50Yo no vine aquí buscando honra para mí mismo. Pero hay Uno que lo hace por mí y quien juzga a mi favor.
51Les digo la verdad, cualquiera que sigue mi enseñanza, no morirá jamás.”
52“Ahora sabemos que estás poseído por el demonio,” dijeron los judíos. “Abraham murió, y los profetas también, ¡y tú estás diciéndonos “cualquiera que sigue mi enseñanza, no morirá jamás!’
53¿Acaso eres tú más grande que nuestro padre Abraham? Él murió, y los profetas también murieron. ¿Quién crees que eres?”