un lugar a otro expulsando a los espíritus malignos, se valieron de sí mismos para hacer uso del nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malignos, diciendo: Te doy órdenes, por Jesús, a quien Pablo está predicando.
14 Y había siete hijos de un hombre llamado Esceva, un judío y un sacerdote principal, que hicieron esto.
15 Y respondiendo el espíritu malo, les dijo: Yo tengo conocimiento de Jesús, y de Pablo, pero ¿quién eres tú?
16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos, era más fuerte que ellos dos, y los venció, y salieron corriendo de aquella casa, heridos y sin sus ropas.
17 Y esto llegó a oídos de todos aquellos, judíos y griegos, que vivían en Efeso; y el temor vino sobre todos ellos, y el nombre del Señor Jesús se hizo grande.
18 Y algunos de los que tenían fe vinieron e hicieron una declaración pública de sus pecados y de todos sus actos.
19 Y un gran número de aquellos que eran expertos en la magia tomaron sus libros y los pusieron en el fuego delante de todos: y cuando los libros fueron valorados, llegaron a cincuenta mil pedazos de plata.
20 Así que la palabra del Señor se incrementó en gran manera y demostrando su poder.
21 Una vez que estas cosas terminaron, Pablo tomó la decisión guiado por el espíritu Santo de que cuando atravesara Macedonia y Acaya iría a Jerusalén, y le dijo: Después de haber estado allí, deseo ver Roma.
22 Y habiendo enviado dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto, a Macedonia, él mismo siguió viviendo en Asia por un tiempo.
23 Y en ese momento se produjo una gran protesta acerca del Nuevo Camino.
24 Porque había un hombre llamado Demetrio, un trabajador de la plata, que hizo cajas de plata para las imágenes de Diana, y daba mucha ganancia a los obreros que trabajaban con el;
25 A quien se unió, con otros obreros del mismo oficio, y les dijo: Hombres, está claro que de este negocio obtenemos nuestra riqueza.
26 Pero como ven y oyen, que no solo en Éfeso, sino casi en toda Asia, este Pablo ha estado enseñando y convenciendo a muchas personas, diciendo que esos no son dioses que están hechos por manos de hombres :
27 Y es muy peligroso, no solo de que nuestro oficio se desacredite en la opinión de los hombres, sino que el lugar sagrado de la gran diosa Diana ya no sea honrado, y aquella a quien toda Asia y el mundo adoran, será relegado desde su posición más alta.
28 Al oír esto, se enojaron mucho, gritando y diciendo: ¡Grande es Diana de Éfeso!
29 Y la ciudad estaba llena de ruido y confusion, y todos ellos entraron corriendo en el teatro, tomando por la fuerza a Gayo y Aristarco, hombres de Macedonia que viajaban en compañía de Pablo.
30 Y cuando Pablo estaba por entrar al pueblo, los discípulos no se lo permitieron.
31 Y algunos de los gobernantes de Asia, siendo sus amigos, le enviaron, pidiéndole seriamente que no se pusiera en peligro al ir al teatro.
32 Y algunos dijeron una cosa, y otra cosa: porque no había orden en la reunión; y la mayoría de ellos no tenían idea de por qué se habían reunido.
33 Entonces sacaron a Alejandro de entre la gente, y los judíos lo presentaron. Y Alejandro, haciendo una señal con su mano, estaba a punto de hacer una declaración a la gente en respuesta:
34 Pero cuando vieron que él era judío, todos ellos con una sola voz siguieron clamando por cerca de dos horas, Grande es Diana de Efeso.
35 Y cuando el secretario en jefe hizo callar a la gente, dijo: Hombres de Efeso, ¿hay algún hombre sin conocimiento de que la ciudad de Efeso es el guardián del lugar santo de la gran Diana, que fue enviada desde Júpiter?
36 Entonces, como estas cosas no pueden ser puestas en duda, sería mejor que te callaras y no hicieras nada imprudente.
37 Porque has tomado a estos hombres, que no están haciendo daño al lugar santo ni hablando en contra de nuestra diosa.
38 Si, entonces, Demetrio y los obreros que están con él protestan contra un hombre, la ley está abierta a ellos, y hay jueces; que reclamen ante las autoridades y que cada uno defienda su derecho.
Hechos 19 in La Biblia en Español Sencillo

Hechos 19:4-38 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

4 Y dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, es á saber, en Jesús el Cristo.
5 Oído que hubieron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
7 Y eran en todos como unos doce hombres.
8 Y entrando él dentro de la sinagoga, hablaba libremente por espacio de tres meses, disputando y persuadiendo del reino de Dios.
