3 Su izquierda esté debajo de mi cabeza, y su derecha me abrace.
4 Conjúroos, oh doncellas de Jerusalem, que no despertéis, ni hagáis velar al amor, hasta que quiera.
5 ¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado? Debajo de un manzano te desperté: allí tuvo tu madre dolores, allí tuvo dolores la que te parió.
6 Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo: porque fuerte es como la muerte el amor; duro como el sepulcro el celo: sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.
7 Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre toda la hacienda de su casa por este amor, de cierto lo menospreciaran.
8 Tenemos una pequeña hermana, que no tiene pechos: ¿qué haremos á nuestra hermana cuando de ella se hablare?
9 Si ella es muro, edificaremos sobre él un palacio de plata: y si fuere puerta, la guarneceremos con tablas de cedro.