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1 Reyes 8:29-55 in Spanish

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1 Reyes 8:29-55 in La Biblia en Español Sencillo

29 Para que tus ojos estén abiertos a esta casa noche y día, a este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; Escuchando la oración que tu siervo puede hacer, dirigiéndose a este lugar.
30 Escucha las oraciones de tu siervo y las oraciones de tu pueblo Israel, cuando hacen sus oraciones, dirigiéndose a este lugar; escucha en el cielo tu lugar de residencia, y perdona.
31 Si un hombre hace mal a su prójimo, y tiene que prestar juramento, y se presenta ante su altar para prestar juramento en esta casa:
32 Deja que tu oído esté abierto en el cielo, y sé el juez de tus siervos, dando tu decisión contra el malhechor, para que el castigo por sus pecados caiga sobre su cabeza; y por tu decisión, guardando del mal al que no ha hecho nada malo.
33 Cuando tu pueblo Israel es vencido en la guerra, por su pecado contra ti; si se vuelven a ti nuevamente, en honor a tu nombre, haciendo oraciones para ti y pidiendo tu gracia en esta casa:
34 Escucha en el cielo y que el pecado de su pueblo Israel tenga perdón, y hazlo volver a la tierra que le diste a sus antepasados.
35 Cuando el cielo está cerrado y no hay lluvia, debido a su pecado contra ti; si hacen oraciones con la cara girada hacia este lugar, honrando tu nombre y apartándose de su pecado cuando les envías problemas:
36 Escucha en el cielo, para que el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, tenga perdón, cuando les aclares el buen camino por el cual deben ir; y envía lluvia a tu tierra, la cual has dado a tu pueblo por su herencia.
37 Si no hay alimento en la tierra, o si hay enfermedad, o si los frutos de la tierra se dañan por el calor o el agua, la langosta o el gusano; si sus ciudades son rodeadas por sus atacantes; Cualquier problema, cualquier enfermedad:
38 Cualquiera que sea la oración o la petición de tu gracia, la hace cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cualquiera que sea su problema, cuyas manos se extienden a esta casa:
39 Oye, en el cielo, tu lugar donde habitas, actuando con misericordia. y dale a cada hombre cuyo corazón secreto está abierto para ti, la recompensa de todos sus caminos; para ti, pues solo tu, tienes conocimiento de los corazones de todos los hijos de los hombres:
40 Para que puedan adorarte todos los días de su vida en la tierra que diste a nuestros padres.
41 Y en cuanto al hombre de una tierra extraña, que no es de tu pueblo Israel; cuando viene de un país lejano por la gloria de tu nombre:
42 Porque ellos tendrán noticias de tu gran nombre y tu mano fuerte y tu brazo extendido; cuando venga a hacer su oración, dirigiéndose a esta casa:
43 Escucha, en el cielo, tu lugar donde habitas, y dale su deseo, cualquiera que sea; para que todos los pueblos de la tierra tengan conocimiento de tu nombre, adorándote como lo hace tu pueblo Israel, y para que vean que este templo que he levantado se invoca tu nombre.
44 Si tu gente sale a la guerra contra sus atacantes, por cualquier razón que los hayas enviado, si hacen su oración al Señor, vuelven sus rostros a esta ciudad tuya y a esta casa que he hecho para tu nombre:
45 Escucha en el cielo su oración y su clamor de súplica, y defiende su causa.
46 Si hacen algo malo contra ti, porque ningún hombre está sin pecado, y tú te enojas con ellos y los entregas al poder de los que luchan contra ellos, para que se los lleven como prisioneros. en una tierra extraña, lejos o cerca;
47 Y si piensan, en la tierra donde están prisioneros, se vuelven hacia ti y te claman en oración en esa tierra, y dicen: Somos pecadores, hemos hecho el mal.
48 Y con todo su corazón y su alma se han vuelto ustedes, en la tierra de los que los tomaron prisioneros, y oran, volviendo sus ojos a esta tierra que diste a sus antepasados, y hacia la ciudad que escogiste, y del templo que hice para tu nombre:
49 Escucha su oración y su clamor en el cielo, lugar donde habitas, y defiende su causa;
50 Respondiendo con perdón a las personas que han hecho algo malo contra ti, y pasando por alto el mal que han hecho contra ti; que aquellos que los hicieron prisioneros sean conmovidos con compasión por ellos, y tengan compasión de ellos;
51 Porque son tu pueblo y tu heredad, que sacaste de enmedio de Egipto, de la chimenea de fundición;
52 Deja que tus ojos estén abiertos a las súplicas de tu siervo y a la súplicas de tu pueblo Israel, escuchándolos cuando su clamor llegue a ti.
53 Porque los separaste de todos los pueblos de la tierra, para que sean tu herencia, como dijiste por tu siervo Moisés, cuando sacaste a nuestros antepasados de Egipto, oh Señor Dios.
54 Luego, después de hacer todas estas oraciones y súplicas al Señor, Salomón se levantó de sus rodillas ante el altar del Señor, donde sus manos se habían extendido en oración al cielo;
55 Y, poniéndose de pie, dio una bendición a todos los hombres de Israel, diciendo en voz alta:
1 Reyes 8 in La Biblia en Español Sencillo