9 Mas endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, apartándose Pablo de ellos separó á los discípulos, disputando cada día en la escuela de un cierto Tyranno.
10 Y esto fué por espacio de dos años; de manera que todos los que habitaban en Asia, Judíos y Griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús.
11 Y hacía Dios singulares maravillas por manos de Pablo:
12 De tal manera que aun se llevaban sobre los enfermos los sudarios y los pañuelos de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los malos espíritus salían de ellos.
13 Y algunos de los Judíos, exorcistas vagabundos, tentaron á invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que Pablo predica.
14 Y había siete hijos de un tal Sceva, Judío, príncipe de los sacerdotes, que hacían esto.
15 Y respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo: mas vosotros ¿quiénes sois?
16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando en ellos, y enseñoreándose de ellos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
17 Y esto fué notorio á todos, así Judíos como Griegos, los que habitaban en Efeso: y cayó temor sobre todos ellos, y era ensalzado el nombre del Señor Jesús.
18 Y muchos de los que habían creído, venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.
19 Asimismo muchos de los que habían practicado vanas artes, trajeron los libros, y los quemaron delante de todos; y echada la cuenta del precio de ellos, hallaron ser cincuenta mil denarios.
20 Así crecía poderosamente la palabra del Señor, y prevalecía.
21 Y acabadas estas cosas, se propuso Pablo en espíritu partir á Jerusalem, después de andada Macedonia y Acaya, diciendo: Después que hubiere estado allá, me será menester ver también á Roma.
22 Y enviando á Macedonia á dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, él se estuvo por algún tiempo en Asia.
23 Entonces hubo un alboroto no pequeño acerca del Camino.
24 Porque un platero llamado Demetrio, el cual hacía de plata templecillos de Diana, daba á los artífices no poca ganancia;
25 A los cuales, reunidos con los oficiales de semejante oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio tenemos ganancia;
26 Y veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino á muchas gentes de casi toda el Asia, ha apartado con persuasión, diciendo, que no son dioses los que se hacen con las manos.
27 Y no solamente hay peligro de que este negocio se nos vuelva en reproche, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience á ser destruída su majestad, la cual honra toda el Asia y el mundo.
28 Oídas estas cosas, llenáronse de ira, y dieron alarido, diciendo: ¡Grande es Diana de los Efesios!
29 Y la ciudad se llenó de confusión; y unánimes se arrojaron al teatro, arrebatando á Gayo y á Aristarco, Macedonios, compañeros de Pablo.
30 Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron.
31 También algunos de los principales de Asia, que eran sus amigos, enviaron á él rogando que no se presentase en el teatro.
32 Y otros gritaban otra cosa; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían juntado.
33 Y sacaron de entre la multitud á Alejandro, empujándole los Judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería dar razón al pueblo.
34 Mas como conocieron que era Judío, fué hecha un voz de todos, que gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los Efesios!
35 Entonces el escribano, apaciguado que hubo la gente, dijo: Varones Efesios, ¿y quién hay de los hombres que no sepa que la ciudad de los Efesios es honradora de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter?
36 Así que, pues esto no puede ser contradicho, conviene que os apacigüéis, y que nada hagáis temerariamente;
37 Pues habéis traído á estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa.
38 Que si Demetrio y los oficiales que están con él tienen negocio con alguno, audiencias se hacen, y procónsules hay; acúsense los unos á los otros.
Hechos 19 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Hechos 19:4-38 in Versión Biblia Libre

4 “Juan bautizaba con el bautismo del arrepentimiento,” dijo Pablo. “Él enseñaba a las personas que debían creer en el que vendría después de él, es decir, que debían creer en Jesús.”
5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
6 Y después que Pablo puso sus manos sobre ellos, el Espíritu Santo descendió sobre ellos y hablaron en lenguas y profetizaron.
7 Había aproximadamente doce de ellos en total.
8 Entonces Pablo fue a la sinagoga y durante los siguientes tres meses habló de forma clara a los que estaban allí, debatiendo con ellos y tratando de convencerlos acerca del mensaje del reino de Dios.
9 Pero algunos de ellos eran tercos, y no quisieron aceptar. Ellos condenaban a El Camino ante la multitud. Así que Pablo se dio por vencido respecto a ellos y se fue a la sinagoga, llevando consigo a los creyentes. Entonces comenzó a hacer debates cada día en el salón de Tirano.
10 Así sucedió durante los siguientes dos años, logrando que todos los que vivían en la provincia de Asia, tanto judíos como griegos, escucharan la palabra del Señor.
