23Esa fue la razón por la que sus padres dijeron “pregúntenle a él, pues ya está suficientemente grande.”
24Por segunda vez, llamaron al hombre que había estado ciego y le dijeron: “¡Dale la gloria a Dios! Sabemos que este hombre es un pecador.”
25El hombre respondió: “Yo no sé si él es o no un pecador. Todo lo que sé es que yo estaba ciego y ahora puedo ver.”