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Hechos 16:12-32 in Spanish

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Hechos 16:12-32 in La Biblia en Español Sencillo

12 Y de allí a Filipos, que es la ciudad más importante de Macedonia y una colonia romana: y estuvimos allí por algunos días.
13 Y en el día de reposo salimos de la ciudad, junto al río, donde teníamos la idea de que habría un lugar de oración; y, al estar sentados, tuvimos una conversación con las mujeres que se habían reunido.
14 Y una mujer llamada Lidia, comerciante vestida de púrpura de la ciudad de Tiatira, y una mujer temerosa de Dios, nos prestó oído; cuyo corazón el Señor abrió para prestar atención a las cosas que Pablo estaba diciendo.
15 Y cuando ella y su familia tuvieron el bautismo, ella nos rogó, diciendo: Si te parece que soy fiel al Señor, entra en mi casa y sé mi huésped. Y ella nos obligó a quedarnos.
16 Y cuando íbamos al lugar de oración, nos encontramos con una niña con un espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia adivinando.
17 Ella vino en pos de Pablo y de nosotros, dando voces y diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, que les anuncian el camino de la salvación.
18 Y esto lo hizo en un número de días. Pero Pablo se turbó mucho y, volviéndose, le dijo al espíritu: Te ordeno en el nombre de Jesucristo que salga de ella. Y salió esa misma hora.
19 Pero cuando sus amos vieron que su esperanza de ganancia había desaparecido, tomaron a Pablo y a Silas, y los arrastraron a la plaza del mercado delante de los gobernantes;
20 Y cuando los tomaron delante de las autoridades, dijeron: Estos hombres, que son judíos, están perturbando mucho a nuestra ciudad;
21 Enseñan reglas de vida que no nos es lícito recibir o hacer, siendo Romanos.
22 Y el pueblo los atacó a todos, y las autoridades se quitaron sus ropas y ordenaron que los azotarán.
23 Y cuando les dieron un gran número de golpes, los metieron en la cárcel, dando órdenes al guardián de la prisión que los vigilara con el mayor cuidado:
24 Y él, teniendo tales órdenes, los metió en la prisión interior con cadenas en su pies.
25 Pero hacia la mitad de la noche, Pablo y Silas estaban haciendo oraciones y cánticos a Dios ante los prisioneros;
26 Y de repente hubo una conmoción, de modo que la base de la prisión tembló; y todas las puertas se abrieron, y se soltaron las cadenas de todos.
27 Y el guardián, saliendo de su sueño, y viendo las puertas de la prisión abiertas, tomó su espada y estaba a punto de suicidarse, temiendo que los prisioneros se hubieran escapado.
28 Pero Pablo dijo en voz alta: No te hagas daño, porque todos estamos aquí.
29 Y envió a buscar luces y entró corriendo, y temblando de miedo, se postró sobre su rostro delante de Pablo y Silas.
30 Y los sacaron y dijeron: Señores, ¿qué tengo que hacer para obtener la salvación?
31 Y ellos dijeron: Ten fe en el Señor Jesús, y tú y tu familia tendrán salvación.
32 Y le dieron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.
Hechos 16 in La Biblia en Español Sencillo

Hechos 16:12-32 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

12 Y de allí á Filipos, que es la primera ciudad de la parte de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días.
13 Y un día de sábado salimos de la puerta junto al río, donde solía ser la oración; y sentándonos, hablamos á las mujeres que se habían juntado.
14 Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo; el corazón de la cual abrió el Señor para que estuviese atenta á lo que Pablo decía.
15 Y cuando fué bautizada, y su familia, nos rogó, diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad: y constriñónos.
16 Y aconteció, que yendo nosotros á la oración, una muchacha que tenía espíritu pitónico, nos salió al encuentro, la cual daba grande ganancia á sus amos adivinando.
17 Esta, siguiendo á Pablo y á nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Alto, los cuales os anuncian el camino de salud.
18 Y esto hacía por muchos días; mas desagradando á Pablo, se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en la misma hora.
19 Y viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron á Pablo y á Silas, y los trajeron al foro, al magistrado;
20 Y presentándolos á los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo Judíos, alborotan nuestra ciudad,
21 Y predican ritos, los cuales no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos Romanos.
22 Y agolpóse el pueblo contra ellos: y los magistrados rompiéndoles sus ropas, les mandaron azotar con varas.
23 Y después que los hubieron herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con diligencia:
24 El cual, recibido este mandamiento, los metió en la cárcel de más adentro; y les apretó los pies en el cepo.
25 Mas á media noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos á Dios: y los que estaban presos los oían.
26 Entonces fué hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movían; y luego todas las puertas se abrieron, y las prisiones de todos se soltaron.
27 Y despertado el carcelero, como vió abiertas las puertas de la cárcel, sacando la espada se quería matar, pensando que los presos se habían huído.
28 Mas Pablo clamó á gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal; que todos estamos aquí.
29 El entonces pidiendo luz, entró dentro, y temblando, derribóse á los pies de Pablo y de Silas;
30 Y sacándolos fuera, les dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo?
31 Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.
32 Y le hablaron la palabra del Señor, y á todos los que estaban en su casa.
Hechos 16 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Hechos 16:12-32 in Versión Biblia Libre

