32 Y Judas y Silas, que eran ellos mismos profetas, dieron enseñanza a los hermanos y los fortalecieron en la fe.
33 Y cuando estuvieron allí algún tiempo, los hermanos los enviaron en paz a aquellos que los habían enviado.
34 Mas a Silas le pareció bien quedarse ahí,
35 Pero Pablo y Bernabé continuaron en Antioquía, enseñando y predicando la palabra de Dios, con algunos otros.
36 Y después de algunos días, Pablo le dijo a Bernabé: Volvamos y veamos a los hermanos en cada pueblo donde hemos dado la palabra de Dios, y veamos cómo están.
37 Y Bernabé tuvo el deseo de llevarse consigo a Juan, llamado Marcos.
38 Pero Pablo opinaba que no era correcto llevar consigo a uno que se había alejado de ellos en Panfilia, y que no había continuado con el trabajo.