2Mi amado a bajado a su jardín, a los lechos de especias, para pastorear a su rebaño en los jardines y para recoger lirios.
3Soy para mi ser amado, y mi ser amado es para mí; Él apacienta su rebaño entre los lirios.
4Eres hermosa, oh mi amor, como Tirsa, tan bella como Jerusalén; imponente como un ejército con banderas.
5Vuelvan de mí mis ojos; Mira, me han vencido; tu cabello es como un rebaño de cabras que descansan del lado de Galaad.
6Tus dientes son como un rebaño de ovejas que suben del lavadero; cada uno tiene mellizos, y no hay uno steril entre ellos.
7Al igual que la fruta de granada son las sienes debajo de su velo.
8Hay sesenta reinas, ochenta concubinas y doncellas sin número.
9Mi paloma, mi muy hermosa, no es más que una; Ella es la única de su madre, es la más querida de ella que dio a luz. Las hijas la vieron y le dieron una bendición; Sí, las reinas y las sirvientas, y le dieron alabanzas.