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Hechos 17:2-27 in Spanish

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Hechos 17:2-27 in La Biblia en Español Sencillo

2 Y Pablo, como solía hacerlo, entró a ellos, y en tres días de reposo tuvo conversaciones con ellos de parte de las santas Escrituras,
3 Diciéndoles clara y abiertamente que Cristo tuvo que morir y resucitar de los muertos; y que este Jesús, a quien, les estoy predicando, es el Cristo.
4 Y algunos de ellos tenían fe, y se unieron a Pablo y Silas; y una cantidad de griegos temerosos de Dios y algunas de las principales mujeres.
5 Pero los judíos, movidos por la envidia, llevaron consigo a algunas personas humildes de entre la gente común, y reuniendo a un gran número de personas, hicieron una protesta en la ciudad, atacando la casa de Jasón con el propósito de sacarlos a la gente.
6 Y como no pudieron alcanzarlos, tomaron por la fuerza a Jasón y algunos de los hermanos, a los príncipes de la ciudad, y gritaron: Estos hombres, que han causado problemas en todo el mundo, han venido ahora aquí;
7 A quienes tomó Jasón en su casa; y están actuando contra las órdenes de César, diciendo que hay otro rey, que es Jesús.
8 Oyendo estas cosas, el pueblo y los príncipes de la ciudad se turbaron.
9 Y habiendo hecho que Jasón y los demás dieron una fianza,y los dejaron ir.
10 Y los hermanos enseguida enviaron a Pablo y a Silas de noche a Berea; y ellos, cuando llegaron, fueron a la sinagoga de los judíos.
11 Ahora bien, estos eran más nobles que los judíos de Tesalónica, porque prestaron seria atención a la palabra, buscando en las Sagradas Escrituras todos los días, para ver si estas cosas eran así.
12 Y muchos de ellos creyeron, tanto mujeres griegas de alto rango como hombres.
13 Pero cuando los judíos de Tesalónica tuvieron noticias de que Pablo estaba predicando la palabra en Berea, vinieron allí, y alborotaron a la gente.
14 Entonces los hermanos enviaron a Pablo directamente al mar; pero Silas y Timoteo se quedaron allí.
15 Pero los que fueron con Pablo lo llevaron hasta Atenas; y habiendo recibido órdenes para Silas y Timoteo, de que viniesen a él lo más pronto posible.
16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se turbó, porque él veía toda la ciudad llena de imágenes de los dioses.
17 Así que tuvo discusiones en la sinagoga con los judíos y los gentiles temerosos de Dios, y todos los días en el mercado con los que estaban allí.
18 Y algunos de los partidarios de las teorías de los epicúreos y los estoicos se reunieron con él. Y algunos dijeron: ¿De qué habla este charlatan? Y otros, parece ser un predicador de dioses extranjeros: porque él estaba predicando acerca de Jesús y su resurrección.
19 Y lo llevaron al Areópago, diciendo: ¿Podrías aclararnos cuál es esta nueva enseñanza tuya?
20 Porque parece que nos dicen cosas extrañas, y tenemos el deseo de entenderlas.
21 (Ahora todos los atenienses y los hombres de otras tierras que vienen allí dedican todo su tiempo a hablar o escuchar algo nuevo).
22 Y Pablo se puso de pie en el Areópago y dijo: ¡Oh, hombres de Atenas, veo que ustedes son demasiado religiosos!
23 Porque cuando pasé, estaba mirando las cosas a las que alabas, y vi un altar con esta escritura en él, PARA ÉL DIOS NO CONOCIDO. Ahora, lo que ustedes, sin conocimiento, rinden culto, yo les hablo.
24 El Dios que hizo la tierra y todo lo que en ella hay, él, que es Señor del cielo y de la tierra, no está en edificios hechos con manos;
25 Y no depende del trabajo de las manos de los hombres, como si tuviera necesidad de algo, porque él mismo da a todos la vida y el aliento y todas las cosas;
26 Y él ha hecho de una sangre todas las naciones de hombres que viven en toda la faz de la tierra, ordenando sus tiempos y él lugar en que deben de vivir,
27 para que puedan buscar a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque él no está lejos de cada uno de nosotros:
Hechos 17 in La Biblia en Español Sencillo

Hechos 17:2-27 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

2 Y Pablo, como acostumbraba, entró á ellos, y por tres sábados disputó con ellos de las Escrituras,
3 Declarando y proponiendo, que convenía que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, el cual yo os anuncio, decía él, éste era el Cristo.
4 Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los Griegos religiosos grande multitud, y mujeres nobles no pocas.
5 Entonces los Judíos que eran incrédulos, teniendo celos, tomaron consigo á algunos ociosos, malos hombres, y juntando compañía, alborotaron la ciudad; y acometiendo á la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo.
6 Mas no hallándolos, trajeron á Jasón y á algunos hermanos á los gobernadores de la ciudad, dando voces: Estos que alborotan el mundo, también han venido acá;
7 A los cuales Jasón ha recibido; y todos estos hacen contra los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús.
8 Y alborotaron al pueblo y á los gobernadores de la ciudad, oyendo estas cosas.
9 Mas recibida satisfacción de Jasón y de los demás, los soltaron.
10 Entonces los hermanos, luego de noche, enviaron á Pablo y á Silas á Berea; los cuales habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los Judíos.
11 Y fueron éstos más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, si estas cosas eran así.
12 Así que creyeron muchos de ellos; y mujeres Griegas de distinción, y no pocos hombres.
13 Mas como entendieron los Judíos de Tesalónica que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron, y también allí tumultuaron al pueblo.
14 Empero luego los hermanos enviaron á Pablo que fuese como á la mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí.
15 Y los que habían tomado á cargo á Pablo, le llevaron hasta Atenas; y tomando encargo para Silas y Timoteo, que viniesen á él lo más presto que pudiesen, partieron.
16 Y esperándolos Pablo en Atenas, su espíritu se deshacía en él viendo la ciudad dada á idolatría.
17 Así que, disputaba en la sinagoga con los Judíos y religiosos; y en la plaza cada día con los que le ocurrían.
18 Y algunos filósofos de los Epicúreos y de los Estóicos, disputaban con él; y unos decían: ¿Qué quiere decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses: porque les predicaba á Jesús y la resurrección.
19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué sea esta nueva doctrina que dices?
20 Porque pones en nuestros oídos unas nuevas cosas: queremos pues saber qué quiere ser esto.
21 (Entonces todos los Atenienses y los huéspedes extranjeros, en ninguna otra cosa entendían, sino ó en decir ó en oir alguna cosa nueva.)
22 Estando pues Pablo en medio del Areópago, dijo: Varones Atenienses, en todo os veo como más supersticiosos;
23 Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél pues, que vosotros honráis sin conocerle, á éste os anuncio yo.
24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos,
25 Ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues él da á todos vida, y respiración, y todas las cosas;
26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de la habitación de ellos;
27 Para que buscasen á Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen; aunque cierto no está lejos de cada uno de nosotros:
Hechos 17 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Hechos 17:2-27 in Versión Biblia Libre