1 Reyes 8:29-55 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

29 Que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo hará en este lugar.
30 Oye pues la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oraren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu habitación, desde los cielos: que oigas y perdones.
31 Cuando alguno hubiere pecado contra su prójimo, y le tomaren juramento haciéndole jurar, y viniere el juramento delante de tu altar en esta casa;
32 Tú oirás desde el cielo, y obrarás, y juzgarás á tus siervos, condenando al impío, tornando su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo para darle conforme á su justicia.
33 Cuando tu pueblo Israel hubiere caído delante de sus enemigos, por haber pecado contra ti, y á ti se volvieren, y confesaren tu nombre, y oraren, y te rogaren y suplicaren en esta casa;
34 Oyelos tú en los cielos, y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y vuélvelos á la tierra que diste á sus padres.
35 Cuando el cielo se cerrare, y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti, y te rogaren en este lugar, y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los hubieres afligido;
36 Tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste á tu pueblo por heredad.
37 Cuando en la tierra hubiere hambre, ó pestilencia, ó tizoncillo, ó niebla, ó langosta, ó pulgón: si sus enemigos los tuvieren cercados en la tierra de su domicilio; cualquiera plaga ó enfermedad que sea;
38 Toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, ó todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga de su corazón, y extendiere sus manos á esta casa;
39 Tú oirás en los cielos, en la habitación de tu morada, y perdonarás, y obrarás, y darás á cada uno conforme á sus caminos, cuyo corazón tú conoces; (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres;)
40 Para que te teman todos los días que vivieren sobre la haz de la tierra que tú diste á nuestros padres.
41 Asimismo el extranjero, que no es de tu pueblo Israel, que hubiere venido de lejanas tierras á causa de tu nombre,
42 (Porque oirán de tu grande nombre, y de tu mano fuerte, y de tu brazo extendido;) y viniere á orar á esta casa;
43 Tú oirás en los cielos, en la habitación de tu morada, y harás conforme á todo aquello por lo cual el extranjero hubiere á ti clamado: para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, y te teman, como tu pueblo Israel, y entiendan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo edifiqué.
44 Si tu pueblo saliere en batalla contra sus enemigos por el camino que tú los enviares, y oraren á Jehová hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que yo edifiqué á tu nombre,
45 Tú oirás en los cielos su oración y su súplica, y les harás derecho.
46 Si hubieren pecado contra ti, (porque no hay hombre que no peque) y tú estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que los cautiven y lleven á tierra enemiga, sea lejos ó cerca,
47 Y ellos volvieren en sí en la tierra donde fueren cautivos; si se convirtieren, y oraren á ti en la tierra de los que los cautivaron, y dijeren: Pecamos, hemos hecho lo malo, hemos cometido impiedad;
48 Y si se convirtieren á ti de todo su corazón y de toda su alma, en la tierra de sus enemigos que los hubieren llevado cautivos, y oraren á ti hacia su tierra, que tú diste á sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste y la casa que yo he edificado á tu nombre;
49 Tú oirás en los cielos, en la habitación de tu morada, su oración y su súplica, y les harás derecho;
50 Y perdonarás á tu pueblo que había pecado contra ti, y todas sus infracciones con que se habrán contra ti rebelado; y harás que hayan de ellos misericordia los que los hubieren llevado cautivos:
51 Porque ellos son tu pueblo y tu heredad, que tú sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro.
52 Que tus ojos estén abiertos á la oración de tu siervo, y á la plegaria de tu pueblo Israel, para oirlos en todo aquello por lo que te invocaren:
53 Pues que tú los apartaste para ti por tu heredad de todos los pueblos de la tierra, como lo dijiste por mano de Moisés tu siervo, cuando sacaste á nuestros padres de Egipto, oh Señor Jehová.
54 Y fué, que como acabó Salomón de hacer á Jehová toda esta oración y súplica, levantóse de estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo;
55 Y puesto en pie, bendijo á toda la congregación de Israel, diciendo en voz alta:
1 Reyes 8 in Santa Biblia — Reina Valera 1909