1 Deja que tu mente se dirija a tu Hacedor en los días de tu juventud, mientras que los días malos no vienen, y los años se acerquen cuando digas: no tengo placer en ellos;
2 Mientras que el sol, o la luz, o la luna, o las estrellas, no son oscuras, o las nubes grises no regresan después de la lluvia;
3 En el día en que los encargados de la casa tiemblan de miedo, y los hombres fuertes se inclinan, y las mujeres que trituraban el grano descansan porque su número es pequeño, y las que miran por la ventana no pueden ver;
4 Cuando las puertas están cerradas en la calle, y el sonido del molino es bajo, y se levanten a la voz del ave, y las hijas de la música serán humilladas.
5 Cuando tengan miedo de lo que es alto, y el peligro que está en el camino, y el árbol es blanco con flores, y lo menos es un peso, y el deseo se acaba, porque el hombre va a su último lugar de descanso, y los que están tristes están en las calles;