24Y un hombre llamado Demetrio, quien era un artesano de plata, estaba produciendo pequeñas réplicas en material de plata del templo de la diosa Artemisa. Este negocio requería mucho trabajo para los artesanos.
25Entonces Demetrio los llamó a una reunión, junto con otros que trabajaban en el mismo oficio, y dijo: “Compañeros, ustedes saben que nosotros ganamos dinero gracias a este negocio.
26Sin duda alguna, como ustedes ya saben por lo que han visto y oído—no solo aquí en Éfeso sino por toda Asia—este tal Pablo ha convencido y confundido a mucha gente, diciéndoles que no hay dioses hechos por manos humanas.