37Luego, después de él, Judas de Galilea vino también durante el tiempo del censo, y logró atraer algunos seguidores. Él también murió, y aquellos que lo escuchaban quedaron dispersos.
38Del mismo modo, en este caso, yo recomiendo que dejen en paz a estos hombres, y que los dejen ir. Si lo que ellos están planeando, o lo que están haciendo viene de sus propias ideas humanas, entonces lograrán derrota.
39Pero si viene de Dios, ni siquiera ustedes podrán derrotarlos. ¡Incluso podrían terminar ustedes mismos peleando contra Dios!”