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Hechos 10:1-30 in Spanish

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Hechos 10:1-30 in La Biblia en Español Sencillo

1 Y había cierto hombre en Cesarea, llamado Cornelio, capitán del batallón llamado él italiano;
2 Un hombre serio, piadoso y temeroso de Dios con toda su familia; él dio mucho dinero a los pobres, e hizo oración a Dios en todo momento.
3 Y vio en visión, claramente, como a la hora novena del día, que un ángel del Señor venía a él y le decía: ¡Cornelio!
4 Y mirando él con temor, dijo: ¿Qué es esto, Señor? Y él le dijo: Tus oraciones y tus ofrendas han llegado a Dios, y él las ha tenido en cuenta.
5 Ahora envía hombres a Jope, y toma a un Simón, llamado Pedro,
6 que vive con Simón, un trabajador de cuero, cuya casa está junto al mar.
7 Y cuando el ángel que le había dicho estas palabras se había ido, envió a buscar a dos de sus siervos, y un hombre del ejército temeroso de Dios, uno de los que le estaban esperando en todo momento;
8 Y habiéndoles dado cuenta de todo, los envió a Jope.
9 Al día siguiente, cuando estaban en camino y estaban cerca de la ciudad, Pedro subió a la parte superior de la casa a orar, como a la hora sexta:
10 y necesitaba comida; pero mientras le preparaban algo, tuvo una vision;
11 Y vio los cielos abiertos, y un vaso que bajaba, como un gran paño sobre la tierra,
12 en el cual había toda clase de bestias y aves.
13 Y vino una voz a él, diciendo: Ven, Pedro; mata y come.
14 Pero Pedro dijo: No, Señor; porque nunca tomé comida que sea común o inmunda.
15 Y la voz vino a él una segunda vez, Lo que Dios ha limpiado, no le llames común?
16 Y esto fue hecho tres veces: y luego la vasija fue llevada al cielo.
17 Pero mientras Pedro dudaba del propósito de esta visión, los hombres que fueron enviados por Cornelio, buscando la casa de Simón, vinieron a la puerta,
18 para ver si Simón, llamado Pedro, estaba viviendo allí.
19 Y, mientras Pedro daba vueltas a la visión en su mente, el Espíritu le dijo: Mira, tres hombres te están buscando.
20 Baja, pues, y ve con ellos, sin dudar nada, porque yo los he enviado.
21 Y Pedro descendió a los hombres, y dijo: Yo soy el hombre que estás buscando: ¿por qué has venido?
22 Y ellos dijeron: Cornelio, capitán, hombre recto y temeroso de Dios, respetado por toda la nación de los judíos, tuvo palabra de Dios por medio de un ángel para enviarte a su casa, y para escuchar tus palabras.
23 Entonces haciéndoles pasar, los hospedó. Y el día después, él fue con ellos, llevándose a algunos de los hermanos de Jope con él.
24 Y el día después de eso, vinieron a Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo reunido a sus parientes y amigos cercanos.
25 Y cuando Pedro entró, Cornelio se le acercó y, cayendo a sus pies, le dio culto.
26 Pero Pedro, levantándolo, le dijo: Levántate, porque yo soy un hombre como tú.
27 Y diciendo estas palabras, entró y vio que muchas personas se habían juntado;
28 Y él les dijo: Ustedes mismos saben que es ilegal que un hombre judío esté en compañía de alguien que es de otra nación; pero Dios me ha aclarado que ningún hombre puede ser considerado común o inmundo:
29 Y así fui sin preguntar, cuando fui enviado. ¿Cuál es tu propósito de hacerme venir?
30 Y Cornelio dijo: Hace cuatro días estuve en mi casa a esta hora estaba en ayunas, mientras oraba en mi casa en la hora novena; y vi delante de mí a un hombre con ropa resplandeciente,
Hechos 10 in La Biblia en Español Sencillo