12 y de allí hasta Filipos, que es la ciudad más importante de Macedonia, y también una colonia romana. Y nos quedamos en esta ciudad durante varios días.
13 El sábado salimos por las puertas de la ciudad hacia las orillas del río, donde pensábamos que la gente iría a orar. Entonces nos sentamos y hablamos con las mujeres que se habían reunido allí.
14 Una de ellas se llamaba Lidia, era de la ciudad de Tiatira y vendía paños de púrpura. Era una adoradora de Dios, y nos escuchó. Entonces el Señor abrió su mente a lo que Pablo le decía, y ella aceptó lo que él le dijo.
15 Después que ella y toda su casa se bautizaron, nos rogó: “Si ustedes realmente creen que estoy comprometida con el Señor, vengan y quédense en mi casa.” Y siguió insistiendo hasta que aceptamos.
16 Un día, cuando descendíamos al lugar de la oración, conocimos a una joven esclava que estaba poseída por un espíritu maligno. Ella ganaba para sus amos mucho dinero a través de la adivinación.
17 Esta chica siguió a Pablo y al resto de nosotros por todos los lugares, gritando: “Estos hombres son siervos del Dios Todopoderoso. ¡Ellos dicen cómo se puede ser salvo!”
18 Y siguió haciendo esto por varios días. Pero esto molestó a Pablo, así que se dio vuelta y le dijo al espíritu: “¡En el nombre de Jesucristo te ordeno que salgas de ella!” Y el espíritu salió de ella inmediatamente.
19 Pero cuando sus amos vieron que la joven había perdido sus medios para ganar dinero, agarraron a Pablo y a Silas y los llevaron a rastras ante las autoridades que estaban en la plaza del mercado.
20 Y los llevaron ante los magistrados, acusándolos: “Estos hombres judíos están causando grandes disturbios en nuestra ciudad,” decían.
21 “Están enseñando ideas que son ilegales para nosotros como romanos, y que no aceptamos ni practicamos.”
22 Entonces la multitud se reunió para atacarlos. Los magistrados rasgaron la ropa de Pablo y Silas, y ordenaron que fueran golpeados con varas.
23 Y después de darles una golpiza severa, los metieron en la prisión, ordenándole al carcelero que los mantuviera bajo llave.
24 El carcelero siguió las órdenes. Y metió a Pablo y a Silas en la celda interna y encadenó sus pies en el cepo.
25 Cerca de la media noche Pablo y Silas estaban orando y cantando alabanzas a Dios, y los demás prisioneros los escuchaban.
26 De repente un terrible terremoto sacudió los cimientos de la cárcel. De inmediato todas las puertas se abrieron y las cadenas de todos se cayeron.
27 Entonces el carcelero despertó y vio que las puertas de la cárcel estaban abiertas. Y entonces sacó su espada, y estaba a punto de matarse, pensando que los prisioneros habían escapado.
28 Pero Pablo gritó: “¡No te hagas daño, todavía estamos aquí!”
29 Entonces el carcelero pidió que le trajeran lámparas y se apresuró. Temblando de miedo cayó a los pies de Pablo y Silas.
30 Luego los acompañó hasta la puerta y les preguntó: “Señores, ¿qué necesito hacer para ser salvo?”
31 “Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y toda tu casa,” respondieron.
32 Luego predicaron la palabra del Señor con él y con todos los que vivían en su casa.
Hechos 16 in Versión Biblia Libre