7 Quién estaba con el gobernante, Sergio Paulo, un hombre inteligente. Este hombre envió por Bernabé y Saulo, deseando tener conocimiento de la palabra de Dios.
8 Pero Elimas, el mago (porque ese es el sentido de su nombre), se puso contra ellos, con el propósito de apartar al gobernante de la fe.
9 Pero Saulo, cuyo otro nombre es Pablo, lleno del Espíritu Santo, mirándole con dureza, dijo:
10 ¡Oh tú, que estás lleno de engaños y maldad, un hijo del diablo, que odia todo lo bueno, ¿por siempre estarás desviando a las personas de los caminos correctos del Señor?
11 Y ahora, mira, la mano del Señor está contra ti, y estarás ciego y no podrás ver el sol por un tiempo. Y de inmediato, una bruma oscura cayó sobre él; y buscó a alguien que lo llevara de la mano porque estaba ciego.
12 Entonces el gobernante, cuando vio lo que se hizo, creyó, maravillándose ante la enseñanza del Señor.
13 Entonces Pablo y los que estaban con él partieron en barco desde Pafos, y vinieron a Perge, en Panfilia; y allí Juan se apartó de ellos y regresó a Jerusalén.
14 Pero ellos, pasando por Perga, vinieron a Antioquía en Pisidia; y entraron en la sinagoga en sábado y se sentaron.
15 Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los príncipes de la sinagoga enviaron a ellos, diciendo: Hermanos, si tienen una palabra de consuelo para la gente, hablen.
16 Entonces Pablo, levantándose y haciendo una señal con su mano, dijo: Varones de Israel, y ustedes que temen a Dios, escuchen.