Hechos 10:1-30 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

1 Y HABÍA un varón en Cesarea llamado Cornelio, centurión de la compañía que se llamaba la Italiana,
2 Pío y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba á Dios siempre.
3 Este vió en visión manifiestamente, como á la hora nona del día, que un ángel de Dios entraba á él, y le decía: Cornelio.
4 Y él, puestos en él los ojos, espantado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y díjole: Tus oraciones y tus limosnas han subido en memoria á la presencia de Dios.
5 Envía pues ahora hombres á Joppe, y haz venir á un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro.
6 Este posa en casa de un Simón, curtidor, que tiene su casa junto á la mar: él te dirá lo que te conviene hacer.
7 E ido el ángel que hablaba con Cornelio, llamó dos de sus criados, y un devoto soldado de los que le asistían;
8 A los cuales, después de habérselo contado todo, los envió á Joppe.
9 Y al día siguiente, yendo ellos su camino, y llegando cerca de la ciudad, Pedro subió á la azotea á orar, cerca de la hora de sexta;
10 Y aconteció que le vino una grande hambre, y quiso comer; pero mientras disponían, sobrevínole un éxtasis;
11 Y vió el cielo abierto, y que descendía un vaso, como un gran lienzo, que atado de los cuatro cabos era bajado á la tierra;
12 En el cual había de todos los animales cuadrúpedos de la tierra, y reptiles, y aves del cielo.
13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come.
14 Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común é inmunda he comido jamás.
15 Y volvió la voz hacia él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.
16 Y esto fué hecho por tres veces; y el vaso volvió á ser recogido en el cielo.
17 Y estando Pedro dudando dentro de sí qué sería la visión que había visto, he aquí, los hombres que habían sido enviados por Cornelio, que, preguntando por la casa de Simón, llegaron á la puerta.
18 Y llamando, preguntaron si un Simón que tenía por sobrenombre Pedro, posaba allí.
19 Y estando Pedro pensando en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.
20 Levántate, pues, y desciende, y no dudes ir con ellos; porque yo los he enviado.
21 Entonces Pedro, descendiendo á los hombres que eran enviados por Cornelio, dijo: He aquí, yo soy el que buscáis: ¿cuál es la causa por la que habéis venido?
22 Y ellos dijeron: Cornelio, el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene testimonio de toda la nación de los Judíos, ha recibido respuesta por un santo ángel, de hacerte venir á su casa, y oir de ti palabras.
23 Entonces metiéndolos dentro, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fué con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Joppe.
24 Y al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo llamado á sus parientes y los amigos más familiares.
25 Y como Pedro entró, salió Cornelio á recibirle; y derribándose á sus pies, adoró.
26 Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate; yo mismo también soy hombre.
27 Y hablando con él, entró, y halló á muchos que se habían juntado.
28 Y les dijo: Vosotros sabéis que es abominable á un varón Judío juntarse ó llegarse á extranjero; mas me ha mostrado Dios que á ningún hombre llame común ó inmundo;
29 Por lo cual, llamado, he venido sin dudar. Así que pregunto: ¿por qué causa me habéis hecho venir?
30 Entonces Cornelio dijo: Cuatro días ha que á esta hora yo estaba ayuno; y á la hora de nona estando orando en mi casa, he aquí, un varón se puso delante de mí en vestido resplandeciente.
Hechos 10 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Hechos 10:1-30 in Versión Biblia Libre