2 Como de costumbre, Pablo entró a la sinagoga y durante tres sábados debatió con ellos, usando las Escrituras.
3 Entonces les explicó su significado, demostrándoles que el Mesías tenía que Morir y resucitar. “Este Jesús del cual les hablo, es el Mesías,” les dijo.
4 Y algunos de ellos se convencieron y se unieron a Pablo y a Silas, junto con muchos adoradores griegos y algunas mujeres influyentes de la ciudad.
5 Pero los judíos se pudieron celosos y junto a unos agitadores que encontraron en la plaza del mercado formaron una turba. Y se amotinaron en la ciudad, y atacaron la casa de Jasón. Entonces trataron de encontrar a Pablo y a Silas para presentarlos ante la gente.
6 Pero como no pudieron encontrarlos, arrastraron a Jasón y a otros creyentes ante los líderes de la ciudad, gritando: “A estas personas se les conoce por estar causando problemas y desorden. Ahora vinieron aquí,
7 y Jasón los ha recibido en su casa. Todos ellos desafían los decretos del César, cometiendo traición al decir que hay otro rey, llamado Jesús.”
8 El pueblo y los líderes de la ciudad estaban muy perturbados al escuchar esto.
9 Entonces obligaron a Jasón y a los otros a pagar fianza antes de dejarlos ir.
10 Los creyentes hicieron salir a Pablo y Silas hacia Berea esa misma noche. Y cuando llegaron allí, fueron a la sinagoga judía.
11 La gente de allí tenía mejor actitud que los de Tesalónica, pues aceptaron rápidamente la palabra, y examinaban las Escrituras cada día para asegurarse de que era correcto lo que les enseñaban.
12 Como resultado de esto, muchos se convirtieron en creyentes, así mismo algunas mujeres y hombres griegos que tenían cargos importantes.
13 Pero cuando los judíos de Tesalónica oyeron que Pablo también estaba predicando la palabra en Berea, fueron hasta allá, y causaron los mismos disturbios, provocando a las multitudes.
14 De inmediato los creyentes enviaron a Pablo a la costa, mientras que Silas y Timoteo se quedaron.
15 Y los que acompañaban a Pablo lo llevaron muy lejos, hasta Atenas, y regresaron con instrucciones que Pablo envió a Silas y a Timoteo para que ellos fueran a acompañarlo tan pronto como fuera posible.
16 Mientras los esperaba en Atenas, Pablo estaba muy perturbado al ver la idolatría que se practicaba en la ciudad.
17 Él debatía en la sinagoga con los judíos y con los adoradores de Dios, así como también lo hacía en las plazas del mercado con los que se encontraba cada día.
18 Algunos filósofos epicúreos y estoicos también discutían con él. “¿De qué habla este hombre?” Se preguntaban. Y otros concluían: “Parece que enseña sobre dioses extranjeros,” porque hablaba sobre Jesús y la resurrección.
19 Entonces lo llevaron al Aerópago, y le pidieron: “Por favor háblanos sobre esta nueva enseñanza que estás promoviendo.
20 Hemos oído de ti cosas que para nosotros son extrañas, por eso nos gustaría saber lo que significan.”
21 (Todos los atenienses, incluyendo a los extranjeros que vivían allí, pasaban todo el tiempo sin hacer nada más que explicar o escuchar sobre cosas nuevas).
22 Entonces Pablo se puso en pie en medio del Aerópago y dijo: “Pueblo de Atenas, puedo ver que ustedes son muy devotos en todo.
23 Y mientras caminaba, viendo sus santuarios, encontré un altar que tenía la inscripción, “A un Dios no conocido.” Este Dios no conocido a quien ustedes adoran es el que yo les estoy describiendo.
24 El Dios que creó el mundo y todo lo que hay en él, el Señor del cielo y la tierra, no vive en los templos que nosotros hacemos.
25 Él no necesita que le sirvamos, como si él necesitara de alguna cosa, porque él es la fuente de vida de todo ser vivo.
26 De un solo hombre él hizo a todos los pueblos que viven en la tierra, y decidió de antemano cuándo y dónde debían vivir.
27 El propósito de Dios era que ellos lo buscaran, esperando que ellos se acercaran a él y lo encontraran, aunque él no está lejos de ninguno de nosotros.
Hechos 17 in Versión Biblia Libre