37 Esa palabra que ustedes mismos conocen, que se hizo pública en toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo del que Juan predicó,
38 Acerca de Jesús de Nazaret, cómo Dios lo ungió con el Espíritu Santo, con poder; y cómo él procedió haciendo el bien y sanando a todos los que estaban atribulados por espíritus malignos, porque Dios estaba con él.
39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén; a quien mataron, colgándolo en un madero.
40 Al tercer día, Dios lo resucitó, he hizo que se nos apareciera a nosotros.
41 No por todo el pueblo, sino a los testigos señalados anteriormente por Dios, a nosotros, que comimos y bebimos con él después de que resucitó de los muertos.
42 Y él nos dio órdenes de dar noticias de esto al pueblo, y dar testimonio público de que este es él a quien Dios ha hecho juez de los vivos y de los muertos.
43 A él todos los profetas dan testimonio de que por su nombre todos los que tienen fe en él tendrán perdón de pecados.
44 Mientras Pedro decía estas palabras, el Espíritu Santo vino sobre todos los que oían la palabra.