36Pero como ya les expliqué antes, ustedes me han visto, pero aún no creen en mí.
37Todos los que el Padre me entrega, vendrán a mí, y yo no rechazaré a ninguno de ellos.
38Porque yo no descendí del cielo para hacer mi voluntad sino la voluntad del que me envió.
39Lo que Él quiere es que yo no deje perder a ninguno de los que me ha dado, sino que los levante en el día final.
40Lo que mi Padre quiere es que cualquiera que vea al Hijo y crea en Él tenga vida eterna, y yo lo levantaré en el día final.”
41Entonces los judíos comenzaron a murmurar acerca de él porque había dicho “yo soy el pan que descendió del cielo.”
42Ellos dijeron: “¿No es este Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo es que ahora puede decirnos ‘yo descendí del cielo’?”
43“Dejen de murmurar unos con otros,” dijo Jesús.
44“Ninguno viene a mí a menos que lo atraiga el Padre que me envió, y yo lo levantaré en el día final.
45Tal como está escrito por los profetas en las Escrituras: ‘Todos serán instruidos por Dios.’ Todo aquél que escucha y aprende del Padre, viene a mí.
46Ninguno ha visto a Dios, excepto el que es de Dios. Ese ha visto al Padre.
47Les diré la verdad: Cualquiera que cree en Él tiene vida eterna.
48Yo soy el pan de vida.
49Sus padres comieron maná en el desierto y aun así murieron.
50Pero este es el pan que viene del cielo, y cualquiera que lo coma no morirá jamás.