8“Él confía en el Señor—¡Bueno, entonces deja que el Señor lo salve! ¡Si el Señor es tan buen amigo, deja que el Señor lo rescate!”
9Sin embargo, me trajiste a salvo desde mi nacimiento, y me guiaste para confiar en ti desde el seno de mi madre.
10Confié en ti desde el nacimiento; desde el momento en que fui dado a luz tú fuiste mi Dios.
11No te distancies de mí, porque los problemas siempre están cerca y no hay nadie más que pueda ayudarme.