37Y cuando estaba a punto de ser ingresado a la fortaleza, Pablo le dijo al comandante: “¿Puedo decirte algo?” “¿Sabes griego?” le preguntó el comandante.
38“¿Acaso no eres el egipcio que hace poco incitó una rebelión y condujo a cuatrocientos asesinos al desierto?”
39“Yo soy judío, ciudadano de Tarso, en Cilicia, una ciudad reconocida,” respondió Pablo. “Por favor, déjame hablarle al pueblo.”