1 En Cesarea vivía un hombre llamado Cornelio, quien era un centurión romano del ejército italiano.
2 Este era un hombre devoto que, junto con todos los que vivían en su casa, tenían reverencia por Dios. Este hombre daba a los pobres con generosidad, y oraba a Dios con regularidad.
3 Un día, cerca de las 3 p.m. Cornelio tuvo una visión en la que vio claramente a un ángel de Dios que venía hacia él y lo llamaba, diciendo: “¡Cornelio!”
4 Entonces Cornelio, asustado, lo miró y preguntó: “¿Qué quieres, Señor?” “Dios ha escuchado tus oraciones, y ha reconocido tu generosidad para con los pobres,” le dijo el ángel a Cornelio.
5 “Ahora envía hombres a Jope, y trae a Simón, también llamado Pedro,
6 el cual se está hospedando en la casa de Simón el curtidor, cuya casa está junto al mar.”
7 Y cuando el ángel se fue, Cornelio llamó a dos de sus siervos y a un soldado de su guardia personal, quien era un hombre devoto.
8 Después de haberles explicado todo lo que había sucedido, los envió a Jope.
9 Al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se aproximaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar. Era cerca del mediodía,
10 y ya sentía hambre, y deseaba comer. Pero mientras aun preparaban la comida, Pedro entró en trance,
11 y vio el cielo abierto. También vio que algo descendía y era como una sábana grande que estaba sostenida por sus cuatro esquinas, y descendía hacia la tierra.
12 Adentro había todo tipo de animales, reptiles y aves.
13 Entonces oyó una voz que dijo: “¡Levántate, Pedro! ¡Mata y come!”
14 Pero Pedro respondió: “¡Por supuesto que no, Señor! Nunca he comido nada que sea inmundo e impuro.”
15 Entonces escuchó nuevamente la voz: “¡No llames impuro lo que Dios ha limpiado!”
16 Y esto sucedió tres veces, y entonces la sábana fue rápidamente llevada de nuevo al cielo.
17 Mientras Pedro aún estaba perturbado por saber qué significaba aquella visión que había tenido, los hombres enviados por Cornelio habían encontrado la casa de Simón y estaban en pie frente a la puerta.
18 Ellos llamaban, preguntando si Simón, también llamado Pedro, se hospedaba allí.
19 Mientras Pedro aún reflexionaba sobre la visión, el Espíritu le dijo: “Mira, hay tres hombres buscándote.
20 Levántate, baja, y ve con ellos. No te preocupes en absoluto, porque yo los envié.”
21 Entonces Pedro descendió para encontrarse con los tres hombres. “Yo soy a quien buscan,” dijo. “¿Por qué están aquí?”
22 “Venimos de parte de Cornelio, un hombre bueno, devoto, que tiene temor de Dios y es respetado entre el pueblo judío,” respondieron. “Un ángel lo instruyó para que enviara a buscarte y llevarte hasta su casa para escuchar lo que tú tienes para decirle.”
23 Entonces Pedro los invitó a entrar y ellos se quedaron allí. Al día siguiente, Pedro se levantó y se fue con ellos. Y algunos de los hermanos de Jope también fueron con ellos.
24 Al otro día llegaron a Cesarea, donde los esperaba Cornelio junto a sus parientes y amigos cercanos, a quienes había reunido.
25 Cuando Pedro entró a la casa, Cornelio salió a su encuentro y cayendo a sus pies, lo adoró.
26 Pero Pedro lo hizo retroceder, diciéndole: “¡Levántate! ¡Yo soy solo un hombre!”
27 Entonces Pedro habló con Cornelio y luego siguieron hacia adentro, donde había muchas otras personas esperándolo.
28 Y Pedro les dijo: “Sin duda alguna, ustedes saben que no se le permite a un judío reunirse o visitar extranjeros. Pero Dios me ha mostrado que no me corresponde a mí llamar impuro o inmundo a ninguno.
29 Es por eso que vine sin ningún problema cuando enviaron a buscarme. Así que ahora quiero saber la razón por la cual me mandaron a buscar.”
30 “Hace cuatro días, cerca de esta misma hora—tres de la tarde—yo estaba orando en mi casa,” explicó Cornelio. “Cuando de repente vi a un hombre en pie frente a mí, vestido con ropas que brillaban.
Hechos 10 in Versión Biblia Libre