11 Y Dios realizaba milagros extraordinarios a través de Pablo,
12 tanto así, que la gente tomaba los pañuelos o delantales que Pablo había tocado para sanar a los enfermos y para expulsar espíritus malignos.
13 Y ciertos judíos que iban por ahí haciendo exorcismos, decidieron usar el nombre del Señor Jesús cuando sacaban a los espíritus malignos. Y decían: “Te ordeno que salgas en el nombre de Jesús, del que habla Pablo.”
14 Y los que hacían esto eran los siete hijos de Esceva, un judío y jefe de sacerdotes.
15 Pero un día, un espíritu maligno respondió: “Yo conozco a Jesús, y conozco a Pablo, pero ¿quién eres tú?”
16 Y el hombre con el espíritu maligno saltó sobre ellos y los dominó a todos. Los golpeó tan fuertemente que ellos salieron corriendo de la casa, desnudos y malheridos.
17 Las personas que vivían en Éfeso, tanto judíos como griegos, oyeron sobre esto. Y todos estaban asombrados por lo que había sucedido, y el nombre del Señor Jesús recibió grande respeto.
18 Y muchos llegaron a creer en el Señor y confesaron sus pecados, admitiendo abiertamente sus prácticas pecaminosas.
19 Muchos de los que practicaban la brujería recogieron sus libros de magia y los llevaron para ser quemados públicamente. Y sacaron cuentas sobre el valor de los libros, y el total era de cincuenta mil monedas de plata.
20 De este modo la palabra del Señor se fortalecía y era predicada por todas partes.
21 Cierto tiempo después de esto, Pablo decidió ir a Jerusalén, pasando primero por Macedonia y Acaya. “Después de estar allí, iré a Roma,” dijo.
22 Entonces envió a dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto, a Macedonia, y mientras tanto él se quedó por un tiempo en la provincia de Asia.
23 Durante este tiempo hubo serios problemas concernientes a El Camino.
24 Y un hombre llamado Demetrio, quien era un artesano de plata, estaba produciendo pequeñas réplicas en material de plata del templo de la diosa Artemisa. Este negocio requería mucho trabajo para los artesanos.
25 Entonces Demetrio los llamó a una reunión, junto con otros que trabajaban en el mismo oficio, y dijo: “Compañeros, ustedes saben que nosotros ganamos dinero gracias a este negocio.
26 Sin duda alguna, como ustedes ya saben por lo que han visto y oído—no solo aquí en Éfeso sino por toda Asia—este tal Pablo ha convencido y confundido a mucha gente, diciéndoles que no hay dioses hechos por manos humanas.
27 No se trata de que nuestro negocio esté en peligro de perder el respeto, sino que el templo de la gran diosa Artemisa perderá su valor ante los ojos de la gente. La misma Artemisa será destronada de su alta posición como la única a la cual todos en Asia y en el mundo entero adoramos.”
28 Y cuando ellos escucharon esto se pusieron furiosos, y gritaron: “¡Grande es Artemisa de los Efesios!”
29 Y la ciudad estaba en total caos. La gente corrió hacia el anfiteatro, arrastrando con ellos a Gayo y a Aristarco, quienes eran compañeros de viaje de Pablo, y eran de Macedonia.
30 Pablo creyó que era su deber confrontar la turba, pero los demás creyentes no se lo permitieron.
31 Entonces algunos de los oficiales de la provincia que eran amigos de Pablo enviaron un mensaje también, rogándole que no entrara al anfiteatro.
32 Y algunos gritaban una cosa, y otros gritaban otra, pues la multitud que se había reunido estaba totalmente confundida. Y muchos de ellos no sabían por qué estaban allí.
33 Y los judíos que estaban en la multitud empujaron a Alejandro hacia el frente. Entonces Alejandro movió su mano indicando que guardaran silencio, queriendo explicar las cosas a la gente.
34 Pero cuando se dieron cuenta de que era un judío, comenzaron un canto que duró cerca de dos horas, gritando: “¡Grande es Artemisa de los Efesios!”
35 Después de que el secretario de la ciudad logró silenciar a la turba, les dijo: “Pueblo de Éfeso, ¿quién no sabe que la ciudad de los Efesios es guardiana del templo de la gran Artemisa y de su imagen que cayó del cielo?
36 Ya que estos hechos no pueden negarse, ustedes deben estar tranquilos y no hagan nada a la ligera.
37 Han traído aquí a estos hombres, pero ellos no han robado ningún templo, ni han blasfemado contra nuestra diosa.
38 De modo que si Demetrio y los demás artesanos tienen alguna queja contra alguien, entonces vayan a las autoridades y a las cortes. Ellos podrán presentar los cargos correspondientes.
Hechos 19 in Versión Biblia Libre